Pajares y Esteso: de amos de Espa?a al olvido
El d¨²o c¨®mico relata c¨®mo reventaron la taquilla durante una extenuante temporada, dando una visi¨®n, a veces deformada y otras realista, de nuestro pa¨ªs
Todo ocurr¨ªa en la planta 32 del edificio Windsor de Madrid. All¨ª se firmaban los contratos de tres en tres. Andr¨¦s Pajares (Madrid, 1940) y Fernando Esteso (Zaragoza, 1945), dirigidos y guionizados por Mariano Ozores (Madrid, 1926) reventaron la taquilla con nueve pel¨ªculas en cuatro a?os, de 1979 a 1983. ¡°Por cada pel¨ªcula cobr¨¢bamos 500 pesetas, trad¨²celo en euros [no es dif¨ªcil: tres], y ahora pon en may¨²scula: una mierda¡±, lamenta Pajares en conversaci¨®n con ICON. ¡°Como productores, gan¨¢bamos 50.000 pesetas [300 euros], un desastre. Yo no ten¨ªa alma de productor y me enga?aban¡±. Pajares y Esteso eran los reyes del pueblo, pero fuera de c¨¢mara les explotaban como a obreros inocentes: exactamente igual que les ocurr¨ªa a sus personajes.
Las nueve pel¨ªculas de Pajares y Esteso atrajeron a una media de un mill¨®n de espectadores a unas 100 pesetas (60 c¨¦ntimos de euro) la entrada. ?Qui¨¦n se quedaba con el dinero entonces? Para entenderlo hay que empezar por el principio y este fen¨®meno cultural surge, como casi todo en Espa?a, con una idea de bombero: una comedia sobre el bingo.
¡°Ten¨ªamos cuatro semanas para rodar. ?bamos tan r¨¢pido que a veces mov¨ªamos la boca sin decir nada y luego ya meter¨ªamos alg¨²n chiste en el estudio de doblaje"
Fernando Esteso
Los bingueros (Mariano Ozores, 1979) naci¨® porque, reci¨¦n legalizado el juego en Espa?a, la mujer de Jos¨¦ Mar¨ªa Reyzabal ¡°era muy binguera, le gustaba mucho el bingo a la se?ora¡±, seg¨²n recuerda Pajares. ¡°Mariano [Ozores] tuvo que aprender c¨®mo funcionaba un bingo y yo tambi¨¦n, porque solo hab¨ªa jugado con mi familia en Nochebuena¡±, reconoce el actor.
Pero presentemos a Jos¨¦ Mar¨ªa Reyzabal. Era (falleci¨® en 2004) uno de los siete hijos de Juli¨¢n Reyzabal, empresario y constructor que moderniz¨® las salas de cine en Espa?a y multiplic¨® los pases diarios. Adem¨¢s, mand¨® construir la torre Windsor. Jos¨¦ Mar¨ªa hered¨® de su padre tanto la gesti¨®n del Windsor como Izaro Films, la productora que hac¨ªa comedias populares que pudieran venderse bien en los pueblos: Landa, Ozores y Pajares y Esteso.
Mientras rodaban Los Bingueros, Mariano Ozores escrib¨ªa la siguiente comedia, Los energ¨¦ticos (tambi¨¦n estrenada en 1979). En la superficie se agolpaban los malentendidos, los tartamudeos y los chistes verdes, pero subyac¨ªa una lectura social para quien quisiera entenderla. En Los energ¨¦ticos, dos familias rivalizaban por la propiedad de un pozo del pueblo (pocas cosas m¨¢s espa?olas que esa), pero se ve¨ªan obligadas a unirse contra un enemigo com¨²n: el progreso, representado por una central nuclear. La Espa?a del desarrollismo corr¨ªa con la lengua fuera para intentar alcanzar al futuro. Spoiler: no lo consegu¨ªa.
