Torpe Gobierno
A la inacci¨®n se une la imprudencia de Montoro sobre la causa del ¡®proc¨¦s¡¯
La actitud del Gobierno de Mariano Rajoy respecto a la estrategia judicial contra el proc¨¦s es indignante. Ha sido el Ejecutivo el que ha cargado sistem¨¢ticamente el peso de la gesti¨®n del desaf¨ªo independentista catal¨¢n a la justicia y es, por tanto, el principal responsable de la judicializaci¨®n de este grav¨ªsimo problema que, tal vez, la pol¨ªtica podr¨ªa haber desactivado de actuar a tiempo. Ahora, sin embargo, cuando la inexorable maquinaria de la justicia est¨¢ en marcha, ese mismo Gobierno sigue pasivo ante el problema mientras hace declaraciones que confunden y entorpecen el trabajo de los magistrados.
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Hoy es la justicia espa?ola la que est¨¢ sufriendo el mayor desgaste en el exterior. El levantamiento secesionista ha logrado redoblar el inter¨¦s por el proc¨¦s en B¨¦lgica, Suiza, Reino Unido y, sobre todo, Alemania. La tensi¨®n es m¨¢xima entre los sistemas judiciales germanos y espa?oles. All¨ª el tribunal regional de Schleswig-Holstein niega la entrega de Carles Puigdemont por rebeli¨®n y ha pedido m¨¢s documentaci¨®n sobre la acusaci¨®n de malversaci¨®n. Y es en este contexto en el que el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, insiste p¨²blicamente en que no hubo tal, sembrando la duda sobre el Tribunal Supremo espa?ol. Imperdonable.
El Gobierno se ha visto obligado a matizar unas declaraciones que nunca debieron producirse. Un juez de Barcelona lleva a?o y medio investigando las llamadas ¡°estructuras de Estado¡± y los indicios hallados de malversaci¨®n han sido utilizados en la causa que instruye el magistrado del Supremo Pablo Llarena. La Guardia Civil sigue rastreando para ¨¦l facturas y asientos contables sospechosos y eleva a 1,9 millones el dinero desviado hacia el refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre, para el cual hubo uso de recursos p¨²blicos. ?A qu¨¦ viene entonces la insistencia de Montoro en interferir en la causa? Hacienda est¨¢ personada a trav¨¦s del abogado del Estado como acusaci¨®n particular. As¨ª que a la imprudencia del ministro hay que a?adir sus propias contradicciones ¡ªdenunci¨® a la Generalitat en octubre pasado por malversaci¨®n¡ª y una evidente falta de coordinaci¨®n gubernamental.
La ¨²nica explicaci¨®n plausible al desatino ser¨ªa la autodefensa. Desde noviembre de 2015, Montoro ha controlado las finanzas de la Generalitat, a trav¨¦s, fundamentalmente, del Fondo de Liquidez Auton¨®mica (FLA). En los ¨²ltimos meses, adem¨¢s, todos los pagos contaban con el visto bueno de Hacienda. As¨ª que es urgente que el ministro, al que el Gobierno reiter¨® el viernes pasado su apoyo, se explique ante Llarena y que el Ejecutivo deje trabajar a la justicia, como ¨¦l mismo tanto cacarea y como, por otra parte, es preceptivo en un Estado de derecho.
La pol¨ªtica del Ejecutivo sigue ausente en la resoluci¨®n del desaf¨ªo catal¨¢n y su actitud solo promete empeorar la situaci¨®n. Ha hablado cuando deb¨ªa callar y se ha mantenido en silencio cuando la mesa del Parlament ha decidido otorgar todos sus derechos a Puigdemont aunque siga fugado. Tuvo la oportunidad (como el resto de los partidos constitucionalistas) de revocar la resoluci¨®n y no lo hizo. En esta grav¨ªsima crisis suma demasiados desprop¨®sitos.
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