Despu¨¦s de m¨ª, el diluvio
Rajoy no es el primer dirigente espa?ol que prefiere desacreditar la democracia espa?ola antes que asumir su derrota
Rajoy dej¨® hecho el balance futuro de S¨¢nchez: "Usted no est¨¢ en condiciones de formar un Gobierno estable¡±, ¡°usted no tiene una idea de pa¨ªs¡±, ¡°usted no tiene respuesta a los retos del futuro¡±, ¡°usted no puede ser presidente¡±... Como si quisiera fijar por anticipado el fracaso catastr¨®fico de S¨¢nchez y dejarse ya preparado el juicio que har¨¢ alg¨²n d¨ªa: ¡°Os lo advert¨ª¡±.
Rajoy, como De Gaulle, est¨¢ persuadido de que tras ¨¦l s¨®lo puede venir una cosa: el diluvio. Y ese apr¨¨s moi le d¨¦luge delata la desconfianza en el sistema tan caracter¨ªstica de quienes se presentan como sus mayores adalides. El Estado soy Yo. De hecho, Rajoy se mostr¨® persuadido de ser su garante ¡ªestabilidad, unidad de Espa?a, constitucionalidad y progreso¡ª y que el Gabinete S¨¢nchezstein destruir¨¢ su legado. La cosa sonaba al Apocalipsis de San Juan, con los cielos abri¨¦ndose mientras coros de ¨¢ngeles con grandes trompetas anuncian plagas terribles: desgobierno, inestabilidad, presupuestos en almoneda, Espa?a rota¡ Cierto, hay incertidumbres, pero los excesos siempre tienden a la caricatura.
Rajoy, en sus ¨²ltimas horas, trat¨® de construir su particular Apocalipse Now con napalm ret¨®rico, decidido a deslegitimar la propia moci¨®n. Al afirmar que ¡°en democracia gobierna quien gana elecciones¡± denunciaba que el proceso es antidemocr¨¢tico; no asume la realidad en una democracia parlamentaria ¡ªcomo ese otro mantra de la lista m¨¢s votada¡ª y opt¨® por demonizar el art¨ªculo 113 de la Carta Magna. En definitiva, se ha salido del Bloque Constitucional. Para ¨¦l, esta moci¨®n es ¡°una gran trampa¡± y ¡°un gran chantaje¡±. No es el primer dirigente que prefiere desacreditar la democracia antes que asumir su derrota.
Rajoy ha establecido estos d¨ªas que ¡°con independentistas no se negocia¡±. Es la versi¨®n actualizada de ¡°con terroristas no se negocia¡±. Es una estratagema dial¨¦ctica mezquina: el Gobierno Aznar negoci¨® con ETA, pero al hacerlo Zapatero era un traidor; y el Gabinete Rajoy ha negociado con independentistas ¡ªel propio PNV, el mismo d¨ªa de los presupuestos, inclu¨ªa el derecho a decidir en el pr¨®ximo Estatuto junto a Bildu¡ª pero S¨¢nchez es Judas. Rajoy no se resisti¨® a la tierra quemada.
En definitiva, el presidente pudo optar por la versi¨®n unamuniana de Vencer¨¦is pero no convencer¨¦is, ahora que tanto se evoca aquello con Mill¨¢n Astray, racionalizando sobriamente las dificultades a las que se enfrentar¨¢ S¨¢nchez. Tras impedir un adelanto electoral por temor a Ciudadanos ¡ªquiz¨¢ el factor m¨¢s determinante para todos en este drama¡ª opt¨® por apelar al miedo y el fatalismo entre chascarrillos jaleados por la bancada de su partido con el automatismo de las risas enlatadas en las sitcom. Si tocaba salir por la puerta de atr¨¢s, un alto precio por su tolerancia de a?os con la corrupci¨®n, pod¨ªa haberlo hecho con m¨¢s categor¨ªa. Su ausencia durante la tarde result¨® grosera.
Saber irse no es f¨¢cil; pero hay que tratar de dignificar el trance. ¡°Yo voy a seguir siendo espa?ol¡± espet¨® desabridamente. Y acabar con un gag es siempre una mala idea.
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