El arte secreto del cineasta Gus Van Sant
Fue uno de los cineastas que retrataron la juventud maldita de los noventa y una de las primeras grandes figuras del cine independiente. Ahora, el director estadounidense expone en La Casa Encendida de Madrid sus fotograf¨ªas y sus pinturas, dos de sus pasiones.
UNA VEZ le dijeron a Gus Van Sant que una de las claves de su carrera es que tiene un nombre estupendo, pegadizo, de esos que suenan interesantes, incluso con cierto aire m¨ªstico. ?l est¨¢ de acuerdo. ¡°Es un buen nombre¡±. Vale para ser director de cine o para hacer una reserva en un restaurante. ¡°Mucha gente se sorprende cuando me conoce. Tienen una imagen de m¨ª, del aspecto que deber¨ªa tener, y cuando me conocen se decepcionan. ?Gus Van Sant tiene este aspecto? En su mente yo me deber¨ªa parecer a Tom Waits o a Bukowski¡±.
En este caso, Gus Van Sant es un se?or de mirada amable que aparenta algo menos de su edad, 65 a?os, y abre la puerta de su casa en las colinas del este de ?Hollywood. Hacia la derecha se ve el Observatorio ?Griffith, adonde suele subir de paseo. A la izquierda, el cartel de Hollywood. Compr¨® esta casa hace 10 a?os y se mud¨® a ella hace 5, cuando vendi¨® la de Portland, la ciudad de la que sali¨® el imaginario con el que conquist¨® a una generaci¨®n a principios de los noventa. Durante dos horas en el sal¨®n de su casa, repasa su trayectoria en el cine rodeado de cuadros pintados por ¨¦l que se acumulan por las paredes del sal¨®n. Pinta cuatro horas al d¨ªa. Sus ¨²ltimos trabajos se centran en una imagen recurrente, la de un hombre joven desnudo en medio de la calle. Vemos a ese joven en una calle que podr¨ªa ser Hollywood Boulevard. En otro, lo vemos con un autob¨²s rojo de dos pisos. ¡°Se parece a un Oscar¡±, bromea el director, que estuvo nominado a ese premio dos veces.
¡°He vivido en Nueva York y ahora en Los ?ngeles, pero siempre he gravitado alrededor?de Portland. Es mi casa¡±
Las pel¨ªculas de Gus Van Sant pusieron rostro a aquella juventud. ¡°Juventud en peligro¡±, precisa. Durante casi dos d¨¦cadas captur¨® la confusi¨®n, la angustia y la ambici¨®n de los veintipocos a trav¨¦s de los gestos de River Phoenix, Matt Dillon, Keanu Reeves, Nicole Kidman, Matt Damon y Ben Affleck. Fue el m¨¢s conocido de un pu?ado de directores que definieron lo que se llam¨® cine independiente. En estos d¨ªas, una exposici¨®n en La Casa Encendida, en Madrid, muestra decenas de fotograf¨ªas de Van Sant y de sus rodajes. Hay retratos de esos j¨®venes que trasladan a esa atm¨®sfera que nadie ha logrado imitar. El trabajo de Van Sant en fotograf¨ªa juega tambi¨¦n con la sexualidad, con j¨®venes que miran a la c¨¢mara con la misma actitud desafiante y confundida de sus pel¨ªculas. La colecci¨®n incluye bocetos, esquemas de los rodajes y pinturas.
Van Sant naci¨® en Kentucky y pas¨® su adolescencia en Darien, Connecticut. Lo recuerda como un ambiente muy conservador. El inter¨¦s por el cine le surgi¨® gracias a un profesor de ingl¨¦s de su instituto llamado David Sohn. ¡°Era brillante, un pensador. Pintaba, imitaba p¨¢jaros. Hizo mucho por m¨ª sin que yo supiera bien lo que estaba haciendo. Ten¨ªa un libro que se llamaba Stop, Look and Write [para, mira y escribe]. Era un libro de fotos enigm¨¢ticas en blanco y negro. Por ejemplo, un m¨¦dico en una sala de espera con una taza de caf¨¦. Ten¨ªas que escribir una historia sobre lo que estaba pasando en la imagen¡±.
