Fracking
El tratamiento individual no sirve si no no se abordan las causas estructurales e institucionales
?Los t¨¦rminos en boga para describir la actualidad son ¡°fractura¡± y ¡°fragmentaci¨®n¡±, que aluden a un accidente fortuito. Pero los traumas pol¨ªticos no son producto del azar sino de actuaciones deliberadas. Resulta preferible la noci¨®n de fracking: la t¨¦cnica de explotaci¨®n de hidrocarburos mediante la inyecci¨®n hidr¨¢ulica que fractura el subsuelo. Y eso describe mucho mejor el estado de la cuesti¨®n, fracturada por actores que sacan petr¨®leo electoral inyectando disolventes a la actualidad pol¨ªtica.
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Hay un fracking obvio que resulta casi banal, como el de los CDR que inyectan bajo el asfalto catal¨¢n su violencia de baja intensidad, o el de los canales digitales que filtran el material inyectado por el comisario de las alcantarillas. Y hay otro fracking mucho m¨¢s serio, que podr¨ªa trastocar la realidad. En Catalu?a destaca el golpe de tim¨®n de ERC al presentar a Maragall a la alcald¨ªa de Barcelona y a Junqueras a las europeas, lo que ha dividido definitivamente al secesionismo, hasta ahora unificado bajo la ¨¦gida del pr¨®fugo de Waterloo. El frente constitucional tambi¨¦n est¨¢ dividido con las divergentes ambiciones electorales de los tres tenores liberal, conservador y socialdem¨®crata. Un fracking estatal resultante de la moci¨®n de censura, mera conjunci¨®n astral de una constelaci¨®n Frankenstein predestinada a estallar.
Y eso por no hablar de otros frackings menores, como el de la coalici¨®n Unidos Podemos (tambi¨¦n cuarteada en Madrid, en Barcelona y en las dem¨¢s autonom¨ªas) o el del CIS de Tezanos, electoralmente hablando muy significativo. El fracking pol¨ªtico se ha convertido en el zeitgeist de nuestra ¨¦poca: no s¨®lo afecta y divide a Espa?a sino tambi¨¦n a los pa¨ªses de nuestro entorno (v¨¦ase el Brexit o el Insorgimento italiano), e incluso a la propia UE, que amenaza con estallar en un implosivo big bang. Como suceder¨¢ en cuanto se rompa la gran coalici¨®n que gobierna en Berl¨ªn y por tanto en Europa, tras la ca¨ªda en desgracia de Angela Merkel debida al irresistible ascenso de Alternativa por Alemania (AfD).
Carece de sentido mantener la distinci¨®n entre dos formas de violencia contra la mujer, seg¨²n que el perpetrador tenga (o haya tenido) relaci¨®n de pareja, o no, con ella
?C¨®mo explicar el auge del fracking? Es la vieja estrategia del divide et impera en la era del marketing electoral. Lo m¨¢s eficaz es actuar como los inversores en bolsa que apuestan a la baja tomando posiciones cortas (lo que se hace vendiendo caro valores prestados para recomprarlos a bajo precio en cuanto han ca¨ªdo). Una t¨¦cnica de bajismo que permite sacar votos apostando por la pr¨®xima ca¨ªda del capital pol¨ªtico asociado a los consensos mayoritarios. Pura especulaci¨®n populista, de seguro ¨¦xito en la era del efecto Trump.
Enrique Gil Calvo es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
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