China: ?el imperio del medio o el imperio del miedo?
El autor analiza las perspectivas del pa¨ªs asi¨¢tico como centro del mundo y sus distintas periferias que act¨²an como tent¨¢culos en la puesta en marcha de su estrategia global
La estrategia global de China para conseguir el liderazgo mundial se apoya en dos instrumentos interrelacionados: por un lado, en una iniciativa geopol¨ªtica de primer orden, la iniciativa OBOR, One Belt, One Road (Un cintur¨®n, un camino) lanzada por el presidente Xi Jinping en 2013 y que ha sido incluida oficialmente, en octubre del a?o pasado, como doctrina oficial del Partido Comunista; y, por otro, en lo que, sin estar definido, se infiere de sus movimientos estrat¨¦gicos durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas y que podr¨ªamos definir como ¡°las periferias¡±.
En realidad, las periferias de China se articulan en torno a un centro, es decir, la visi¨®n tradicional que tiene este pa¨ªs de s¨ª mismo como el ¡°Imperio del Medio o del Centro¡±. La ambici¨®n de volver a ser el centro del mundo queda patente en los objetivos fijados por el partido comunista hace unos meses. Cuando Xi Jinping se refiere al ¡°rejuvenecimiento¡± de China tras ¡°cien a?os de humillaci¨®n¡± tiene en mente su consolidaci¨®n como una ¡ªsino ¡°la¡±¡ª gran potencia mundial para el 2049; cien a?os despu¨¦s del acceso del partido comunista chino al poder. En este dise?o, resulta evidente que Estados Unidos es el gran rival geoestrat¨¦gico al que, en primer lugar, hay que desplazar como potencia hegem¨®nica en Asia y, a rengl¨®n seguido, cercar y superar en otros continentes.
La primera periferia de China que se podr¨ªa distinguir ser¨ªa la ¡°periferia para la deslocalizaci¨®n¡±, que englobar¨ªa a todos los pa¨ªses del entorno m¨¢s pr¨®ximo: pen¨ªnsula de Corea (especialmente Corea del Sur); la isla de Taiw¨¢n, cuya reintegraci¨®n a la soberan¨ªa china es objetivo prioritario del r¨¦gimen; el Sudeste asi¨¢tico (ASEAN), Nepal, Banglad¨¦s y Pakist¨¢n. Esta periferia constituye el espacio econ¨®mico natural en el que se deslocaliza la industria china en busca de salarios m¨¢s bajos y mayor competitividad. Este espacio reproduce mutatis mutandis la estrategia alemana en Polonia, Chequia y Eslovaquia, as¨ª como la integraci¨®n comercial entre Estados Unidos y M¨¦xico propiciada por el NAFTA y se basa en la diversificaci¨®n intraindustrial. Adem¨¢s, la di¨¢spora china presente en muchos de estos pa¨ªses (sobre todo del sudeste asi¨¢tico) contribuir¨¢ a su implantaci¨®n. Las facilidades financieras de OBOR (pr¨¦stamos del Banco Asi¨¢tico de Inversiones en Infraestructura-AIIB, primer banco multilateral liderado y controlado por China, y otros fondos espec¨ªficos) coadyuvan a la puesta en el ¨¢mbito de las infraestructuras en Asia y a la mayor conectividad e integraci¨®n f¨ªsica de los mercados regionales con China. Entre los obst¨¢culos potenciales en el desarrollo de esta estrategia destacan: el orgullo nacional frente a la arrogancia negociadora de China, los conflictos de soberan¨ªa sobre fronteras e islotes y el tradicional sentimiento antichino en algunos de dichos pa¨ªses (Vietnam, Tailandia, Birmania, Pakist¨¢n), as¨ª como la rivalidad cruzada con India en el golfo de Bengala y Jap¨®n en el nordeste de Asia.
Asimismo, China aspira a imponer sus normas tecnol¨®gicas en sectores punteros (Inteligencia artificial, tecnolog¨ªas de reconocimiento facial y pagos por Internet) y el Renminbi como medio de pago alternativo al d¨®lar y moneda internacional de reserva y de mantenimiento de valor en la regi¨®n.
Jap¨®n intentar¨¢ robarle protagonismo a la hora de establecer normas de comercio a trav¨¦s del acuerdo transpac¨ªfico de comercio y su empuje tecnol¨®gico en algunos nichos como las telecomunicaciones. Queda la inc¨®gnita de saber el posicionamiento estrat¨¦gico de Australia y Nueva Zelanda, econom¨ªas de mercado y democracias de corte occidental, pero con fuerte interdependencia comercial con China y reducida masa cr¨ªtica para oponerse a sus designios sin el apoyo de Estados Unidos.
Xi tiene en mente la consolidaci¨®n de China como la gran potencia mundial para 2049
De hecho, todo indica que el objetivo geoestrat¨¦gico ¨²ltimo de China es expulsar a Estados Unidos de Asia como potencia hegem¨®nica, limitando en gran medida su influencia pol¨ªtica, militar y comercial en el continente asi¨¢tico.
