Refranes

Los Idus de Marzo nos han tra¨ªdo una cascada de acontecimientos que pueden significar un punto de inflexi¨®n en la crisis catalana y espa?ola: el procesamiento de la c¨²pula secesionista, el inicio del calendario para la repetici¨®n electoral y la detenci¨®n alemana de Puigdemont. Con ello, el escenario ha dado un vuelco sustancial, aunque no sepamos bien hacia d¨®nde. Pero podemos deducirlo de las primeras reacciones, que cabe resumir en dos refranes.

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Mas se desmarca de Puigdemont y cree que no deber¨ªa aspirar a la investidura

Tribuna | La Espa?a de la idea; por Juan Luis Cebri¨¢n

An open letter: Why Germany should extradite Carles Puigdemont

En Madrid cunde el aforismo (hoy pol¨ªticamente incorrecto) ¡°muerto el perro se acab¨® la rabia¡±. Pues, con Puigdemont en la c¨¢rcel, la estrategia bic¨¦fala hasta ahora implementada, con un poder t¨ªtere en Barcelona teledirigido desde Waterloo, habr¨ªa quedado definitivamente desactivada. Y, en cuanto los conjurados lo asuman, tras las l¨®gicas reacciones de protesta, deber¨¢n plegarse al principio de realidad invistiendo un Govern legal y efectivo, quiz¨¢ presidido por Torrent o Maragall. As¨ª que el cuento de la lechera secesionista podr¨ªa darse por terminado con un final relativamente feliz, capaz de desbloquear la crisis catalana y por ende la espa?ola.

Pero en Barcelona las cosas parecen verse de otra forma, que cabe resumir con el refr¨¢n o frase hecha ¡°de perdidos, al r¨ªo¡±. Si nuestros l¨ªderes ya est¨¢n en la c¨¢rcel, ?qu¨¦ m¨¢s podr¨ªamos perder? Lo ¨²nico coherente es seguir con el proc¨¦s hasta el final, caiga quien caiga y pagando el precio que haga falta, pues as¨ª al menos se llenar¨¢ de sentido el martirio de nuestra jefatura erigi¨¦ndolo en sacrificio redentor. ?Y qu¨¦ significa echarse al r¨ªo? Pues reemprender y realimentar la guerra de juguete contra el invasor mediante la toma del espacio p¨²blico por las milicias de la CUP: los comit¨¦s de defensa de la rep¨²blica (CDR) que van a desbordar a la ANC y a ?mnium situ¨¢ndose en vanguardia de la lucha callejera para no dar tregua al p¨¦rfido invasor. Todo ello con el suicida romanticismo de las bellas causas perdidas, de acuerdo al esp¨ªritu fundador de 1714, que es el equivalente catal¨¢n de la Numancia espa?ola o del Masada sionista (la fortaleza de los ¨²ltimos defensores jud¨ªos ca¨ªdos contra los romanos en abril del a?o 73 de nuestra era).

Ya sabemos que es todo teatro, que no se trata de una rebeli¨®n de verdad sino solo ficticia y figurada, una guerra cultural con violencia de baja intensidad que lo ¨²nico que busca destruir es la reputaci¨®n del adversario designado como enemigo del pueblo catal¨¢n, a fin de anular sus posibilidades de recuperaci¨®n electoral. Pues esta escalada de la confrontaci¨®n contra el Estado espa?ol est¨¢ encaminada a evitar que los restos de ERC en libertad logren pactar un Govern efectivo en el lapso de dos meses, manteniendo tenso al electorado secesionista y al espa?olista desmovilizado. ?Qui¨¦n se impondr¨¢, el ambiguo pragmatismo de Torrent o la airada vindicaci¨®n de Puigdemont? Ya se ver¨¢, pero sabemos que en todo conflicto, cuando un bando beligerante se divide entre duros y blandos, estos suelen sucumbir ante la coacci¨®n de aquellos. Toca, pues, prepararse para las urnas de julio.