Los votantes de derechas no son m¨¢s negacionistas del cambio clim¨¢tico
Una investigaci¨®n desvincula la ideolog¨ªa pol¨ªtica y el escepticismo del calentamiento
Hubo un tiempo en el que destacados miembros de la derecha espa?ola coqueteaban con el negacionismo del cambio clim¨¢tico. En 2008, el expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar present¨® en Madrid el libro Planeta azul (no verde), que negaba la gravedad del calentamiento. ¡°No soy lo que algunos llaman negacionista del cambio clim¨¢tico. No s¨¦ si hay un cambio clim¨¢tico en el que es ¡ªo no¡ª determinante la acci¨®n del hombre. No lo s¨¦ porque no soy un cient¨ªfico experto en estos temas¡±, proclam¨®. Unos meses despu¨¦s, el nombre de Aznar apareci¨® como cabeza de cartel del mayor congreso de negacionistas del cambio clim¨¢tico de la historia, organizado en Nueva York por el Instituto Heartland, un centro de reflexi¨®n neoliberal financiado por la petrolera ExxonMobil. Tras la pol¨¦mica generada, el pol¨ªtico espa?ol se borr¨® del evento.
En la misma ¨¦poca, Elvira Rodr¨ªguez, exministra de Medio Ambiente con Aznar, hablaba del ¡°pretendido calentamiento del planeta¡± en un documento de la fundaci¨®n FAES. El Grupo de Estudios Estrat¨¦gicos ¡ªotro laboratorio de ideas neoliberal en el que militaba el futuro director general de la Polic¨ªa Nacional, Ignacio Cosid¨®¡ª arremet¨ªa contra el ¡°camelamiento global¡±. Y el hoy presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, citaba a un primo suyo, catedr¨¢tico de F¨ªsica de la Universidad de Sevilla. "Yo de este asunto s¨¦ poco, pero mi primo supongo que sabr¨¢. Y entonces dijo: 'Oiga, he tra¨ªdo aqu¨ª a diez de los m¨¢s importantes cient¨ªficos del mundo y ninguno me ha garantizado el tiempo que iba a hacer ma?ana en Sevilla'. ?C¨®mo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 a?os?".
"No hay nada inherente al conservadurismo pol¨ªtico que haga que las personas quieran rechazar la ciencia del clima", expone el psic¨®logo Matthew Hornsey
Una d¨¦cada despu¨¦s, estas opiniones no han calado entre los votantes conservadores, ni de Espa?a ni de otros pa¨ªses, seg¨²n una nueva investigaci¨®n dirigida por cient¨ªficos de la Universidad de Queensland, en Australia. Los autores han entrevistado a 5.323 personas de 25 pa¨ªses en busca de posibles correlaciones entre ser esc¨¦ptico del cambio clim¨¢tico y ser de derechas, conservador, aficionado a las teor¨ªas de la conspiraci¨®n, individualista o defensor de las jerarqu¨ªas.
¡°Mi argumento general es que no hay nada inherente al conservadurismo pol¨ªtico que haga que las personas quieran rechazar la ciencia del clima¡±, expone Matthew Hornsey, un psic¨®logo interesado en entender por qu¨¦ hay gente que rechaza los mensajes cient¨ªficos en temas como el cambio clim¨¢tico, la vacunaci¨®n y la evoluci¨®n.
El equipo de Hornsey no ha detectado en M¨¦xico y Argentina ning¨²n v¨ªnculo entre el conservadurismo pol¨ªtico y el escepticismo del cambio clim¨¢tico. En Espa?a, los autores han observado una relaci¨®n significativa en solo uno de los aspectos medidos. ¡°Cuanto m¨¢s jer¨¢rquicos son los espa?oles, m¨¢s esc¨¦pticos del cambio clim¨¢tico son¡±, afirma el psic¨®logo. En Brasil s¨ª se ha identificado una asociaci¨®n m¨¢s firme entre el conservadurismo y las dudas sobre el calentamiento global. Y EE UU es el ¨²nico pa¨ªs de los 25 analizados en el que este v¨ªnculo es muy fuerte y consistente, seg¨²n el estudio, publicado hoy en la revista especializada Nature Climate Change.
Espa?a es el pa¨ªs con menos esc¨¦pticos del cambio clim¨¢tico (2%), muy por detr¨¢s de Australia (17%), Noruega (15%) y EE UU (12%), seg¨²n un estudio previo
Hace tres a?os, otro trabajo de investigadores australianos mostr¨® que Espa?a era el pa¨ªs con menos esc¨¦pticos del cambio clim¨¢tico de la quincena de pa¨ªses analizados. Australia, con un 17% de los encuestados, encabezaba la clasificaci¨®n, por delante de Noruega (15%), EE UU (12%), Reino Unido (10%), Alemania (4%) y Espa?a (2%).
¡°Cuando los intereses creados son altos, por ejemplo los de la industria de la miner¨ªa, hay una mayor motivaci¨®n para que las grandes empresas se involucren en campa?as organizadas de desinformaci¨®n en torno al cambio clim¨¢tico¡±, apunta Hornsey, citando los ejemplos de EE UU, Brasil y Australia. ¡°Estas campa?as se desarrollan a menudo como una colaboraci¨®n entre la industria de los combustibles f¨®siles, think tanks conservadores, medios de comunicaci¨®n y pol¨ªticos, y est¨¢n dise?adas para inculcar a los conservadores la creencia de que la ciencia del clima todav¨ªa no es robusta¡±, se?ala Hornsey.
Su investigaci¨®n recuerda el libro Mercaderes de la duda, de 2010, en el que los historiadores estadounidenses Naomi Oreskes y Erik M. Conway denunciaron el papel de los grupos de reflexi¨®n conservadores, financiados por la industria petrolera, en la negaci¨®n del calentamiento. En 2016, la gran mayor¨ªa de los 17 pol¨ªticos que aspiraban a ser el candidato republicano a la Casa Blanca rechazaban el consenso cient¨ªfico alrededor del cambio clim¨¢tico. El ganador, Donald Trump, ha dicho muchas veces que el calentamiento global es ¡°un timo muy caro¡±.
El equipo de Hornsey hace un llamamiento a no caer en el pesimismo ante la situaci¨®n en EE UU. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses que han estudiado es imposible predecir con certeza el punto de vista sobre el cambio clim¨¢tico de los encuestados, aunque se conozca de antemano su ideolog¨ªa pol¨ªtica. Este hallazgo, opinan, ¡°tiene alentadoras implicaciones para los esfuerzos de mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico en el mundo¡±. El propio Mariano Rajoy, cuando en 2007 cit¨® a su primo para hablar del calentamiento, afirm¨®: "Es un asunto al que hay que estar muy atentos, pero, en fin, tampoco lo podemos convertir en el gran problema mundial". Una d¨¦cada despu¨¦s, Rajoy rectific¨®: "El cambio clim¨¢tico es el mayor desaf¨ªo ambiental, econ¨®mico y social".
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