Constituci¨®n y feminismo
La carta magna cita solo dos veces a las mujeres. En 1978, la igualdad respecto a los hombres se daba por hecha
Durante los numerosos debates en las Cortes Generales para la tramitaci¨®n y aprobaci¨®n de la Constituci¨®n Espa?ola hubo encendidas y emotivas intervenciones sobre aspectos muy diversos: desde la identidad territorial a la autonom¨ªa regional pasando por la vigencia de la monarqu¨ªa. Los medios de comunicaci¨®n se hicieron eco de discusiones sobre la forma del Estado, los derechos de los trabajadores, la cuesti¨®n religiosa o las libertades civiles. Sin embargo, ning¨²n miembro de las C¨¢maras consider¨® necesario pronunciar un apasionado parlamento a favor de la igualdad entre hombres y mujeres como un derecho incontestable que la Constituci¨®n que elaboraban deb¨ªa reconocer expl¨ªcitamente. Tampoco los centenares de art¨ªculos de opini¨®n e informaciones de aquellos meses se refirieron expl¨ªcitamente a la igualdad de g¨¦nero.
En la Constituci¨®n Espa?ola la palabra ¡°mujer¡± aparece tan solo dos veces. En el art¨ªculo 32, derecho a contraer matrimonio, y en el art¨ªculo 57, al establecer la prelaci¨®n del hombre sobre la mujer en el acceso a la jefatura del Estado. El principio de igualdad entre hombres y mujeres del art¨ªculo 14 se complementa con el art¨ªculo 35, que enuncia el derecho al trabajo, a la remuneraci¨®n y a la promoci¨®n, con expresa interdicci¨®n de la discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo. Eso es todo.
Esta escueta regulaci¨®n no significa, como el tiempo, la legislaci¨®n y la jurisprudencia se han encargado de demostrar reiteradamente, que la Constituci¨®n Espa?ola pusiese el m¨¢s m¨ªnimo obst¨¢culo a la igualdad entre hombres y mujeres. Al contrario, la carta magna daba la igualdad por hecha. Esa suposici¨®n se cimentaba en un an¨¢lisis elaborado desde una perspectiva exclusivamente masculina y patriarcal que suele ignorar o eludir los cambios estructurales que son necesarios para lograr la emancipaci¨®n real de las mujeres.
El art¨ªculo 14 ha permitido desarrollar un camino hacia la liberaci¨®n de las mujeres tanto en la sociedad espa?ola como en la pol¨ªtica y en el espacio econ¨®mico
Incluso las mujeres pertenecientes a los partidos de izquierdas as¨ª como los incipientes movimientos feministas asumieron que la prioridad del 78 no era la igualdad entre hombres y mujeres, sino la consecuci¨®n, tras 40 a?os de dictadura, de la democracia y del Estado social de derecho. El primer congreso feminista de Madrid, celebrado en diciembre de 1978, conclu¨ªa: ¡°Hoy por hoy la lucha por la liberaci¨®n de la mujer pasa por conquistar la democracia junto con todos los sectores oprimidos de la sociedad¡±.
Las espa?olas de la Transici¨®n demostraron una enorme generosidad y, a pesar de que la Constituci¨®n no estaba recogiendo de forma positiva sus justos anhelos de igualdad, apoyaron el texto constitucional sin reservas, lo defendieron y lo hicieron suyo, postergando sus leg¨ªtimas aspiraciones.
Es cierto, sin embargo, que a pesar de la formulaci¨®n elegida ¡ªcon la que se renunciaba a una m¨¢s clara configuraci¨®n constitucional de la igualdad entre hombres y mujeres¡ª, el art¨ªculo 14 ha permitido desarrollar un camino hacia la liberaci¨®n de las mujeres tanto en la sociedad espa?ola como en la pol¨ªtica y en el espacio econ¨®mico. Durante los ¨²ltimos 30 a?os, especialmente para los partidos de izquierdas y para el movimiento feminista, la agenda de g¨¦nero ha sido prioritaria, y ha formado parte de la acci¨®n, fundamentalmente, de los Gobiernos socialistas, tanto en el Estado como en comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos. Ese impulso pol¨ªtico, unido a una evoluci¨®n de la jurisprudencia y a una creciente sensibilizaci¨®n social, nos ha permitido avanzar en una estrategia de transversalidad de g¨¦nero: pol¨ªtica de cuotas, primero, y despu¨¦s representaci¨®n paritaria en listas electorales, discriminaci¨®n positiva o una legislaci¨®n de referencia en igualdad, salud reproductiva o violencia de g¨¦nero.
