¡°El Gobierno debe respaldar a los jueces, aunque se equivoquen¡±
Los lectores de EL PA?S opinan sobre la sentencia del juicio de La Manada y la reacci¨®n del Ejecutivo
Sentencia sin Justicia
Hace unos d¨ªas se dict¨® sentencia contra los cinco sujetos part¨ªcipes del acto de La Manada. Es indignante ver c¨®mo solo nos fijamos en el comportamiento que tuvo la chica ante tal situaci¨®n. Cuando realmente deber¨ªamos darnos cuenta de que nadie puede saber?c¨®mo nuestra mente o cuerpo reaccionar¨ªa al vernos expuestos e intimidados, no todos tenemos el valor de tratar de huir o gritar al vernos amenazados por una fuerza superior a la nuestra. Este dictamen sin duda deja mucho que pensar en las conciencias de millones de mujeres que se debaten entre la idea de permanecer calladas o denunciar estos hechos que suceden d¨ªa a d¨ªa. ?Pero si no sentimos el respaldo de las autoridades c¨®mo quieren que denunciamos? ¡ªKaroline Lisbeth Calder¨®n (Alcorc¨®n)
La Manada no necesita educaci¨®n sexual
Los integrantes de La Manada no necesitan educaci¨®n sexual. Estos muchachos no son el resultado de una deficiente educaci¨®n sexual en el instituto (por cierto, los alumnos vienen recibiendo educaci¨®n sexual desde los ¨²ltimos cursos de primaria). Lo que necesitaban estos chicos es que no se les hubiera educado como individuos caprichosos que puedan coger lo que se les antoje sin permiso, ni una chocolatina en el s¨²per ni el beso de una mujer. Se les ten¨ªa que haber ense?ado que no pueden hacer todo lo que les venga en gana, a veces porque no pueden y otras porque no deben; que no est¨¢ bien abusar de los d¨¦biles, y , menos a¨²n, cinco contra uno; que su madre, sus hermanas, sus compa?eras de clase y de trabajo son mujeres, pero primero son personas. Se les ten¨ªa que haber educado en el respeto a los dem¨¢s, en suma, y eso no se empieza a hacer en la adolescencia, sino desde que empiezan a tratar con los dem¨¢s. En la adolescencia poco se puede hacer si no traen ya estas lecciones aprendidas. Y nada de esto tiene que ver con el sexo. ¡ªMontserrat Mart¨ªn Sol (Barcelona)
No es el sistema judicial lo que falla en Espa?a
Me alegro de vivir en un pa¨ªs en el que los delitos graves son juzgados por tres magistrados experimentados que deciden sobre casos que ha instruido otro juez diferente. Me alegro de que esos magistrados dicten una sentencia minuciosa y argumentada tras un proceso con todas las garant¨ªas. Me alegro de que lo hagan con independencia y no para contentar a la opini¨®n p¨²blica. Y me alegro aun m¨¢s de que si esos jueces se equivocan otros jueces de un tribunal superior puedan corregirlos, y que si estos tambi¨¦n yerran el Tribunal Supremo pueda dictar una sentencia definitiva ajustada al derecho. Lo que realmente me entristece es vivir en un pa¨ªs en el que los pol¨ªticos se pronuncian sobre la meticulosa labor de los jueces sin haber le¨ªdo sus sentencias. En el que ni siquiera se asesoran previamente para emitir un juicio con conocimiento de causa. En el que critican las resoluciones judiciales que dictan los jueces en aplicaci¨®n de un derecho que ellos mismos, al fin y al cabo, son los que crean. La opini¨®n p¨²blica est¨¢ equivocando el tiro estos d¨ªas: no es el sistema judicial lo que falla en Espa?a. Abramos un debate sosegado sobre la tipificaci¨®n de los delitos contra la libertad sexual. Cambiemos lo que haya que cambiar. Pero dejemos en paz a unos jueces que han ejercido de manera desapasionada una labor crud¨ªsima y dejemos que sean otros jueces los que, si se han equivocado, los corrijan. ¡ªRafael Garc¨ªa P¨¦rez (A Coru?a)
Medir la maldad
Nuestra ley distingue dos categor¨ªas de penetraci¨®n sin consentimiento. La pena m¨¢xima por violaci¨®n, de 15 a?os, es un 50% superior a los 10 a?os m¨¢ximos del abuso con penetraci¨®n. Aparentemente es un 50% peor abusar en grupo de una persona incapaz de resistir que hacerlo con una persona a la que se amenaza con violencia. ?Es acaso mucho menos traum¨¢tico ser penetrada semiinconsciente, drogada o en estado de shock? Seg¨²n la ley dos bofetadas o una amenaza te sit¨²an en una categor¨ªa superior de maldad que aprovechar o incluso crear una situaci¨®n de indefensi¨®n, como si la penetraci¨®n sin consentimiento no fuera violencia suficiente. Parece que la ley quisiera reproducir la distinci¨®n entre el robo y el hurto, ya de por s¨ª discutible. Quiz¨¢s es que a¨²n pensamos que aprovecharse de una mujer vulnerable es un impulso natural y dif¨ªcil de resistir, como entrar en una casa con la puerta abierta. Quiz¨¢s tendr¨ªamos que dejar de ver el cuerpo de la mujer como un bot¨ªn a defender y dejar de discutir si hab¨ªa o no candado. La penetraci¨®n sin consentimiento es el delito, el resto circunstancias. ¡ªJavier Sampedro (Santiago de Compostela)
M¨¢ximo respaldo
M¨¢ximo respaldo a las manifestaciones de la opini¨®n p¨²blica contra la sentencia sobre el caso de La Manada. M¨¢ximo respaldo a las partes afectadas o interesadas que han decidido recurrirla ante una instancia superior. Es posible incluso preguntarse si el voto particular no puede haberse deslizado peligrosamente hacia la prevaricaci¨®n y si alguien lo considera as¨ª deber¨ªa denunciarlo. Pero sobre todo y a pesar de todo, incluso si no se est¨¢ de acuerdo, m¨¢ximo respaldo a la independencia del poder judicial en cuanto pilar b¨¢sico de nuestro sistema democr¨¢tico. M¨¢s tarde se podr¨¢ revisar el C¨®digo Penal o algunas de sus tipificaciones, pero ahora todos deber¨ªamos (y especialmente el Gobierno) ofrecer el m¨¢ximo respaldo a los jueces (aunque creamos que se han equivocado, como en este caso). ¡ªFrancisco Javier Bermejo Escobar (Madrid)
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