Futuro renovable y consenso posible

La Comisi¨®n de Expertos para la Transici¨®n Energ¨¦tica, de la que he formado parte, ha entregado al Gobierno su An¨¢lisis y propuestas para la descarbonizaci¨®n. Un esfuerzo de consenso realizado por un grupo heterog¨¦neo de 14 personas, con diferentes experiencias y sensibilidades, dispuestas a aportar, con rigor y transparencia, material de trabajo que facilite el debate pol¨ªtico sobre la transici¨®n energ¨¦tica.

Aunque elegir es renunciar me gustar¨ªa destacar algunas aportaciones del informe, aclarando previamente que los escenarios analizados no constituyen una hoja de ruta, ni un pron¨®stico, ni mucho menos una propuesta de objetivos. Proporcionan un marco para saber d¨®nde estamos en relaci¨®n a los objetivos a 2030 y 2050 de la agenda de energ¨ªa y clima que est¨¢n ahora a debate en la UE, y para identificar qu¨¦ factores son relevantes para el cumplimiento de los retos en descarbonizaci¨®n, eficiencia energ¨¦tica, desarrollo de las renovables y competitividad y seguridad del suministro energ¨¦tico. Los escenarios permiten ver c¨®mo la variaci¨®n de unos y otros factores influyen en los resultados.

Una de las conclusiones relevantes es que el futuro del sector energ¨¦tico es renovable, y que el sector el¨¦ctrico va a ser el eje de la descarbonizaci¨®n. La energ¨ªa e¨®lica y, sobre todo, la solar fotovoltaica van a ser las tecnolog¨ªas clave para la generaci¨®n de electricidad en la pr¨®xima d¨¦cada, y previsiblemente en las siguientes, con un coste medio de producci¨®n inferior incluso al mero coste variable de la energ¨ªa t¨¦rmica f¨®sil a la que sustituyen. Por una vez, la suma de tecnolog¨ªa y recursos energ¨¦ticos nacionales (tenemos sol y viento) nos coloca en una posici¨®n privilegiada frente a nuestros competidores europeos.

Los escenarios planteados son muy ambiciosos en el protagonismo de las renovables porque est¨¢ econ¨®micamente justificado avanzar tanto como sea t¨¦cnicamente viable. Pero sin olvidar las restricciones t¨¦cnicas derivadas de tener que disponer de capacidad para respaldar la variabilidad renovable y para aportar inercia, control de frecuencia y control de tensiones que mantengan estable el sistema en todo momento. Vamos a seguir necesitando transitoriamente, pero durante un largo periodo, una potencia t¨¦rmica firme y flexible, ya sea de gas, nuclear o de carb¨®n, hasta que las tecnolog¨ªas de almacenamiento, la gesti¨®n de la demanda, las interconexiones y otras herramientas la vayan haciendo prescindible.

Tenemos que afrontar el gran reto de la transformaci¨®n del transporte

Ser¨¢ necesario debatir el orden y el calendario de cierre de las centrales de carb¨®n y nucleares, que acompa?an a los ciclos combinados de gas natural y a la hidroel¨¦ctrica como potencia y energ¨ªa de respaldo. Habr¨¢ que ponderar costes e impactos ambientales, pero deber¨ªamos conseguir que ese debate, que tiende a dividir, no impida el consenso necesario para abordar la profunda transformaci¨®n a largo plazo. Es el momento de la pol¨ªtica.

No obstante, descarbonizar el sector el¨¦ctrico no es suficiente para cumplir nuestros compromisos con el clima, porque la electricidad apenas representa el 25% del consumo de energ¨ªa. Es necesario consumir menos, con especial atenci¨®n a la rehabilitaci¨®n energ¨¦tica de edificios, el despliegue de bombas de calor, y la mejora de la eficiencia de los motores de combusti¨®n y de los procesos industriales. Y, por supuesto, tenemos que afrontar el gran reto de la transformaci¨®n del transporte, para lo cual el informe aporta propuestas hacia una movilidad sostenible y una electrificaci¨®n creciente, especialmente en las grandes ciudades, y alternativas transitorias con mayor peso del gas natural para el transporte terrestre pesado y el mar¨ªtimo.

