Un tuit que me ofendi¨® a m¨ª mismo
El verdadero drama se hab¨ªa desencadenado en otra parte, mi Twitter echaba humo
Ocurri¨® as¨ª: ven¨ªa del cumplea?os que Ernesto Sevilla hab¨ªa celebrado en un parque de bolas. Hubo animadores ¡ªa m¨ª me pintaron la cara de mapache¡ª, electrolatino, quicos gordos, refrescos con taurina¡ Lo que se dice a tutipl¨¦n. Rumboso como iba, camino de casa, im¨¢genes y momentos de mi vida se amontonaban en mi cabeza formando un batiburrillo maravilloso.
Rememor¨¦, por ejemplo, c¨®mo una vez en El Provencio, un pueblo de la provincia de Cuenca, y despu¨¦s de preguntar a un paisano d¨®nde se encontraba la casa de un amigo, recib¨ª la siguiente indicaci¨®n: ¡°?Ves ese bancal? Pues ese no¡ ?El siguiente!¡±. A lo que yo conclu¨ª: ?No hubiera bastado con decirme que es en el segundo bancal?
Tambi¨¦n se me represent¨® n¨ªtidamente el gesto del se?or al dirigir su mirada al horizonte: la nariz fruncida, los ojos entornados, la boca entreabierta. Lo que en La Mancha se llama ¡°cara de mirar de lejos¡±. Todav¨ªa imbuido por este recuerdo escrib¨ª un tuit¡ Y con las mismas, ca¨ª en la cama como piedra en el r¨ªo.
A la ma?ana siguiente, me despert¨¦ con muy mala cara. ¡°Es el maquillaje de mapache¡±, pens¨¦. Pero lo que hab¨ªa debajo result¨® ser mucho peor. El verdadero drama se hab¨ªa desencadenado en otra parte, mi Twitter echaba humo. ?La raz¨®n? Este tuit maldito: ¡°Me contaron que estaba un manchego en un puticlub, le llam¨® la mujer al m¨®vil y ¨¦l contest¨®: ?C¨®mo sab¨ªas que estaba aqu¨ª?¡±
Estos eran algunos de los comentarios que me dedicaban: ¡°QUE PASA? QUE TODOS LOS MANCHEGOS SOMOS UNOS PUTEROS¡±; ¡°CLARO COMO LOS MANCHEGOS SOMOS UNOS PALETOS NO SABEMOS LO QUE ES UN M?VIL¡±; ¡°ACABAS DE PERDER UN FAN DE CASASIMARRO¡±¡
Yo mismo me sent¨ª ofendido por m¨ª mismo, y consider¨¦ que ese tuit no me representaba, y que era indigno de m¨ª, y me tire de los pelos, y me abofete¨¦, y s¨²per mal. Ese d¨ªa me autoimpuse el mayor castigo para alguien de Albacete, el ayuno.
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