Ese profesor le oblig¨® a imaginar historias. Le ense?¨® en clase Ciudadano Kane (1941). La vio con 14 a?os, en una ¨¦poca en la que no era f¨¢cil conseguir cintas antiguas. ¡°Era la primera vez que ve¨ªa una pel¨ªcula con tanta psicolog¨ªa evidente, que ten¨ªa algo m¨¢s que la simple historia. Era obvio y no obvio al mismo tiempo. La ca¨ªda de ese hombre, su vida¡ En esa zona hab¨ªa un par de canales de televisi¨®n alternativos. Cuando ten¨ªan un filme lo pon¨ªan 15 veces para llenar las franjas. As¨ª que pod¨ªas ver Ciudadano Kane toda la semana. Los cineastas suelen decir que esa pel¨ªcula fue la que les hizo querer ser cineastas. En mi caso es as¨ª. Fue Ciudadano Kane¡±.
¡°Dondequiera que vaya, imagino cosas fascinantes. Estoy en un restaurante y veo un filme. Luego aparecen los personajes¡±
Dice Van Sant que sus cintas no empiezan con un personaje, ni con una historia. Empiezan con un lugar. Ese sitio se va llenando despu¨¦s con lo dem¨¢s. ¡°Me he dado cuenta de que siempre he querido capturar un ambiente. Siempre es un lugar. Y all¨ª hay personajes. Estoy en un aeropuerto tirado tres horas y empiezo a pensar que se puede hacer una pel¨ªcula en la sala de embarque esperando un avi¨®n. Dondequiera que vaya, imagino cosas fascinantes. Estoy en un restaurante y veo un filme. Y luego ya empiezan a aparecer los personajes. As¨ª es como me vienen las pel¨ªculas y as¨ª fue la inspiraci¨®n para algunas de las primeras¡±. Al principio, ese lugar fue Portland. ¡°He vivido en Nueva York y Los ?ngeles, pero siempre he gravitado alrededor de Portland. Es mi casa¡±. De unas calles concretas de Portland surgieron Mala noche (1986) y Drugstore Cowboy (1989).
El ¨²ltimo trabajo de Van Sant vuelve a Portland. Al escenario de Mala noche, su debut. No te preocupes, no llegar¨¢ lejos a pie, presentada en febrero en Berl¨ªn, explora la vida de John Callahan, un vi?etista alcoh¨®lico y condenado a una silla de ruedas. Pero, de nuevo, el lugar es la historia. ¡°John era un personaje de las calles de Mala noche. Estaba all¨ª, en la misma calle, en los mismos a?os¡±.
Drugstore Cowboy dio la vuelta al mundo. La historia de una pareja de drogadictos y su carrera de atracadores de farmacias convirti¨® a Matt Dillon en el rostro de las drogas, tan seductor como autodestructivo. Cuando uno hace repaso de los actores a los que Van Sant ha retratado en el punto m¨¢s fascinante de su juventud, la lista empieza ah¨ª. Sin embargo, estuvo a punto de no ser as¨ª. ¡°El personaje de Matt Dillon ten¨ªa que tener 45 o 46 a?os¡±, explica. ¡°Sin embargo, en la pel¨ªcula tiene 26. Se cambi¨® despu¨¦s de contratarle a ¨¦l y a Kelly Lynch. No me import¨® cambiar la din¨¢mica de la historia para acomodarla a ¨¦l¡±.
Aprovechando el ¨¦xito de cr¨ªtica de Drugstore Cowboy, decidi¨® hacer una historia que ten¨ªa preparada desde antes de su debut. Mi Idaho privado (1991) quiz¨¢ sea la pel¨ªcula que concentra todo lo que viene a la cabeza bajo el nombre de Gus Van Sant. El universo propio que el p¨²blico le atribuye se resume en la imagen de River Phoenix con el pelo a lo James Dean y expresi¨®n perdida, haciendo de chapero narcol¨¦ptico en busca de su madre y de s¨ª mismo. ¡°Quer¨ªamos hacerlo con poco dinero, como medio mill¨®n de d¨®lares. Est¨¢bamos preparados para trabajar con desconocidos de Portland, como en Elephant (2003). Pero probamos a mand¨¢rselo a River [Phoenix] y Keanu Reeves, por si acaso. Solo a esos dos actores, a nadie m¨¢s. Y dijeron que s¨ª. Eso cambi¨® los planes¡±. Phoenix era la mayor estrella juvenil del momento. A trav¨¦s de ¨¦l, el gran p¨²blico vio en Mi Idaho privado la homosexualidad como no se hab¨ªa tratado hasta el momento. Muri¨® dos a?os despu¨¦s, a los 23 a?os. Van Sant le dio el mejor papel de su carrera y de paso coloc¨® a Keanu Reeves en la cumbre.
