No hay Govern
Con su propuesta de consejeros, Torra hace imposible el levantamiento del 155
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Tras desacreditar a la instituci¨®n de la presidencia de la Generalitat con un historial de pronunciamientos racistas impropios de un cargo electo en cualquier democracia de nuestro entorno y continuar su desprestigio con una toma de posesi¨®n clandestina y denigrante para los millones de catalanes a los que tienen encomendado representar, el nuevo president de la Generalitat, Quim Torra, pretende ahora constituir un Govern fantasmag¨®rico, compuesto de consejeros aquejados de una imposibilidad pr¨¢ctica para ejercer sus responsabilidades, por radicar varios de ellos, transitoriamente, en la c¨¢rcel o en el extranjero.
La arquitectura de este Govern et¨¦reo constituye una clara provocaci¨®n que ni el Gobierno ni los partidos constitucionalistas pueden en modo alguno tolerar. Primero y ante todo porque confirma que la voluntad de Torra no es la de, como corresponder¨ªa a un presidente auton¨®mico salido de las urnas, conformar un Gobierno que impulse pol¨ªticas en favor de la ciudadan¨ªa, sino continuar el enfrentamiento entre la Generalitat y el Estado que con tan desastrosas consecuencias abriera el anterior Govern presidido por Puigdemont.
Pero tambi¨¦n porque contradice frontalmente la promesa de constituir un ¡°Govern efectivo¡± que su lista electoral hab¨ªa presentado ante los votantes y trunca el compromiso de Esquerra de establecer un Ejecutivo que gobierne sin consejeros impedidos f¨ªsicamente para realizar su tarea.
Con su propuesta, Torra quiere seguir alimentando la agitaci¨®n infinita y el victimismo, confirmando as¨ª que, tras haber perdido el favor de los catalanes, topado con el Estado de derecho, la unidad de los dem¨®cratas y la falta de apoyo internacional, ese es el ¨²nico plan hoy del independentismo. Se trata de una estrategia suicida, pues est¨¢ destinada a fracasar, pero al inmenso coste de fracturar a¨²n m¨¢s la sociedad catalana, promover el enfrentamiento con el Estado y sembrar la desconfianza entre empresarios e inversores extranjeros.
Con su decisi¨®n, Torra no hace sino comunicar formalmente al Estado su rechazo a formar Gobierno, que era la condici¨®n que el Senado fij¨® para se?alar el fin de la vigencia del art¨ªculo 155. Ante tama?a irresponsabilidad, el Gobierno y el resto de los partidos constitucionalistas se ven abocados a retomar el consenso y la unidad de entonces y rechazar la propuesta de Govern planteada por el nuevo president.
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