Conexi¨®n ochentera entre Rossy de Palma y su hija Luna

Icono. Musa. Ochentera. Mujer. Creadora. Chica Almod¨®var. Modelo. Directora. Madre. Instagramera. Gazpacho. Parece f¨¢cil definir a Rossy de Palma (Palma de Mallorca, 1964), pero esconde tantas facetas en s¨ª misma que la lista es inabarcable. La artista acaba de dirigir un fashion film (cortos producidos por una marca), protagonizado por Hiba Abouk y realizado por Diego Postigo, para la marca de ropa interior femenina Gisela. No es la primera vez que se pone detr¨¢s de la c¨¢mara, pero en esta ocasi¨®n comparte trabajo con su hija, Luna Lionne, que acaba de cumplir 18 a?os.

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¡°Surgi¨® de manera espont¨¢nea, un poco accidental¡±, cuenta De Palma. ¡°Pens¨¦ que una marca tan joven requer¨ªa de una voz joven. Y cu¨¢l mejor que la que ten¨ªa en casa¡±. No solo eligi¨® a Luna ¡ªla menor de sus hijos; Gabriel tiene un a?o m¨¢s¡ª por su cercan¨ªa sino por su remarcable voz: ¡°Me gusta su timbre vocal¡±.

¡°Para m¨ª ha sido maravilloso¡±, resume Lionne, ¡°me encanta que cuente conmigo. Por eso, cuando me pide algo, yo me tiro a la piscina. Trabajando con ella, me encuentro s¨²per a gusto¡±, a?ade. Se nota: el t¨¢ndem destila qu¨ªmica y buen rollo. Tambi¨¦n risas.

Adem¨¢s de dirigir, De Palma ha compuesto la banda sonora de este trabajo: ¡°Ella hace melod¨ªas para todo; es la banda sonora de su vida¡±, desvela su hija. ¡°Es cierto: tengo unas 800 notas de voz en el tel¨¦fono, casi ocupan m¨¢s que las fotos¡±, confirma la madre, que va a demostrar sus dotes de baile en la pr¨®xima edici¨®n del programa Bailando con las estrellas (que se emitir¨¢ en La 1).

Las im¨¢genes son otra de las pasiones de De Palma: acaba de inaugurar Camouflages. Autoretratos sin rostro, una muestra en la casa de cultura Les Bernardes, en Salt, en Girona. Adem¨¢s, se autodefine como ¡°instagramera total¡±. ¡°Facebook es titanesco. Y Twitter, mucho blabl¨¢ y controversia. Instagram esconde un discurso est¨¦tico muy interesante. Adem¨¢s me parece aut¨¦ntica, siempre que lleves t¨² la cuenta y no te la gestione alguien¡±.

Luna: ¡°Ella es instagramer a tiempo completo¡±.

Rossy: ¡°Bueno a tiempo completo¡­ Ellos [sus hijos] creen que estoy enganchada, pero no¡­

Luna: ¡°Lo est¨¢. Lo est¨¢¡±.

Rossy: ¡°?No siempre que estoy con el m¨®vil estoy con Instagram! Tambi¨¦n estoy con los mails, con llamadas, con mensajes¡­ Soy una oficina ambulante¡±.

Las pasadas navidades, Luna regal¨® a su madre un d¨¦tox tecnol¨®gico: 21 d¨ªas alejada de los aparatos y de lo digital. ¡°Todav¨ªa no he abierto el regalito¡±, responde Rossy de Palma. Y a?ade bromeando: ¡°Hija, filtra, que esto es EL PA?S; que lo lee mucha gente¡±.

Los orfidales del gazpacho

Aunque Luna es una chica de los 2000 (naci¨® en 1999), se ha criado en los ochenta: ¡°He estado rodeada de gente que vivi¨® esa ¨¦poca, que fue muy especial¡±. Habla de la t¨ªa Loles (Le¨®n), la t¨ªa Bibi... ¡°Siempre me ha dicho: ¡®Mam¨¢, qu¨¦ suerte haber sido joven en los ochenta¡±. A pesar de ello, la primera vez que Luna vio Mujeres al borde de un ataque de nervios, no entendi¨® por qu¨¦ su madre se pasaba toda la pel¨ªcula dormida. ¡°Luego entend¨ª lo del gazpacho [que estaba cargadito de orfidales]¡±, apunta. ¡°El gazpacho lo hizo Fernando Estrella, del grupo Peor Imposible¡±, a?ade De Palma el detalle para mit¨®manos.

¡°Actualmente, hay una juventud en Madrid muy interesante, artistas j¨®venes que crean por crear... Me recuerdan a los ochenta, cuando no se pensaba en la fama ni en el dinero. Cuando la gente segu¨ªa el impulso creativo¡±, opina De Palma. Luna lo corrobora: hace unos meses ha dejado la casa familiar, ¡°en Madrid, pero m¨¢s en el campo¡±, y se ha instalado en Malasa?a. ¡°Necesitaba respirar el centro¡±, dice la joven, comprometida con el movimiento feminista. ¡°Va a todas las manifestaciones¡±, remarca su madre. ¡°Las mujeres vivimos un momento que va a estar en los libros de historia y eso me encanta¡±, a?ade Lionne.

¡°En estos momentos, Madrid emana una energ¨ªa buen¨ªsima¡±, contin¨²a De Palma. ¡°Hay lugares como este [Sala Equis, una antigua sala de cine porno reconvertida en un espacio de ocio cultural] urbanitas, pero relajados. As¨ª, modernos y kitsch a la vez. Una cosa muy neoyorquina-manchega¡±.