Adem¨¢s, la Comisi¨®n hace una propuesta ambiciosa, y pol¨¦mica: una reordenaci¨®n de la fiscalidad y de los peajes y cargos que gravan la energ¨ªa, para que proporcionen se?ales de precios que orienten las decisiones de consumo e inversi¨®n hacia la descarbonizaci¨®n. Por un lado, se propone sustituir el actual batiburrillo de impuestos a la energ¨ªa por otros que internalicen da?os ambientales asociados a la generaci¨®n y al consumo de energ¨ªa, un impuesto al CO2 y a otras emisiones contaminantes. La propuesta no plantea un aumento de la carga fiscal, que es otro debate, sino alterar el reparto de esa carga entre los diferentes consumos, poniendo m¨¢s peso en los responsables de las emisiones que se desea reducir.

Podemos hacer una transici¨®n energ¨¦tica justa, generadora de empleo y cohesi¨®n social

El informe propone tambi¨¦n soluciones complementarias para que el sobrecoste de las renovables ya instaladas sea financiado por todos los consumos energ¨¦ticos, y no solo los el¨¦ctricos, evitando que se frene la deseable sustituci¨®n de combustibles f¨®siles por electricidad. Y aboga por incluir mecanismos de compensaci¨®n o exenci¨®n para actividades intensivas en energ¨ªa con riesgo de deslocalizaci¨®n o para determinados colectivos vulnerables.

Asimismo, se avanza en un dise?o eficiente de los peajes de acceso al gas y a la electricidad. Adicionalmente, la desaparici¨®n del cargo transitorio al autoconsumo, la eliminaci¨®n de otras barreras injustificadas y la participaci¨®n agregada de la generaci¨®n distribuida y de la demanda en los servicios al sistema fortalecer¨¢n el protagonismo de los consumidores.

Como aportaci¨®n final al debate, se afronta la necesaria revisi¨®n de un mercado el¨¦ctrico que la gran aportaci¨®n renovable que se avecina va a hacer necesariamente distinto. Ese mercado debe proporcionar se?ales econ¨®micas eficientes de inversi¨®n, operaci¨®n y flexibilidad de la generaci¨®n y de la demanda. La programaci¨®n de subastas espec¨ªficas para la instalaci¨®n de capacidad renovable que asegure la senda de descarbonizaci¨®n, as¨ª como para contar con la capacidad firme y flexible que el sistema necesita para asegurar su equilibrio y su estabilidad, y el fortalecimiento de los mercados de ajuste, habilitando una mayor participaci¨®n de la generaci¨®n renovable, el almacenamiento y la demanda, se apuntan como la orientaci¨®n adecuada.

Tenemos la oportunidad de hacer una transici¨®n energ¨¦tica justa, generadora de competitividad, empleo y cohesi¨®n social. Podemos optar por acentuar nuestras diferencias sobre la ambici¨®n de la descarbonizaci¨®n y el ritmo de desarrollo de las renovables, sobre el calendario para prescindir del carb¨®n y de la energ¨ªa nuclear, sobre el alcance de la reordenaci¨®n fiscal y la reestructuraci¨®n de los peajes, o sobre el protagonismo de los consumidores en el suministro energ¨¦tico y la gesti¨®n de sus consumos. Pero tambi¨¦n podemos, y debemos, hacer el esfuerzo de acercar posiciones, conscientes de que la transici¨®n energ¨¦tica es un reto cuyo ¨¦xito requiere una visi¨®n compartida de largo plazo. El amplio consenso alcanzado por la Comisi¨®n de expertos es una aportaci¨®n en esa direcci¨®n.

Luis Atienza Serna es miembro de la Comisi¨®n de expertos para la transici¨®n energ¨¦tica.