Por qu¨¦ los hombres violamos
Educar en la igualdad de g¨¦nero ayudar¨ªa a los hombres a liberarnos los cors¨¦s emociones y de la competitividad extrema
En parte, por la testosterona, que dificulta nuestro autocontrol. Aun as¨ª, con la misma biolog¨ªa, los hombres cometemos hoy menos cr¨ªmenes que en el pasado.
Con una siniestra excepci¨®n. Seguimos agrediendo a las mujeres. Y las razones hay que buscarlas en un aspecto poco conocido de la naturaleza masculina: nuestra sensibilidad. Por ejemplo, el ¨¦xito profesional o social de nuestras parejas afecta negativamente a nuestra autoestima. En contraste, la confianza de las mujeres no se ve minada por nuestros logros. Los hombres somos el sexo sensible. Ellas, el resistente.
Los hombres somos m¨¢s impresionables por el entorno. Y dos cambios sociales han contribuido a que nos mostremos particularmente agresivos con las mujeres. El primero es intuitivo. La revoluci¨®n tecnol¨®gica ha dejado en la cuneta de la econom¨ªa a millones de hombres con estudios bajos. La incertidumbre sin precedentes que sufren les lleva a adoptar comportamientos adictivos, err¨¢ticos y potencialmente violentos.
El segundo cambio es contraintuitivo. La revoluci¨®n feminista ha llenado de mujeres las aulas y los lugares de trabajo. En pocas d¨¦cadas, hemos pasado de un monopolio masculino del espacio p¨²blico a la paridad, o incluso superioridad femenina, en algunos ¨¢mbitos. Y, como advierten los antrop¨®logos, las ratios entre hombres y mujeres determinan las actitudes sexuales de los primeros. Ya sea en la selva amaz¨®nica o en las universidades americanas, si los hombres son mayor¨ªa, invierten esfuerzos en construir relaciones saludables con las mujeres. Si son minor¨ªa, prefieren el sexo espor¨¢dico y se vuelven m¨¢s violentos.
Pero no estamos condenados a una mayor violencia masculina. Educar en la igualdad de g¨¦nero ayudar¨ªa a los hombres a liberarnos de dos estresores que alimentan nuestra violencia: los cors¨¦s emocionales y la competitividad extrema. As¨ª, ser¨ªamos menos violentos. Y vivir¨ªamos m¨¢s, como apunta el psic¨®logo Daniel Kruger, pues la desigualdad de g¨¦nero de un pa¨ªs predice el exceso de muertes masculinas por causas conductuales. El patriarcado es tambi¨¦n terrible para la salud de los hombres. @VictorLapuente
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