¡°Aquellas pel¨ªculas eran un testimonio del momento, pero hoy siguen existiendo ese tipo de personas con ganas de llegar a algo y tambi¨¦n esa otra gente que quiere enga?arles¡±, explica a ICON Fernando Esteso. ¡°Ten¨ªamos cuatro semanas para rodar. ?bamos tan r¨¢pido que a veces mov¨ªamos la boca sin decir nada y luego ya meter¨ªamos alg¨²n chiste en el estudio de doblaje. Ensay¨¢bamos primero para re¨ªrnos a gusto, porque los negativos costaban un dineral¡±, explica Esteso. Pajares corrobora este ritmo fren¨¦tico: ¡°Muchas frases salieron del teatrillo que mont¨¢bamos en los ensayos, en familia. Se rodaban sin subvenci¨®n ni leches y en el doblaje las mejor¨¢bamos, sobre todo Antonio [Ozores], que el cabr¨®n no se aprend¨ªa los di¨¢logos. Era un vago delicioso¡±.
Los horarios imposibles han dejado secuelas en la salud de Andr¨¦s Pajares. ¡°Yo hac¨ªa mi espect¨¢culo en la sala Starlet de Barcelona, rodaba en los bingos a partir de las cuatro de la madrugada cuando se iban los clientes y los lunes y martes iba a Madrid a grabar Ding-Dong en TVE¡±, recuerda. ?Y cu¨¢ndo dorm¨ªa? ¡°Pues f¨ªjate, yo soy muy dormil¨®n, pero ah¨ª empez¨® por desgracia mi adicci¨®n a una pastilla que todav¨ªa sigo tomando. Ahora m¨¢s flojita. Adem¨¢s, en aquella ¨¦poca yo ten¨ªa mucho miedo al avi¨®n: ahora tengo m¨¢s miedo a ir por la calle, as¨ª que mi representante, Jos¨¦ Luis Pascual, me acompa?aba y me llevaba casi arrastras¡±, confiesa.
Yo hice a Roque III (Mariano Ozores, 1980) fue su tercera colaboraci¨®n. Hedonistas, autocompasivos, resignados y, por encima de todo, cachondos, estos espa?olitos parodiaban Rocky (John G. Avildsen, 1976) y aprovechaban la coyuntura para presentar una radiograf¨ªa de la cultura espa?ola. Pero era como si la radiograf¨ªa la hubiera perpetrado un m¨¦dico despu¨¦s de tomarse dos pacharanes.
La pel¨ªcula apelaba a la ¨¦pica chapucera del perdedor de Rocky, pero la rebozaba con el esperpento de Valle-Incl¨¢n, la s¨¢tira de Berlanga (despojada, eso s¨ª, de su intelectualidad, su mordacidad y su autorreflexi¨®n) y las vacaciones de Alfredo Landa y Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez lig¨¢ndose suecas. Aquellos dos iconos de ¡°la espa?olada¡± ya estaban a otras cosas: Landa protagonizaba El crack y L¨®pez V¨¢zquez La colmena.
"Yo soy muy dormil¨®n, pero ah¨ª empez¨® por desgracia mi adicci¨®n a una pastilla que todav¨ªa sigo tomando. Ahora m¨¢s flojita"
Andr¨¦s Pajares
¡°?ramos utilizados, porque se nos impon¨ªa el erotismo. ?ramos herederos de ese espa?olito reprimido, que ahora ya no ten¨ªa motivos para reprimirse¡±, reconoce Esteso. ¡°Entonces no se hab¨ªa visto un desnudo de mujer en el cine espa?ol¡±, aclara Pajares. ¡°Si la pel¨ªcula era en serio s¨ª: en los dramas sal¨ªan mujeres desnudas y se les ve¨ªa de todo. Hay una escena en Yo hice a Roque III, en casa del mafioso, donde salen 20 chicas desnudas. Era rid¨ªculo", a?ade.
As¨ª lo explica Esteso: ¡°T¨² antiguamente sab¨ªas qui¨¦n era el censor y trabajabas eludiendo lo que pod¨ªa ser censurable. Nuestras pel¨ªculas coincidieron con el destape, pero hab¨ªa que intentar que la gente estuviera m¨¢s pendiente de la risa que del desnudo. A veces esos dos inocentes ignorantes se pon¨ªan a discutir de una cosa que no ten¨ªa nada que ver aunque hubiera una mujer desnuda delante. Nunca era vejatorio. Ahora no se puede hacer humor con nada. Todo puede ser ofensivo. Ahora le estamos poniendo faldas a las esculturas. En los sem¨¢foros hay peatones con falda y pantal¨®n. Todo el mundo protesta, hay una autocensura, que es la censura m¨¢s odiosa que hay¡±.
