Pobre ni?a rica, pobre Paris Hilton
La celebridad habla de su presencia en redes sociales y del mundo ilusorio que se genera a su alrededor en una pel¨ªcula estrenada en el festival de cine de TriBeCa
Se podr¨ªa decir que Paris Hilton es mucho. Lo tiene todo: una cuenta corriente plagada de ceros a la derecha, modelos de alta costura de los dise?adores m¨¢s relevantes, varias mansiones, su propio jet privado y asiste a fiestas VIP, en las que el champ¨¢n corre por doquier. A pesar de ello, la heredera de la saga hotelera se siente vac¨ªa. O, al menos, eso se deduce de las ¨²ltimas declaraciones realizadas por Hilton: "Cambiar¨ªa todo lo que tengo por la felicidad real¡±, reconoce la multimillonaria en el documental The American Meme, dirigido por Bert Marcus. Para Hilton, felicidad se resumen en dos conceptos bastante mundanos: casarse y tener hijos. Sin m¨¢s.?
Entre cientos de estrellas de las redes sociales, donde destaca su amiga y ex becaria Kim Kardashian,?Hilton fue elegida por Bert Marcus para ilustrar con su vida el documental, presentado el pasado fin de semana en el festival de cine de TriBeCa. A lo largo de la cinta Hilton, que ya era influencer antes incluso de que el t¨¦rmino se consolidase, reflexiona sobre la soledad y la banalidad que esconden las redes sociales, y sobre c¨®mo alguien que siempre est¨¢ rodeada de gente puede sentirse realmente sola. A pesar de todo, no se plantea ¡ªni por asomo¡ª?dejar las redes sociales para encontrar una vida m¨¢s plena.
Siguiendo la estela de esa anhelada plenitud, hace unos meses, Hilton se comprometi¨® con su novio, el actor Chris Zylka, con el que planea casarse y tener un hijo en breve, tal y como ella misma admiti¨® durante la rueda de prensa posterior a la presentaci¨®n del documental que protagoniza.
Atr¨¢s quedan todos los esc¨¢ndalos protagonizados por la multimillonaria, que salt¨® a la fama en 2003 cuando comenz¨® a correr por Internet un v¨ªdeo subido de tono llamado Una noche en Par¨ªs. En la cinta se pod¨ªa ver a una jovenc¨ªsima Paris Hilton manteniendo relaciones sexuales con su entonces pareja Rick Salomon. Un caso muy parecido al de su amiga Kim Kardashian, que por cierto, fue su becaria.
En ese momento en el Hilton descubri¨® lo lucrativo que pod¨ªa ser el esc¨¢ndalo como modo de vida y se dispuso a explotarlo al m¨¢ximo. Lo narr¨® en el reality sobre su vida The Simple Life que protagonizaba, en sus inicios, con su amiga Nicole Richie. Un programa que se aderezaba con los continuos titulares que daban sus excesos con el alcohol, las drogas y las autoridades. Vicios que la llevaron a prisi¨®n en 2006 cuando fue pillada en Las Vegas conduciendo por encima del l¨ªmite de velocidad y en posesi¨®n de coca¨ªna ¨Ctras unos d¨ªas en la c¨¢rcel la pena fue condonada por una elevada multa y trabajos en favor de la comunidad-.
Como consecuencia de sus constante salidas de tono, su relaci¨®n con su familia se resinti¨®, llegando al punto de ser desheredada por su abuelo Conrad Hilton. El empresario hotelero, viendo que el apellido familiar estaba cayendo en desgracia debido a las andanzas de su nieta, decidi¨® retirarle la bonificaci¨®n de 40 millones de d¨®lares que Paris recibir¨ªa tras su muerte.
Con ese expediente a sus espaldas y ya con 37 a?os, Hilton ha encontrado el momento ideal para perseguir esa ¡°felicidad real¡± de la que habla. Eso s¨ª, seguir¨¢ narrando su vida en redes sociales: por muy sola que se sienta, el calor de sus casi nueve millones de seguidores llena, al menos un poco, ese vac¨ªo que ella siente.
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