Panespermia

?Te quejas de que los pol¨ªticos no tienen visi¨®n a largo plazo? ?Ni a medio, ya que estamos? Puedes seguirte quejando durante los dos pr¨®ximos millones de a?os, que es el plazo que se dan algunos visionarios para colonizar otro planeta. Es decir, para colonizarlo desde cero, enviando sondas de unos pocos gramos a los sistemas solares de por ah¨ª, cargadas de bacterias resistentes a la radiaci¨®n c¨®smica que sembrar¨ªan de vida ¡ªde vida terr¨¢quea¡ª los mundos exteriores que imaginaron Kepler y Galileo y que ha demostrado la astronom¨ªa contempor¨¢nea.

Las ideas del f¨ªsico Philip Lubin, de la Universidad de California en Santa B¨¢rbara, han inspirado dos proyectos, uno norteamericano y otro ruso, para enviar sondas a los planetas extrasolares (exoplanetas) que orbitan alrededor de las estrellas vecinas. El protocolo de Lubin (buen t¨ªtulo para una novela del g¨¦nero) consiste en dise?ar mininaves, que pesen un gramo y que extiendan unas minialas que reciban el impulso de un poderoso l¨¢ser lanzado desde la Tierra. Lubin ha calculado que esas mininaves pueden alcanzar un 20% de la velocidad de la luz. El sistema planetario m¨¢s pr¨®ximo a nosotros, en Alfa Centauri, est¨¢ a solo cuatro a?os luz, de modo que las mininaves lo podr¨¢n alcanzar en 20 a?os. Eso puede valer como medio plazo. Y en una nave de un gramo caben un mont¨®n de bacterias. Cerca de un bill¨®n, seg¨²n un c¨¢lculo apresurado del autor.

El segundo proyecto es una genialidad del f¨ªsico e inversor ruso Yuri Milner, del recientemente fallecido f¨ªsico te¨®rico brit¨¢nico Stephen Hawking y de la estrella del Capitolio de Washington y fundador de Facebook, Mark Zuckerberg. Este tr¨ªo ha calculado que, con solo unos 10.000 millones de d¨®lares de inversi¨®n, podr¨¢n lanzar su primera misi¨®n en 2036. Un beb¨¦ que nazca hoy tendr¨¢ 18 a?os para entonces, y podr¨¢ comprobar si la predicci¨®n es correcta. La factura seguro que no lo es, como pasa siempre.

La idea de que la vida se disemina de un sistema solar a otro se llama panespermia (la Academia prefiere panspermia, tal vez para complicar la vida del hablante), y tiene un noble pedigr¨ª cient¨ªfico, desde Svante Arrhenius hasta Craig Venter pasando por Fred Hoyle. Francis Crick, codescubridor de la doble h¨¦lice del ADN, pensaba que la universalidad del c¨®digo gen¨¦tico en nuestro planeta era un indicio de que la vida hab¨ªa sido sembrada en la Tierra por una especie extraterrestre inteligente. Esta variedad de la idea se llama panespermia dirigida.

Y es justo lo que nos estamos planteando ahora.