Medir la justicia
Espa?a es, junto a Francia y Luxemburgo, el ¨²nico pa¨ªs en el que no existe una tasa judicial
La justicia suele representarse como una balanza, pero es dif¨ªcil de medir. Y f¨¢cil de juzgar. Por demasiado garantista (con criminales reincidentes), lenta (con macrocausas contra la corrupci¨®n), estricta (con los agresores de Alsasua) o suave (con La Manada). La justicia espa?ola goza de mala prensa. Pero ?la hemos sometido a un juicio justo?
Es poco productivo comparar nuestra justicia con un ideal, con una justicia divina. Es m¨¢s sensato contrastarla con la de nuestros vecinos. As¨ª veremos que, a nivel de percepciones, los espa?oles estamos entre los europeos que menos confiamos en la justicia. En desconfianza solo nos ganan algunos pa¨ªses excomunistas, como Bulgaria o Hungr¨ªa. Y la inefable Italia, casi siempre en las semifinales de cualquier competici¨®n de mal gobierno.
Pero la situaci¨®n objetiva de la justicia espa?ola no es tan negativa. Espa?a ocupa el puesto 23? de 113 en el Rule of Law Index, elaborado por el World Justice Project. Por cierto, Espa?a punt¨²a relativamente mejor en protecci¨®n de los derechos fundamentales y relativamente peor en orden y seguridad.
En un informe para C¨ªrculo de Empresarios y Transparencia Internacional, las profesoras Marian Ahumada y Alicia Gonz¨¢lez Alonso observan que la justicia espa?ola es lenta y r¨ªgida. Pero tambi¨¦n que se ha modernizado y agilizado. Por ejemplo, el tiempo para resolver en primera instancia procesos civiles, mercantiles y administrativos se ha recortado a la mitad en pocos a?os.
Adem¨¢s, frente a la creencia popular, nuestro gasto en justicia (en euros por habitante) est¨¢ por encima de la media europea. El problema no es econ¨®mico, sino organizativo: una defectuosa distribuci¨®n de la carga de trabajo entre los jueces, y tambi¨¦n de los juzgados, con un sistema de partidos judiciales heredado del Estado rural y centralista del siglo XIX.
Y no es un problema solo de escasa oferta, sino tambi¨¦n de fuerte demanda. Tenemos una elevada tasa de litigiosidad. Pero Espa?a es, junto a Francia y Luxemburgo, el ¨²nico pa¨ªs en el que no existe una tasa judicial. Para clamar contra la justicia somos los primeros. Para pagarla, los ¨²ltimos. @VictorLapuente
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