Rusia plantea un desaf¨ªo estrat¨¦gico de especial importancia para China. Consciente de su superioridad demogr¨¢fica, econ¨®mica y comercial, China necesita el aprovisionamiento de gas de Siberia y la tecnolog¨ªa militar rusa al menos durante todav¨ªa algunos a?os. Por eso, la pol¨ªtica china en Asia Central (el patio trasero geopol¨ªtico y militar de Rusia) se gestiona con prudencia aunque su agresividad comercial se hace cada vez m¨¢s patente as¨ª como sus intentos de reemplazar a Rusia como potencia hegem¨®nica en la regi¨®n. Es probable que en el futuro China reactive sus reivindicaciones territoriales a Rusia por territorios perdidos en la ¨¦poca de los zares. Como dijo Mao Tse Tung en su tiempo, ¡°la lista de territorios cedidos a Rusia es demasiado larga y vendr¨¢ el tiempo en el que presentemos nuestra factura¡±.
La relaci¨®n privilegiada con Pakist¨¢n, lo que podr¨ªamos llamar ¡°la periferia del corredor terrestre¡±, busca el cerco de India y refleja la preocupaci¨®n hist¨®rica de China ante un rival que en el plazo de una d¨¦cada le destronar¨¢ como la mayor potencia demogr¨¢fica del mundo. Resulta significativo que los ide¨®logos y acad¨¦micos chinos siempre comparen la eficacia y superioridad de su sistema de ¡°centralismo democr¨¢tico¡± con respecto a la ineficacia de la ¡°mayor democracia liberal del mundo¡±. No obstante, las relaciones comerciales seguir¨¢n desarroll¨¢ndose en un trasfondo de fuerte rivalidad geoestrat¨¦gica y militar en Asia.
La tercera periferia, la que podr¨ªamos definir como la ¡°periferia de la estrategia mar¨ªtima¡± engloba a los pa¨ªses con una singular posici¨®n geogr¨¢fica para la estrategia comercial y militar de China e incluye a pa¨ªses tan dispares como Sri Lanka, Maldivas, Djibouti, Grecia, Islandia, Chile y Nicaragua, entre otros. Se trata de pa¨ªses peque?os o medianos con una significaci¨®n econ¨®mica limitada, pero con una gran importancia estrat¨¦gica por su posici¨®n geogr¨¢fica, que abre la puerta a mercados o a la presencia militar de China en otros continentes. As¨ª, a trav¨¦s de Grecia, los productos chinos acceden al centro del mercado interior de la UE, cortocircuitando el puerto de R¨®terdam.
No hay que olvidar tampoco que Chile se ha convertido en la plataforma ideal para el acceso a Mercosur y al resto de Am¨¦rica del Sur. Por su parte, Islandia ha multiplicado su valor estrat¨¦gico en relaci¨®n con la presencia china en las nuevas rutas mar¨ªtimas que abre el deshielo del oc¨¦ano ?rtico. Sri Lanka, Djibouti, Pakist¨¢n, con el puerto de Gwadar, garantizan la presencia militar china en el mar Rojo y el golfo P¨¦rsico por el que transita gran parte de las importaciones de energ¨ªa y de las exportaciones chinas a Europa, Oriente Medio, la pen¨ªnsula Ar¨¢biga y ?frica del este. Nicaragua, con su futuro canal transoce¨¢nico, pretende romper el monopolio del canal de Panam¨¢ en el tr¨¢fico transoce¨¢nico y contrarrestar la influencia norteamericana en la regi¨®n.
China se apoya en el pasado comunista de los nuevos Estados miembros de la Uni¨®n Europea
La cuarta periferia, que podr¨ªa denominarse ¡°la periferia de las materias primas y de los alimentos¡± la conforman el continente africano ¡ªen especial, ?frica central y noreste en esta fase¡ª y Am¨¦rica Latina. En ?frica y Am¨¦rica Latina, China busca garantizarse el abastecimiento de energ¨ªa (gas y petr¨®leo) as¨ª como de metales y minerales raros. Adem¨¢s, invierte en la compra de grandes extensiones de tierra muy productivas para poder asegurarse el abastecimiento de prote¨ªnas animales y vegetales que necesita una poblaci¨®n cada vez m¨¢s rica. China invierte en ambas regiones con el convencimiento de que a medio plazo ambas regiones-continentes ser¨¢n los mercados potenciales m¨¢s din¨¢micos del mundo y donde podr¨¢ hacer prevalecer su influencia ideol¨®gica (cuando menos en ?frica) y geopol¨ªtica, sin el peso del pasado hist¨®rico que arrastran el colonialismo europeo y el intervencionismo norteamericano durante el siglo XX.
