Esc¨¢ndalo, estupor y escarnio

Hasta el ¨²ltimo minuto discutieron ayer los tres magistrados para evitar las discrepancias en esta grave sentencia. Se ve¨ªa venir. Seis meses deliberando era ya un esc¨¢ndalo, y si no llega a ser porque los medios la reclamaban, el dictamen probablemente seguir¨ªa en el limbo.

Y cuando se conoce me espanta que uno de los jueces haya sido partidario de que una manada de violadores quede impune. Hasta ahora sab¨ªamos que este juez ped¨ªa la excarcelaci¨®n de La Manada al completo y que le espet¨® a la v¨ªctima: ¡°Est¨¢ claro que, dolor, no sinti¨® usted¡±. ?Porque la chica no se resisti¨® lo suficiente? ?Porque hab¨ªa bebido? ?Por qu¨¦ se dej¨® acompa?ar en la noche? ?Porque llevaba la falda corta? ?Porque se re¨ªa con el subid¨®n de la fiesta? ??Y qu¨¦?! ?Eso justifica que te violen salvajemente, te dejen tirada y te roben? ?Y que posteriormente te vigilen con un detective para ver tus s¨ªntomas de ¡°aflicci¨®n¡±? ?Ojo chicas con lo que tom¨¢is a partir de ahora! Cualquier desalmado os puede marear con la bebida, poneros risue?as y violaros sin que un juez vea delito en ello, aunque os violente una legi¨®n. Juez o jueza, porque me vienen a la mente las joyas argumentales de Carmen Molina, quien al frente del juzgado de violencia de genero de Vitoria le pregunt¨® a una v¨ªctima en un juicio celebrado en 2016 si ¡°cerr¨® bien las piernas y todas las partes de los ¨®rganos femeninos¡±.

?Madredelamorhermoso en manos de qui¨¦nes estamos las mujeres! Estas mentalidades ofenden, degradan y humillan, aunque el Consejo General del Poder Judicial diera entonces carpetazo a la denuncia que se hizo contra la jueza Molina, lo que ha debido animar al magistrado Ricardo Gonz¨¢lez para no enrojecerse a la hora de objetar la condena en su voto particular.

No sabemos si la v¨ªctima apelar¨¢, porque el recurso ya se lo ha puesto el propio juez con su voto discrepante. Si le quedan ganas. Porque, ?c¨®mo van a denunciar las mujeres, visto lo visto? Sentencias como esta son definitivamente desalentadoras.

Por cierto, me pregunto si fue tambi¨¦n este juez discrepante quien evit¨® que hubiera im¨¢genes de los delincuentes durante el juicio, para protegerles. Si exponemos el cogote de Rodrigo Rato y hacemos pasear al cu?ado del Rey veinticinco metros bajo las c¨¢maras por presuntos delitos econ¨®micos, los hoy condenados ?por qu¨¦ fueron protegidos de las c¨¢maras a las que ellos son tan aficionados? La agresi¨®n de los cinco, en grupo, pas¨¢ndose a la chica de uno a otros, la grabaron entre risotadas antes de robarle el m¨®vil y dejarla tirada en un portal, dos vilezas que ellos s¨ª reconocieron porque marcharon ¡°fuera de la caballerosidad¡±. ?Anda! Esto es lo que ha debido ablandar el coraz¨®n del juez discrepante: que los chicos ten¨ªan poquita educaci¨®n. Pues que aprovechen a estudiar en prisi¨®n.