¡°La gente se niega a reconocer que su ropa es basura¡±
El colectivo Altrapo Lab lucha con sus acciones por concienciar sobre los estragos de la basura textil.
UNA DE LAS PIEZAS m¨¢s emblem¨¢ticas del arte povera es la Venus de los trapos, una instalaci¨®n con la que Pistoletto denunciaba ya en 1967 el consumismo que genera la moda. Con esta referencia pl¨¢stica como punto de partida, el patio central de La Casa Encendida de Madrid se viste con ropa usada cada a?o con ocasi¨®n del Marat¨®n de Reciclaje Textil Creativo.
Es una iniciativa del colectivo Altrapo Lab, que tambi¨¦n propone la cita de hoy en ese mismo espacio: El intercambiador de ropa. Todo va encaminado a concienciar y explicar a la gente c¨®mo renovar su vestuario de forma sostenible. ¡°Esa monta?a de residuos que destacamos en el patio representa la cantidad de basura textil que no podemos eliminar¡±, explica Laura Graizer, portavoz del colectivo. Y a?ade: ¡°El textil no se puede reciclar de forma integral porque a¨²n no se conoce un m¨¦todo para separar los elementos artificiales y naturales de su composici¨®n¡±.
En Altrapo Lab ofrecen varias alternativas al modelo convencional de la moda; la m¨¢s relevante es el reciclaje creativo: ¡°Es importante¡±, se?ala Graizer, ¡°que cada uno se haga responsable de sus propios residuos textiles. Hay que fomentar la autonom¨ªa del consumidor a la hora de alargar el ciclo de vida de las prendas de cara a su reutilizaci¨®n¡±. Los talleres de costura y reciclaje textil son el proyecto estrella de este colectivo.
En el Marat¨®n de Reciclaje Textil, 8 proyectos seleccionados de entre los m¨¢s de 30 presentados ocupan la mesa central para confeccionar nuevas prendas con retales. De ah¨ª puede surgir, como por arte de magia, un vestido de novia. El taller infantil invita a los m¨¢s peque?os a imaginar en qu¨¦ pueden convertirse unas corbatas en ?desuso. En un espacio destacado, un mapa de etiquetas revela el origen de las prendas que llevamos puestas, poniendo en evidencia la amarga y cruda realidad de la industria textil. En la biblioteca de patrones se encuentran ideas, y en el ¨¢rea de cuidados se comparten trucos y consejos que ayudan a conservar la ropa de manera que se pueda alargar la vida de las prendas a las que m¨¢s cari?o se tiene.
No hay duda de que existe un v¨ªnculo casi emocional y dif¨ªcil de romper entre ciertas prendas y sus due?os. Quiz¨¢ por eso hay gente a la que le cuesta menos, a la hora de desprenderse de ellas, regalar o intercambiar con familia y amigos: ¡°En Espa?a¡±, reflexiona Graizer, ¡°el hecho de deshacerte de tu ropa usada ha estado siempre vinculado a la caridad, pero esta idea se ha colapsado en lo que respecta al receptor. La gente se niega a reconocer que su ropa es basura¡±.
Y sin embargo lo es. Si la producci¨®n textil ocupa el segundo lugar entre los agentes contaminantes de acu¨ªferos ¡ªsu impacto medioambiental es tremendo¡ª, hay que contar adem¨¢s con que el residuo textil aumenta en forma exponencial. Ahora tenemos m¨¢s ropa que nunca en nuestros armarios ¡ª?cada espa?ol gasta en vestirse casi 500 euros al a?o por t¨¦rmino medio¡ª mientras que s¨®lo nos ponemos una peque?a parte de ella y la desechamos a un ritmo m¨¢s fren¨¦tico que nunca.
En Altrapo Lab se ense?a a la gente a prolongar la vida de sus prendas con talleres b¨¢sicos para la ¡°costura de guerrilla¡± o la iniciaci¨®n a la m¨¢quina de coser. Y en ¨²ltima instancia ofrecen adem¨¢s un servicio de recogida de ropa, que ser¨¢ destruida para fabricar aislantes o derivada al mercado de segunda mano.?
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