Cuba no quiere millonarios
Miguel D¨ªaz Canel puede reformar sin prisas y con pausas, o a la vietnamita, aprisa
La prioridad del nuevo presidente cubano, Miguel D¨ªaz-Canel, es eliminar la dualidad monetaria y acometer reformas econ¨®micas que promuevan mayor bienestar social, pero sin millonarios. Cuba observa el modelo vietnamita, que ha potenciado la empresa privada sin renunciar al dominio del partido comunista, y admite que los emprendedores se conviertan en millonarios. La ortodoxia cubana rechaza copiar el formato asi¨¢tico por eso de la brecha entre ricos y pobres, los peligros ideol¨®gicos y el imperio al acecho. Siempre de verde olivo, ensaya variantes propias, incapaces de obtener los resultados aparecidos.
La isla legaliz¨® a m¨¢s de medio mill¨®n de aut¨®nomos y 400 cooperativas susceptibles de convertirse en pymes generadoras de riqueza y trabajo. Sin ellas, Cuba no saldr¨¢ del atolladero. Las sociedades soportan mejor a los millonarios que el racionamiento. Pero como la acumulaci¨®n de riqueza est¨¢ prohibida, el crecimiento de los emprendedores y sus negocios es limitado. Improbable la apertura pol¨ªtica, a mayor libertad econ¨®mica, mayor prosperidad. Las estad¨ªsticas de Vietnam son elocuentes: crece el n¨²mero de los millonarios, y decrece el de pobres. Al terminar la guerra entre el norte y el sur, en 1975, el 70% de sus habitantes, era pobre; en 1992, el 58%, y en 2000, el 13%. Los ingresos promedio pasaron de 15 y 20 d¨®lares mensuales a cerca de 300. La ¨²ltima ley reguladora de la naci¨®n indochina, vigente desde 2015, establece un marco de creaci¨®n de empresas y negocios privados ampl¨ªsimo. Aunque las estatales son todav¨ªa cruciales, las pymes seguir¨¢n creciendo.
El nuevo gobernante cubano escuch¨® decir en La Habana al secretario general del partido comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong, que ¡°la econom¨ªa de mercado por s¨ª no puede destruir el socialismo, pero para construir con ¨¦xito el socialismo es necesario desarrollar la econom¨ªa de mercado¡±. Ra¨²l Castro aprob¨® en 2008 reformas contra la centralizaci¨®n heredada de los sovi¨¦ticos, que se anunciaron como estructurales sin serlo de verdad. La descentralizaci¨®n vietnamita, y la integraci¨®n de la inversi¨®n extranjera, resultaron mucho m¨¢s atrevidas desde 1989. El proceso de reformas Doi Moi releg¨® en sus planes la colectivizaci¨®n de los recursos nacionales.
Hace cinco meses, Cuba otorg¨® mayor autonom¨ªa de funcionamiento a las empresas estatales, aut¨¦nticos agujeros negros muchas de ellas. Desde el 2013, se ha clausurado casi el 20%. Las privadas de Vietnam aportan cerca del 40% del PIB y el 85% de los nuevos puestos de trabajo. Los aut¨®nomos cubanos representan el 12% de la poblaci¨®n laboralmente activa. Casi el 80% del PIB cubano es generado por las estatales, seg¨²n los datos disponibles; con los actuales esquemas, su transformaci¨®n en centros de producci¨®n competitivos y rentables es un objetivo quim¨¦rico. Teniendo en cuenta la restrictiva regulaci¨®n de las actividades que pueden privatizarse, y que las pymes siguen en el limbo, Miguel D¨ªaz Canel puede reformar sin prisas y con pausas, o a la vietnamita, aprisa y con millonarios.
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