Van Sant cree que Internet y YouTube ponen en peligro el formato cinematogr¨¢fico. ¡°Hay que salvarlo, no erradicarlo¡±, afirma
Van Sant y otros como Hal Hartley o John Sayles definieron en esos a?os lo que era cine independiente americano para una generaci¨®n de cineastas. ¡°Para los baby boomers, la pel¨ªcula que nos ense?¨® que lo pod¨ªas hacer t¨² mismo fue Easy Rider. Pero esa cost¨® como un mill¨®n de d¨®lares. Para m¨ª fue Pink Flamingos (John Waters, 1972). Se hizo con 10.000 d¨®lares. Era muy, muy peque?ita. Y era tan loca, tan escandalosa. Yo era estudiante, y Pink Flamingos fue el ejemplo de que no necesitabas nada, solo tu propio mundo, y que no hace falta ir m¨¢s all¨¢ de tu patio para hacer una pel¨ªcula. Fue una lecci¨®n muy fuerte. No hab¨ªa que seguir las reglas, pod¨ªas hacer un filme de lo que te diera la gana¡±.
Haciendo lo que le dio la gana entr¨® en la ¨¦lite de Hollywood cuando le buscaron para dirigir El indomable Will Hunting (1997), producida por el hacedor de mitos Harvey Weinstein, que hoy se enfrenta a cuatro acusaciones por violaci¨®n. Fue nominado al Oscar. Volvi¨® a ser nominado en 2009 por Mi nombre es Harvey Milk, la historia del primer cargo electo abiertamente gay, asesinado en los pasillos del Ayuntamiento de San Francisco. En alg¨²n momento en la ¨²ltima d¨¦cada, Van Sant sali¨® de esa ¨¦lite, quiz¨¢ porque nunca dej¨® de hacer lo que le dio la gana, con dinero o sin ¨¦l. La cr¨ªtica no le ha vuelto a elogiar un trabajo desde hace una d¨¦cada.
Uno de los grandes momentos de su carrera lleg¨® en 1995 con la pel¨ªcula Todo por un sue?o. En ella, Nicole Kidman, obsesionada con salir en televisi¨®n hasta el punto de matar por ello, dec¨ªa que si todo el mundo saliera en la pantalla ser¨ªan mejores personas. En aquel momento, el personaje era una psic¨®pata. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, en la era de YouTube y los v¨ªdeos en directo, suena a profec¨ªa. Todos tienen una c¨¢mara delante todo el tiempo. ¡°El asistente con el que trabaj¨¦ en la ¨²ltima cinta solo ve¨ªa cosas en YouTube¡±, cuenta Van Sant. ¡°Tiene 22 a?os. Cuando le ense?¨¦ la pel¨ªcula, me dijo que le parec¨ªa anticuada. Mi propio asistente no entend¨ªa mi trabajo¡±.
El cambio de medio est¨¢ transformando lo que se cuenta, reflexiona Van Sant. ¡°Veo el cine en peligro por el medio mismo. Me fascinan las doctrinas de McLuhan: el medio es el mensaje, y tanto uno como otro est¨¢n cambiando. Trump es exactamente eso. El mensaje es que la verdad no es importante¡±. Cuando se le pregunta por nuevos formatos, cree que ¡°se ha modificado el di¨¢logo cinematogr¨¢fico¡±, y argumenta: ¡°Si hicieras algo ahora con los personajes de Drugstore cowboy, ser¨ªa una serie de Netflix. Se ha forzado un cambio de estilo. A eso se refer¨ªa Guillermo del Toro en su discurso de los Oscar, a que el cine como formato merece la pena. Hay que salvarlo, no erradicarlo¡±.?
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