15 a?os clamando justicia por la muerte de Couso

En el vig¨¦simo d¨ªa de la guerra de Irak, aquel 8 de abril de 2003, un carro de combate Abrams estadounidense dispar¨® contra del hotel Palestina de Bagdad, cuartel general de la prensa internacional. El proyectil impact¨® de lleno en el piso 15 y la intensa onda expansiva provoc¨® la muerte del reportero ucranio Taras Protsyuk, que en esos momentos retransmit¨ªa en directo para la agencia de noticias Reuters las maniobras de los tanques estadounidenses sobre el r¨ªo Tigris, y del camar¨®grafo de Telecinco Jos¨¦ Couso.

Aquella jornada fue especialmente dram¨¢tica para la prensa. Poco antes, las cadenas de televisi¨®n Abu Dhabi TV y Al Jazeera hab¨ªan sido bombardeadas por tropas de la coalici¨®n internacional desplegadas para liberar Irak y acabar con el r¨¦gimen de Sadam Husein. Ese ataque acab¨® con la vida del jordano Tarek Ayub, corresponsal de la emisora catar¨ª.

Como cada 8 de abril, la familia, los amigos y los compa?eros del camar¨®grafo de Telecinco se concentraron ayer ante la Embajada de Estados Unidos en Madrid, bajo el lema ¡°15 a?os con Couso, investigaci¨®n y justicia¡±, para pedir la reapertura del procedimiento judicial del caso. Reclaman que el crimen no quede impune tras la nueva regulaci¨®n de la jurisdicci¨®n universal impulsada por el PP, que daba carpetazo a la investigaci¨®n y sepultaba 12 a?os de investigaci¨®n en la Audiencia Nacional. El juez Santiago Pedraz viaj¨® incluso a Bagdad en 2011 para reconstruir in situ el ataque y lleg¨® a dictar el procesamiento de tres militares estadounidenses por el asesinato de Couso.

Un a?o m¨¢s, los familiares del reportero abanderan la reivindicaci¨®n p¨²blica de la memoria de Couso y claman justicia. Ahora est¨¢n a la espera de que el Tribunal Constitucional resuelva el recurso contra el archivo de la causa. No dudan de que, si finalmente se desestima la petici¨®n, acudir¨¢n al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo. Despu¨¦s de 15 a?os de lo que consideran un ¡°crimen de guerra¡± tienen claro que mantener viva la lucha por la justicia es defender la libertad de informaci¨®n.

El disparo contra el hotel en el que se alojaban los periodistas extranjeros y el ataque a las televisiones fue interpretado entonces como un aviso a la prensa, siempre molesta. Y m¨¢s cuando se trata de dar testimonio de un conflicto b¨¦lico. Washington quer¨ªa que los periodistas se alejaran a toda prisa de Bagdad. Cuantos menos ojos observando, mejor. Medios de prestigio, poderosas cadenas de televisi¨®n y grandes agencias replegaron sus equipos y contrataron a colaboradores locales.

Del temor a la prensa, siempre testigo inc¨®modo, se ha pasado al desprecio, la burla y la amenaza para intentar amordazarla. Donald Trump no pierde ocasi¨®n para acusar a medios como CNN, The New York Times o The Washington Post de publicar ¡°noticias falsas¡±. Y no le duelen prendas en aplaudir a aquellos que ensalzan sin ruborizarse su figura, como Fox News, Newsmax o Sinclair. Este conglomerado de emisoras locales de televisi¨®n ha llegado al extremo de obligar a sus periodistas a leer mensajes contra las ¡°historias falsas¡± de las grandes cabeceras de Estados Unidos. ?Es este el tipo de periodismo que se merece una democracia?