A¨²n as¨ª, tal y como demostraron con mucha fuerza las manifestaciones, multitudinarias del pasado 8 de marzo, queda un largo trecho hasta que consigamos en Espa?a que la igualdad de g¨¦nero sea plenamente real y efectiva. La desigualdad que sufren las mujeres sigue siendo lacerante en el mundo laboral, en el reparto de las responsabilidades y los cuidados dentro del grupo familiar, o la m¨¢s cruel de todas ellas, la violencia y los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas.
La cuesti¨®n ahora es ver si ante un futuro proceso de reforma constitucional es necesaria una actualizaci¨®n o un nuevo desarrollo del art¨ªculo 14, en lo que se refiere al principio de igualdad entre hombres y mujeres. Si la Constituci¨®n no es solo el texto material que regula la producci¨®n de otras normas, sino que adem¨¢s contiene principios y derechos que condicionan a todos, repartiendo el poder y ordenando la sociedad, es evidente la trascendencia que tendr¨ªa un texto constitucional que recogiese de forma expl¨ªcita y suficiente el principio de igualdad entre hombres y mujeres.
Los hombres han disfrutado siempre del monopolio del poder y arranc¨¢rselo no es una tarea f¨¢cil
La inclusi¨®n expresa de la igualdad entre mujeres y hombres, adem¨¢s de un m¨ªnimo desarrollo de la misma, proyectar¨ªa el poderoso influjo de la Constituci¨®n sobre el conjunto del ordenamiento jur¨ªdico y sobre el espacio p¨²blico compartido. Adem¨¢s, permitir¨ªa insertar en la carta magna un principio que, como ha quedado demostrado, concita un enorme consenso social y que podr¨ªa impulsar una identificaci¨®n renovada de la ciudadan¨ªa con la norma m¨¢s importante del Estado. Con ello tambi¨¦n se estar¨ªa saldando la deuda hist¨®rica contra¨ªda desde la Transici¨®n con las mujeres y con el ejercicio de responsabilidad -nunca suficientemente reconocida- que desde entonces han demostrado.
Introducir una formulaci¨®n m¨¢s concreta de la igualdad entre hombres y mujeres en la Constituci¨®n Espa?ola significar¨ªa reconocer una concepci¨®n feminista del poder, denunciando una injusticia hist¨®rica y afianzando las bases de un nuevo equilibrio de fuerzas en el espacio de la toma de decisiones. Porque hablar hoy de feminismo es hablar de un reparto igual del poder entre mujeres y hombres. Conviene insistir en la idea ya que este proceso de reequilibrio va a llevar mucho m¨¢s tiempo del que ser¨ªa deseable, porque los hombres han disfrutado siempre del monopolio del poder y arranc¨¢rselo o convencerles de que lo compartan no est¨¢ resultando una tarea nada f¨¢cil.
Despu¨¦s de la sensibilidad mostrada por la sociedad espa?ola -muy especialmente por parte de la generaci¨®n m¨¢s joven- en favor de la lucha por la igualdad plena entre mujeres y hombres, no hay duda de la conveniencia de abordar con toda intensidad este debate en un futuro proceso de reforma constitucional. Si a estas alturas nadie cuestiona la necesidad de acometer una revisi¨®n amplia del T¨ªtulo VIII sobre el modelo territorial, consideramos fundamental actualizar el art¨ªculo 14 y concretar el principio de igualdad entre hombres y mujeres en la Constituci¨®n Espa?ola del siglo XXI. Es hora de hacer constitucional lo que ya es una realidad legal y sobre todo, una demanda social que va a ir creciendo en los pr¨®ximos a?os.
Antonio Hernando es diputado del PSOE y Elena Valenciano es eurodiputada del Grupo Socialista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.