Por ¨²ltimo, quedar¨ªa por definir la ¡°periferia cient¨ªfica y tecnol¨®gica europea¡±. Llama la atenci¨®n que mientras las negociaciones para la firma de un acuerdo EU-China sobre inversiones (que crear¨ªa un marco com¨²n para gestionar y controlar las inversiones chinas en la Uni¨®n Europea) se eternizan, China invierte, construye y consigue r¨¦ditos en pol¨ªtica exterior en Europa. Un ejemplo reciente lo encontramos en junio de 2017, cuando el Gobierno griego rechaz¨® hacer suya una declaraci¨®n de la Uni¨®n Europea en la que se criticaba la represi¨®n de activistas y disidentes en China y se opuso a que la UE llevase una posici¨®n com¨²n de condena a China ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra. Esta ha sido la primera vez en la que la Uni¨®n no ha presentado una declaraci¨®n de este tipo ante el ¨®rgano principal de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos.
Adem¨¢s, China se apoya en el pasado comunista de los nuevos Estados miembros de la Uni¨®n, que le favorece doblemente: primero, la persistencia de una cierta cultura industrial y laboral com¨²n en estos pa¨ªses, ciertamente menos proclive a reclamar derechos sindicales que en la Europa occidental, y segundo, China busca debilitar el sistema de valores de la Uni¨®n: democracia liberal, separaci¨®n de poderes y respeto de los derechos humanos, que tanto choca con el autodenominado modelo chino de ¡°centralismo democr¨¢tico¡± y con la represi¨®n de los derechos humanos y libertades individuales. Como Rusia, China lucha por debilitar a la UE con otros m¨¦todos m¨¢s sutiles, con su caballo de Troya de las inversiones directas y las promesas comerciales. Grecia y Hungr¨ªa ya est¨¢n actuando en esta l¨ªnea. En realidad, a China tampoco le interesa una Europa Unida fuerte, sino fragmentada, balcanizada, sin peso pol¨ªtico para, de este modo, poder reinar negociando bilateralmente e imponiendo sus condiciones, y aprovecharse de la creatividad cient¨ªfica europea as¨ª como de sus lazos culturales y empresariales con pa¨ªses terceros en otros continentes.
Esta estrategia es coherente con la filosof¨ªa de un mundo centrado en China, con distintas periferias. Europa desunida ser¨ªa para China una de las periferias m¨¢s valiosas y no la estaci¨®n final de destino de la iniciativa OBOR que proclaman sus medios de comunicaci¨®n, propagandistas y acad¨¦micos oficiales.
De hecho, todav¨ªa hay muchas preguntas claves sin respuesta sobre la Iniciativa OBOR. Por ejemplo, el documento principal sobre la iniciativa evita abordar cuestiones tan esenciales como el tema de la gobernanza institucional, es decir, el proceso de toma de decisiones y el funcionamiento de sus ¨®rganos operativos.
Por el contrario, con una diplomacia p¨²blica muy activa y eficaz, el Presidente Xi Jiping y su primer ministro, Li Keqiang, se est¨¢n empleando a fondo en desarrollar las relaciones con 16 pa¨ªses de Europa del Este (el llamado formato del Foro "16 + 1"), circunvalando a las instituciones de la Uni¨®n europea. A cambio de pr¨¦stamos y una mayor facilidad en la apertura del mercado chino a sus productos, algunos de estos pa¨ªses de la Uni¨®n o candidatos a la adhesi¨®n participan bilateralmente, y sin previa concertaci¨®n a nivel de la Uni¨®n, en esta iniciativa y desarrollan conexiones de trenes de carga y carriles r¨¢pidos de carga entre China y Europa central a trav¨¦s de los Balcanes, que responden principalmente a la estrategia e intereses comerciales de Pek¨ªn.
La estrategia global de China, con su nuevo instrumento OBOR y sus ejes perif¨¦ricos, es ambiciosa pero ambigua, perfectamente en l¨ªnea con el patr¨®n tradicional chino:?¡°Oculta nuestras capacidades y espera nuestro tiempo¡±.
Esta estrategia puede traer beneficios econ¨®micos potenciales a corto plazo para muchos de los 65 pa¨ªses que han decidido participar en la misma, pero tambi¨¦n conlleva riesgos importantes a medio y largo plazo para la estabilidad pol¨ªtica de Asia y de la comunidad internacional.
La Uni¨®n Europea necesita urgentemente definir y aplicar una estrategia conjunta que preserve su unidad de acci¨®n y cohesi¨®n frente a China. Frente a una China cada vez m¨¢s poderosa y arrogante, la Uni¨®n debe hacerse respetar como uno de los grandes actores de la comunidad internacional, con el que se compite lealmente, se coopera para afrontar desaf¨ªos mundiales y se negocia de igual a igual.
Francisco Juan G¨®mez Martos es profesor visitante en la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Poznan.
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