Prehistoria
Encontraron un hombre que parec¨ªa un vasco de raza muy pura. La prueba de identidad que faltaba para reclamar el derecho a decidir... ?El 'Homo peneuvensis'!
Sin menoscabo de las novelas hist¨®ricas, prefiero las prehist¨®ricas. Pongo por encima de todas (no cuento el G¨¦nesis, demasiado edificante para mi gusto) la incomparable Antes de Ad¨¢n de Jack London, que nos revela por qu¨¦ algunas noches, en duermevela, sentimos en el epigastrio una sensaci¨®n como de ca¨ªda que nos sobresalta. Tambi¨¦n aprecio mucho Los herederos de William Golding, que cuenta cosas indispensables sobre el matriarcado at¨¢vico que vuelve a ponerse hoy de moda. Pero las m¨¢s simp¨¢ticas me parecen las de J.?H. Rosny. De las dos m¨¢s destacadas, El le¨®n de las cavernas y La guerra del fuego (sobre la que hizo una pel¨ªcula Jean-Jacques Annaud), le¨ª en mi adolescencia ediciones ilustradas que guardo como tesoros y recuerdo como felices pesadillas. J. H. Rosny fue el seud¨®nimo de dos hermanos belgas de finales del diecinueve, pioneros de la ciencia ficci¨®n como Julio Verne o H. G. Wells, pero sobre todo fascinados por la prehistoria con m¨¢s imaginaci¨®n que rigor acad¨¦mico. Acaba de aparecer en la editorial francesa H¨¦lios una recopilaci¨®n de sus textos breves ambientados en siglos remotos, llenos de uros, mastodontes y leones de las cavernas en lucha contra los humanos a¨²n en fase de rodaje.
En Un cementerio de mamuts, unos cazadores modernos descubren en el gran norte una tribu que vive como en tiempos prehist¨®ricos, aliment¨¢ndose de la carne de grandes bestias conservadas en los glaciares. Pero tambi¨¦n dentro del hielo hay un antepasado humano, al que veneran como Padre de los Hombres. ?C¨®mo era? ¡°Ni negro ni amarillo... ni ario ni semita... El hombre prehist¨®rico se parec¨ªa muy exactamente a un vasco, a un vasco de raza muy pura...¡±. ?Ah¨ª est¨¢! La prueba de identidad que faltaba para fundar el nuevo Estatuto y reclamar el derecho a decidir... ?El Homo peneuvensis!
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