Dos de Mayo sin Cifuentes

Cristina Cifuentes ha pasado de relatar detalladamente c¨®mo defendi¨® el trabajo de fin de m¨¢ster en la Universidad Rey Juan Carlos a renunciar a su t¨ªtulo porque no le sirve ¡°de nada¡±, porque ¡°ya¡± no lo quiere y porque se han detectado irregularidades con las que, dice, no tiene nada que ver. Tras los aires de actitud caprichosa por renunciar un mes despu¨¦s a un m¨¢ster que hab¨ªa defendido con tanto ah¨ªnco, lo que se esconde es un intento desesperado de ganar tiempo que, a todas luces, no salvar¨¢ su carrera.

La presidenta de la Comunidad de Madrid debe irse. Y debe irse cuanto antes. A ser posible por sus propios medios y, en ¨²ltima instancia, por la acci¨®n de la oposici¨®n o por indicaci¨®n del presidente de su partido, Mariano Rajoy. Cifuentes ha sumado mentiras, contradicciones, se ha lavado las manos culpando a la universidad de las irregularidades cuando estas se han convertido en materia de investigaci¨®n judicial y no solo period¨ªstica. Pero, sobre todo, est¨¢ poniendo en cuesti¨®n instituciones que no est¨¢n precisamente sobradas de apoyos en este delicado momento para Espa?a.

Por todo ello, porque su situaci¨®n afecta a instituciones clave, los problemas ya no solo afectan a Cifuentes, sino directamente al presidente Rajoy. En su huida ciega y contumaz hacia adelante, la pol¨ªtica popular insiste en que ella no est¨¢ investigada, ignorando el aspecto clave que figura en el acuerdo de investidura que firm¨® con Ciudadanos, y es la exigencia de dimisi¨®n si se falsifica el curr¨ªculum.

Rajoy debe tomar conciencia de que el deterioro de la instituci¨®n auton¨®mica, de la universidad y de la posici¨®n de su partido son asuntos de suficiente envergadura como para reaccionar con rapidez. Cifuentes sigue resistiendo y pasando la pelota al presidente del Gobierno, con cuyo apoyo dice contar. Y es este, a falta de una salida m¨¢s honrosa, el que debe poner fin a la situaci¨®n con un plan cre¨ªble e inmediato de sucesi¨®n. Someter a los ciudadanos a la pelea p¨²blica entre la f¨®rmula de la moci¨®n de censura ¡ªque conllevar¨ªa la p¨¦rdida del gobierno de Madrid¡ª y la sustituci¨®n de Cifuentes por otro presidente como se hizo en Murcia ¡ªcon la que el PP mantendr¨ªa el gobierno¡ª es un doble castigo: por sufrir la permanencia de una presidenta que ha enga?ado en su expediente y por exhibir la incapacidad de afrontar la corrupci¨®n con la rapidez que esta sociedad necesita.

Cifuentes no debe renunciar a su t¨ªtulo del m¨¢ster, o no solo, sino a su cargo. La presidenta que ha tenido que evitar la cena oficial con el presidente de Portugal o con el pr¨ªncipe saud¨ª no puede representar a la Comunidad de Madrid en su pr¨®ximo Dos de Mayo. Act¨²en ya.