¡°?ramos utilizados, porque se nos impon¨ªa el erotismo. ?ramos herederos de ese espa?olito reprimido, que ahora ya no ten¨ªa motivos para reprimirse¡±
Fernando Esteso
Esteso defendi¨® el a?o pasado que ¨¦l no ve aquel cine machista. ¡°Cuando hab¨ªa que rodar con alg¨²n desnudo te preocupabas de que la actriz estuviera tranquila, que la escena durase el menor tiempo posible y que estuviese el equipo t¨¦cnico imprescindible. En realidad, m¨¢s que machista era feminista porque la mujer pod¨ªa con el hombre¡±.
En la primera escena de Yo hice a Roque III, los protagonistas trabajan llamando a las puertas para regalar 2.000 pesetas si la se?ora de la casa usa el detergente Pil¨®n. Cuando les abre una joven con un pecho fuera que no hace ni el amago de cubrirse, resulta que est¨¢ con su amante (un se?or escu¨¢lido de mediana edad) y reducen su premio a la mitad: ¡°Las 2.000 son para las se?oras de su casa¡±, aclara Roque, ¡°para las t¨ªas buenas en pelotas con l¨ªo en casa, solo mil¡±.
¡°Ahora, hacer una broma con eso no tendr¨ªa tanta gracia. Antes no hab¨ªa maldad, las chicas en pelotas eran de cachondeo¡±, admite Pajares. ¡°La gente echa de menos aquellas pel¨ªculas porque recuerdan haberse re¨ªdo con sus padres y sus abuelos. Descubrieron el sexo con una sonrisa, como algo divertido¡±, explica Esteso.
El fen¨®meno avanzaba imparable y Pajares y Esteso protagonizaron una campa?a publicitaria nacional de Thompson mientras el estreno en Espa?a de El imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) se retrasaba para no coincidir en cartel con Yo hice a Roque III. Cuando Andr¨¦s Pajares se cruz¨® con Camilo Jos¨¦ Cela, el ganador del Nobel le recrimin¨® que Crist¨®bal Col¨®n, de oficio descubridor (1982) estuviese noqueando la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de La colmena en taquilla. ¡°Seguro que la tuya es m¨¢s divertida¡±, le espet¨® Cela.
La filosof¨ªa de Ozores era esta: ¡°Un se?or camina por la calle, una ni?a tira una c¨¢scara de pl¨¢tano y el hombre se cae. Una parte del p¨²blico se reir¨¢ porque el tipo se ha resbalado, otros se preocupar¨¢n de si se ha roto algo y otros pensar¨¢n en el ego¨ªsmo intr¨ªnseco de la ni?a. Yo pongo m¨¢s ¨¦nfasis en el resbal¨®n que en la causa, as¨ª lleg¨® a la mayor cantidad de p¨²blico. El resto no me importa. No quiero trascender. No tengo la necesidad de que dentro de 50 a?os la gente me recuerde¡±.
Los liantes (1981, sobre gente de clase baja que estafa a los ricos), Los chulos (1981, un sainete sobre la rivalidad entre un burdel honrado y una iglesia corrupta), Todos al suelo (1982, sobre unos atracadores que emulaban la infame frase de Tejero), Padre no hay m¨¢s que dos (1982, un musical con los integrantes del grupo musical infantil Parch¨ªs estrenada tras la legalizaci¨®n del divorcio), Ag¨ªtese antes de usarla (1983, sobre el poder de la publicidad) y La Lola nos lleva al huerto (1983, una parodia sobre la promiscuidad, las madres solteras y las sectas) congregaron a, probablemente, el mismo mill¨®n de espectadores una y otra vez.
Y entonces se cansaron.
¡°Lo dejamos porque est¨¢bamos haciendo la misma pel¨ªcula con distintos guiones¡±, reconoce Esteso. Pajares, por su parte, ten¨ªa inquietudes art¨ªsticas y ¡°envidia sana¡± de que Landa ganase el premio al mejor actor en Cannes por Los santos inocentes (Mario Camus, 1984), la pel¨ªcula m¨¢s taquillera del cine espa?ol en su momento. Pero se resarci¨® y en 1991 gan¨® el Goya al mejor actor por Ay, Carmela (Carlos Saura, 1990). Esteso hizo p¨²blico su voto por su compa?ero.
