Lo oscuro
Hacer pagar siempre al eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena define nuestra incapacidad como pa¨ªs
Muri¨® un mantero de origen senegal¨¦s en Lavapi¨¦s y todo se desencaden¨®. La din¨¢mica habitual de la noticia apresurada, luego el rumor, finalmente, la mentira burda o no tan burda. La consecuencia fueron destrozos y disturbios cuando se corri¨® la voz de que el mantero hab¨ªa muerto mientras hu¨ªa del acoso policial. Hasta aqu¨ª, la normalidad en un tiempo apresurado y f¨¢cilmente manipulable. Pero a continuaci¨®n se puso en funcionamiento el mecanismo de barrer cada cual para su lado. La polic¨ªa local y el concejal de Seguridad mantienen desde hace tiempo una rivalidad extra?a, que los ciudadanos no se explican del todo, aunque sospechan a qu¨¦ obedece. El muerto serv¨ªa a unos y a otros para su causa particular. Lo mismo serv¨ªa para denunciar los males del capitalismo, ese capitalismo al que acuden desde todos los puntos del mundo los que padecen las alternativas, que para volver a agitar los conflictos sindicales de los polic¨ªas con el Gobierno municipal, puro capitalismo capitalino tambi¨¦n.
En medio de ese tirar sin aflojar, el muerto perdi¨® protagonismo. Estaba a¨²n de cuerpo presente, pero fue invisibilizado hasta quedar en un rinc¨®n de olvido. De all¨¢ se le rescataba solo cuando interesaba para la agenda propia de los administradores de la opini¨®n y el vocer¨ªo fr¨ªvolo. Sin embargo, el muerto es quien merece respeto porque, m¨¢s all¨¢ de las causas que precipitaron su fallecimiento, conviene reparar en las condiciones de supervivencia que llev¨® en nuestro pa¨ªs. A nadie puede parecerle normal que, despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada de patear las calles de nuestras ciudades, tantas personas sigan sin poder acceder a un trabajo legal o a unas condiciones dignas de vida por carecer de papeles. Tiene que existir un modo de corregir ese desprecio por los derechos humanos m¨¢s b¨¢sicos, expertos constitucionalistas no nos faltan.
La venta en la manta es un comercio insultante, que favorece a las mafias de importaciones fraudulentas y eterniza la precariedad de los inmigrantes. La persecuci¨®n policial contra ellos es un apa?o de rigor variable que nunca acaba de funcionar porque nadie parece interesado en atacar la esencia del problema. Es urgente conceder permisos temporales de trabajo para aquellos que aspiran a un modo de vida decente tras salir de los centros de retenci¨®n, otra dudosa soluci¨®n paralegal del problema migratorio. Hacer pagar siempre al eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena define nuestra incapacidad como pa¨ªs. Mame Mbaye muri¨® en suelo espa?ol tras habitar 12 a?os en la zona de sombra. Importa saber c¨®mo muri¨®. Mucho. Pero tambi¨¦n nos deber¨ªa escandalizar saber c¨®mo vivi¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.