?Por qu¨¦ molestan los barcos que salvan vidas?
Responsables de Proactiva Open Arms, acusados de favorecer la inmigraci¨®n ilegal por negarse a entregar n¨¢ufragos a Libia

Ahora resulta que los salvavidas rojos de la organizaci¨®n Proactiva Open Arms, que ha rescatado a miles de n¨¢ufragos en el Mediterr¨¢neo, han dejado de ser el s¨ªmbolo de una misi¨®n humanitaria que no se resigna a que el Mare Nostrum sea una gran tumba de vidas e ilusiones, para convertirse en el arma del delito de una peligrosa organizaci¨®n criminal. O al menos eso parece. El lunes, el juez de instrucci¨®n de Catania (Sicilia) ha de decidir la suerte del barco de la ONG que se encuentra inmovilizado en el puerto de Pozzalo y si procesa a su capit¨¢n, Marc Reig, y a la responsable de la misi¨®n de salvamento, Anabel Montes, por favorecer la inmigraci¨®n ilegal y el tr¨¢fico de personas. En este contencioso se dirime la presencia de las ONG en el rescate de inmigrantes. Los acuerdos con Libia han permitido un cambio de escenario: ya no se trata de rescatar para salvar, sino de rescatar para devolver. Y en esa nueva estrategia, las organizaciones humanitarias pueden ser un estorbo.
El incidente que ha dado lugar a la inmovilizaci¨®n del barco refleja bien el tipo de conflicto que se dirime. El 15 de marzo, el Open Arms recibi¨® un aviso del Centro de Coordinaci¨®n de Rescate Mar¨ªtimo de Roma para que acudiera al rescate de una embarcaci¨®n a la deriva situada a 73 millas de la costa de Libia, con la indicaci¨®n de que la operaci¨®n iba a ser coordinada por los guardacostas libios. Pero el barco de la ONG fue el primero en alcanzar a los n¨¢ufragos y comenz¨® la tarea de rescate. Cuando hab¨ªa subido a bordo a 25 mujeres y 7 ni?os, lleg¨® la patrullera libia y exigi¨® la entrega de los inmigrantes. La ONG espa?ola se neg¨®. Tres horas dur¨® el forcejeo. Finalmente los libios se retiraron y entonces comenz¨® el segundo forcejeo: Italia no asignaba ning¨²n puerto en el que atracar. Que fueran a Malta, o a Espa?a, les dec¨ªan. Tras numerosas gestiones, les fue asignado el puerto de Pozzalo, al que llegaron con los 218 n¨¢ufragos eritreos rescatados. Y all¨ª sigue el Open Arms, con sus responsables pendientes de una posible imputaci¨®n.
La entrega de los migrantes rescatados a Libia fuera de sus aguas jurisdiccionales y sin que esta sea reconocida como zona de rescate mar¨ªtimo (RSS) puede considerarse una devoluci¨®n en caliente que contraviene las normas de la UE. Las ONG que operan en las tareas de salvamento saben que entregar a los n¨¢ufragos supone devolverlos a Libia, donde ser¨¢n sometidos a condiciones inhumanas de explotaci¨®n por parte de las mafias que campan a sus anchas. Libia es un Estado fallido que no puede considerarse en absoluto un pa¨ªs seguro. Los n¨¢ufragos recogidos por el Open Arms eran eritreos, que tienen reconocido el derecho a asilo en la UE.
Los acuerdos con Libia y esta nueva forma de operar explica que el n¨²mero de inmigrantes que llegaron a Italia por esta ruta cay¨® en marzo a 1.400, un 88% menos que en el mismo mes de 2017. En todo el primer trimestre, las llegadas han sido 6.600, casi un 75% menos que el a?o anterior. Y entre que llegan, los eritreos son el grupo m¨¢s numeroso. El n¨²mero de desaparecidos en el mar a lo largo de 2017 de los que se tiene noticia se eleva a 3.116. Nadie discute que se han de hacer esfuerzos por disminuir los flujos migratorios. La cuesti¨®n es a qu¨¦ precio y con qu¨¦ m¨¦todos. De los seis barcos de ONG que operaban en esta ruta ya solo quedan tres: el Open Arms, el Aquarius, de SOS Mediterran¨¦e, y el Seefuchs de Sea Eye. Y parece que ya no son tan bienvenidos.
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