Fernando Esteso
Hoy, 38 a?os despu¨¦s, el p¨²blico espa?ol (tanto el que repite como el que descubre) empieza a reconciliarse con aquellas comedias estrafalarias porque nos recuerdan de d¨®nde venimos y quiz¨¢ nos den pistas de hacia d¨®nde demonios podemos ir: Yo hice a Roque III congreg¨® a 634.000 espectadores en su emisi¨®n del 18 de abril en La 2. Porque a pesar de todo Espa?a se sigue reconociendo en ella, aunque sea como un espejo deformado que nos devuelve una imagen grotesca y porque la picaresca nunca fue tan ingenua como cuando nos la contaban Pajares y Esteso.
Seg¨²n Juan Jos¨¦ Montijano, autor de Pajares y Esteso. Tanto monta, monta tanto Andr¨¦s como Fenando (Ed. Di¨¢bolo), ¡°el cine de Mariano Ozores ha estado encorsetado por una buena parte de la cr¨ªtica en un periodo hist¨®rico que no desea ser recordado¡±. Su cine rancio vertebra una Espa?a rancia, la de la Transici¨®n, que demuestra aquella etapa tan analizada pol¨ªticamente que se sufri¨® m¨¢s en la calle: las pel¨ªculas evitaban abordar la pol¨ªtica, pero a la vez resultaba inevitable, dada su aspiraci¨®n a retratar la actualidad, que las circunstancias pol¨ªticas, sociales y culturales tumbasen a los personajes en el primer asalto. Las nueve pel¨ªculas que hicieron Pajares y Esteso eran f¨¢bulas sobre desgraciados intentando levantarse. Y ese es un esp¨ªritu atemporal.
Fernando Esteso
¡°A Espa?a le sigue gustando re¨ªrse, quiere ser feliz. Aquellas pel¨ªculas no se han hecho viejas porque han dejado una secuela de cari?o y los j¨®venes recuerdan a sus abuelos ri¨¦ndose. No estamos tan deshumanizados como pretenden los de arriba, somos m¨¢s solidarios de lo que dicen¡±, asegura Esteso.
Ya no hay sitio para ellos en el siglo XXI. Pajares apenas trabaja (ha aparecido en la primera temporada de la serie 'Paquita Salas') porque se dedica ¡°a vivir, que ya es bastante¡±. Esteso es popular entre el p¨²blico joven por las an¨¦cdotas que cuenta Estela Reynolds (Antonia San Juan en 'La que se avecina')
Yo hice a Roque III funciona como una postal nost¨¢lgica, pero ya no hay sitio para Pajares y Esteso en el siglo XXI. Despu¨¦s de tantos a?os juntos se siguen llevando bien. Pajares apenas trabaja (ha aparecido en la primera temporada de Paquita Salas) porque se dedica ¡°a vivir, que ya es bastante¡±. Fernando Esteso es m¨¢s famoso entre el p¨²blico joven por las an¨¦cdotas de Estela Reynolds (Antonia San Juan en La que se avecina) cuando presume de que ¡°a m¨ª Fernando Esteso me lami¨® un pez¨®n¡±. ¡°Hoy si quiero hacer algo en televisi¨®n mi forma de interpretar choca con el resto. Aparte de pasar por la aprobaci¨®n del director de casting, te tienen que proponer al se?or de la cadena. Adem¨¢s, a estas alturas es como si, no s¨¦, exagerando, le hacen una prueba a Pl¨¢cido Domingo para una ¨®pera. A ver qui¨¦n co?o le hace una prueba a Pl¨¢cido Domingo. Exagerando, ?eh?¡±.
?Sigue vivo el subg¨¦nero o solo est¨¢ conservado en formol? ¡°De todo se puede hacer humor siempre que se haga bien¡±, defiende Pajares. Y a?ade: ¡°F¨ªjate en la gran pel¨ªcula Campeones, que tiene tacto hacia los personajes [los protagonistas son discapacitados] y el p¨²blico se r¨ªe con ellos y no de ellos¡±.
Pero de aquella ¨¦poca no queda ni la torre Windsor, en cuya planta m¨¢s alta se fragu¨® el fen¨®meno, porque ardi¨® en 2005. Hoy es un Corte Ingl¨¦s. Resulta que Espa?a, efectivamente, tampoco ha cambiado tanto.
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