La paradoja de la m¨¢quina y el derecho a morir
Llega al Congreso de los Diputados una proposici¨®n del Parlamento catal¨¢n que insta a despenalizar la ayuda m¨¦dica para poder morir
El 12 de enero de 1998, Ram¨®n Sampedro pudo finalmente sorber el veneno que acabar¨ªa con su vida. Llevaba d¨¦cadas luchando sin ¨¦xito en los tribunales para lograr que los m¨¦dicos lo ayudaran a morir. Finalmente, urdi¨® un meticuloso plan en el que intervinieron once manos amigas. Una compr¨® el cianuro, otra separ¨® la dosis justa, una tercera hizo la mezcla y, as¨ª, hasta la ¨²ltima, que dej¨® el vaso con una pajita al alcance de su boca. Fue la muerte que ¨¦l quer¨ªa, pero no como ¨¦l la quer¨ªa. El 18 de octubre de 2016, Inmaculada Echevarr¨ªa pudo tambi¨¦n cumplir su deseo: el equipo m¨¦dico que la atend¨ªa la sed¨® y le retir¨® el respirador. Se sab¨ªa que en cuanto lo hiciera, morir¨ªa. Fue la muerte que quer¨ªa como ella quer¨ªa.
Ram¨®n Sampedro e Inmaculada Echevarr¨ªa se encontraban en la misma situaci¨®n. ?l ten¨ªa 55 a?os y llevaba 30 postrado en una cama, desde que a los 25 sufri¨® un accidente cuando se lanz¨® al mar y choc¨® contra unas rocas que le dejaron tetrapl¨¦jico. Ella ten¨ªa 51 a?os y desde los 11 lidiaba con una distrofia muscular progresiva que la hab¨ªa postrado en la cama, totalmente inv¨¢lida. Llevaba 9 a?os conectada a un respirador artificial. Los dos se sent¨ªan encadenados a una vida que no consideraban digna de ser vivida y los dos quer¨ªan morir. Pero quer¨ªan morir bien. Ella pudo hacerlo; ¨¦l, no. ?Cu¨¢l era la diferencia? Que ella estaba conectada a una m¨¢quina y ¨¦l no. Es lo que se ha dado en llamar ¡°la paradoja de la m¨¢quina¡±, seg¨²n la cual dos enfermos en una situaci¨®n parecida acaban teniendo un tratamiento muy diferente en una cuesti¨®n fundamental: la libertad de poner fin a la propia vida.
Desde que en 2002 se aprob¨® la Ley de Autonom¨ªa del Paciente, cualquier enfermo tiene derecho a rechazar un tratamiento, incluso cuando ello sea causa de muerte segura. La autonom¨ªa del paciente para rechazar un tratamiento ha sido sancionada por el Tribunal Constitucional. Los dos tienen el mismo derecho, pero uno puede ejercerlo y otro no porque la ley tipifica de diferente modo la conducta del tercero que resulta necesario para que la muerte se produzca. Los m¨¦dicos de Echevarr¨ªa actuaron correctamente; lo contrario hubiera sido una mala pr¨¢ctica m¨¦dica. Los amigos de Sampedro se arriesgaron a ser acusados de un delito tipificado en el art¨ªculo 143 del C¨®digo Penal. ¡°Hoy, cansado de la desidia institucional, me veo obligado a morir a escondidas, como un criminal¡±, dej¨® dicho en un v¨ªdeo p¨®stumo. Inmaculada Echevarr¨ªa, en cambio, pudo poner fin de forma digna a la ¡°angustia de sentir que cada nuevo amanecer es un nuevo d¨ªa para sufrir¡±.
Ayer se admiti¨® a tr¨¢mite en el Congreso de los Diputados una proposici¨®n del Parlamento catal¨¢n que insta a modificar ese art¨ªculo del C¨®digo Penal. Se propone declarar que quede ¡°exento de responsabilidad penal el que, por petici¨®n expresa, libre e inequ¨ªvoca de una persona que padezca una enfermedad grave que lo conducir¨¢ necesariamente a la muerte o una patolog¨ªa incurable que le provoca sufrimiento f¨ªsico o ps¨ªquico grave y que se prev¨¦ que ser¨¢ permanente, cause con actos necesarios la muerte segura, pac¨ªfica y sin dolor de esta persona o coopere con ello, dentro del marco legal establecido¡±. Ese es el reto: discutir y establecer un marco legal que acabe con la diferencia que hace que unos pacientes puedan recibir ayuda para morir y otros no en funci¨®n de si est¨¢n o no conectados a una m¨¢quina.
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