Escatolog¨ªas
Causa rubor tener que recordar las diferencias entre la Espa?a democr¨¢tica que hoy reclama a Puigdemont y el repugnante r¨¦gimen franquista que buscaba a Companys
No hay que extra?arse demasiado, pero la Semana Santa suele ser un tiempo propicio para que algunas personas de la esfera p¨²blica, como lo son los pol¨ªticos, los periodistas y, muchas veces, los historiadores, arrojen obscenidades y escatolog¨ªas para el consumo de los perros de la calle. Puede ser que los momentos de recogimiento de los creyentes exciten m¨¢s los bajos instintos de esas gentes.
Est¨¢ de moda ahora, y no solo en Catalu?a, buscar analog¨ªas hist¨®ricas entre el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, y su antecesor en el cargo, Lluis Companys.
Alguna relaci¨®n hay entre los dos, es cierto. Por ejemplo, que ambos fueron protagonistas de sendos golpes de Estado de escas¨ªsima duraci¨®n. Uno, Companys, apoyado en la escasa fuerza armada de una compa?¨ªa de Mossos frente a un ej¨¦rcito respaldado por una Constituci¨®n democr¨¢tica; el otro, en la escasa mayor¨ªa de esca?os contra la mayor¨ªa de los votos de los catalanes y contra unas minor¨ªas amparadas por el Estatut, la Constituci¨®n y las buenas maneras.
Las similitudes en las trayectorias acaban ah¨ª. Es cierto que los dos se marchan de Espa?a perseguidos. Pero uno lo hace porque le siguen los perros del fascismo para que pague por su fidelidad (nueva) a la Rep¨²blica a la que una vez traicion¨®, mientras que el otro se fuga para intentar no responder ante un juez que le reclama, con la Constituci¨®n democr¨¢tica en la mano, responsabilidades por la forma en que quiso instaurar un nuevo r¨¦gimen para Catalu?a.
A¨²n son mayores las diferencias si nos atenemos a las complicidades en la detenci¨®n. No hay que buscar mucho. Las diferencias entre el r¨¦gimen franc¨¦s del verano de 1940 y la Alemania de 2018 son escandalosas hasta para el m¨¢s lerdo de los publicistas del nacionalismo catal¨¢n. Causa rubor tener que recordar las diferencias entre la Espa?a democr¨¢tica que hoy reclama a Puigdemont y el repugnante r¨¦gimen franquista que buscaba a Companys para saciar su sed de venganza.
La busca de argumentos a favor de Puigdemont y en contra de la calidad de la democracia espa?ola est¨¢ llegando a l¨ªmites marcados por la misma insensatez del proc¨¦s. No se puede entender, sin esa consideraci¨®n, todo el conjunto de aut¨¦nticas barbaridades que se han dicho desde el independentismo sobre Espa?a, sobre los que se consideran espa?oles y sobre la Historia.
?De veras han llegado a pensar alguna vez los secesionistas que alterar la Historia y las historias podr¨ªa salir gratis?
La Semana Santa quiz¨¢ les inspir¨®, porque vieron en ese tiempo el de la escatolog¨ªa y la mentira.
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