El s¨ªndrome Agramunt
La corrupci¨®n es un s¨ªndrome que parece haberse instalado en el ADN del Partido Popular
Pedro Agramunt, el senador del PP acusado de corrupci¨®n por el Consejo de Europa, viene de lejos. Era el presidente del Partido Popular valenciano cuando estall¨® el caso Naseiro. El caso Naseiro, que como se recordar¨¢, fue un caso de corrupci¨®n masiva en el que estuvo implicado el tesorero del PP, Rosendo Naseiro. Estall¨® poco despu¨¦s de que Aznar llegara a la presidencia del PP en 1989. Y un juez de Valencia proces¨® a varios miembros del PP, entre ellos al tesorero Naseiro, a Salvador Palop, al anterior tesorero del PP, ?ngel Sanch¨ªs, y a Pedro Agramunt. El asunto lleg¨® al Tribunal Supremo por el aforamiento de Sanch¨ªs y Agramunt. El caso se cerr¨® porque las escuchas policiales que fueron la causa del esc¨¢ndalo hab¨ªan sido declaradas ilegales porque fueron tomadas por casualidad ya que a quien se persegu¨ªa era al hermano de Palop que se dedicaba al narcotr¨¢fico. La estrategia jur¨ªdica del PP la pilot¨® Federico Trillo.
Entonces Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fue r¨¢pido y destituy¨® a Naseiro colocando a ?lvaro Lapuerta. A Agramunt le sustituy¨® Eduardo Zaplana. Pero la corrupci¨®n en el PP valenciano era sist¨¦mica. A la vista de quienes todav¨ªa siguen ocupando tan importantes cargos, como Agramunt, quiz¨¢s lo siga siendo todav¨ªa. Vicente Sanz, expresidente de la Diputaci¨®n de Valencia, en una conversaci¨®n con Zaplana, sostuvo, entre risas, que ¨¦l estaba en pol¨ªtica ¡°para forrarse¡±. Ha tenido que ser una investigaci¨®n del Consejo de Europa, haciendo un demoledor informe sobre Agramunt, el que ponga otra vez en la c¨²spide de la infamia al PP valenciano. Infamia que mancha a todos aquellos que, como Rajoy, han hecho la vista gorda desde hace decenas de a?os.
Cuando sostuve hace a?os que lo de los sobresueldos en el PP era solo la punta del iceberg de la corrupci¨®n, me qued¨¦ corto. Desde el PP, todos aquellos que ahora van saltando, uno por uno, manchados por la corrupci¨®n, dijeron que yo era un traidor. Y s¨ª, lo era: un traidor a todos estos que han hecho de la corrupci¨®n pol¨ªtica o, como dijo el economista C¨¦sar Molinas, del capitalismo de feria, un modo de vida. En el PP tienen que hacer una profunda catarsis si no quieren desaparecer del escenario pol¨ªtico. El lobby de Agramunt con Siria y Azerbaiy¨¢n, pa¨ªses que est¨¢n lejos de los intereses europeos, ha colmado el vaso. La corrupci¨®n es un s¨ªndrome que parece haberse instalado en el ADN del Partido Popular.
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