El ruido que nos aniquila
Madrid es una de las ciudades m¨¢s ruidosas del mundo, y quiero subrayar el ruido como un efecto de nuestra mala educaci¨®n ciudadana. Para empezar, sorprende el volumen vocal de la ciudadan¨ªa, cuantificable en decibelios, tanto en espacios p¨²blicos como en dom¨¦sticos. Esta falta de respeto hacia el ¡°otro¡± tambi¨¦n se manifiesta en la conducci¨®n, los cl¨¢xones se utilizan sin ton ni son y son como mamporros hacia los pobres y sufridores viandantes. Y no olvidemos el comportamiento ciudadano en las viviendas privadas: quitarse los zapatos y caminar sin hacer ruido, no gritar ni hablar a voces, no exceder el volumen de los aparatos de reproducci¨®n sonora, etc¨¦tera, porque supone una intromisi¨®n en la intimidad de los dem¨¢s intolerable en democracia. En Europa, la ciudadan¨ªa aprende esto en la escuela y ya no lo olvida. Somos millones conviviendo y no nos queda m¨¢s remedio que aprender tolerancia, respeto y convivencia silenciosa que permita vivir, trabajar, pensar y so?ar.¡ª Marisa Manchado Torres. Madrid.
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