?Hubo moci¨®n de censura?
Un mero ¡°echar a Rajoy¡± no era el programa de gobierno que necesitaba el debate
En Espa?a las instituciones pol¨ªticas est¨¢n bien dise?adas pero los pol¨ªticos las utilizan mal. A esta conclusi¨®n estoy llegando. Veamos, como ejemplo, el caso de la moci¨®n de censura del jueves pasado en el Congreso.
En un sistema parlamentario la legitimidad democr¨¢tica de un Gobierno se basa en el v¨ªnculo de confianza que le une al Parlamento y que se manifiesta en el apoyo de una mayor¨ªa de diputados. En nuestro caso, este v¨ªnculo se establece entre el Congreso y el presidente del Gobierno y puede quebrarse a trav¨¦s de determinados procedimientos, entre ellos la moci¨®n de censura.
En muchos sistemas pol¨ªticos, la moci¨®n de censura consiste en exigir responsabilidad pol¨ªtica al Gobierno con el fin de provocar, simplemente, su ca¨ªda. En nuestro sistema, as¨ª como en el alem¨¢n, entre otros, la moci¨®n de censura no solo sirve para destituir a un presidente sino tambi¨¦n, simult¨¢neamente, para designar a otro que ha sido presentado como candidato. Por eso se la denomina moci¨®n de censura constructiva: a la vez puede retirar la confianza a un presidente (censura) y proceder a la investidura de otro (constructiva). Todo ello con el objetivo de dar estabilidad al Gobierno.
Este procedimiento de investidura de un presidente del Gobierno, y tambi¨¦n el habitual tras unas elecciones generales, requiere una premisa fundamental: el candidato debe exponer y debatir en el Parlamento su programa de gobierno. Este debate no es un mero tr¨¢mite formal sino que tiene un profundo sentido democr¨¢tico: debe contribuir a formar la opini¨®n de los diversos grupos parlamentarios sobre la conveniencia o no de votar al candidato. Por eso debe ser un programa lo suficientemente detallado, no solo para saber si es conveniente votar a dicho candidato sino tambi¨¦n para averiguar si es cre¨ªble, es decir, si las medidas propuestas son coherentes entre s¨ª y su coste econ¨®mico es veros¨ªmil, si cuadran los n¨²meros y no se trata de pura demagogia con el objeto de contentar a todos.
?Por qu¨¦ es importante la exposici¨®n y debate del programa pol¨ªtico? Porque mediante su programa el candidato pretende obtener la confianza de una mayor¨ªa de diputados y, adem¨¢s de ayudarles a decidir su voto, estos tienen argumentos, en el caso de resultar elegido, para controlar si cumple con los objetivos a los que se ha comprometido. La democracia no consiste solo en elegir diputados y designar un Gobierno sino tambi¨¦n en controlar a ambos: los electores a los diputados y estos al Gobierno. Para efectuar este control se necesitan conocer sus compromisos.
El pasado jueves, la moci¨®n de censura no se llev¨® a cabo de acuerdo con nuestro modelo constitucional. El desarrollo de la sesi¨®n no fue el propio de una moci¨®n de censura constructiva sino de una censura a secas, en la que solo se demandan responsabilidades al presidente del Gobierno pero no se requiere al candidato que exponga un programa de gobierno razonablemente concreto y argumentado. Por un lado, los grupos parlamentarios expusieron los motivos de su censura al presidente, con lo cual nada que objetar a la primera parte del procedimiento. Pero, por otro lado, se obvi¨® la segunda parte, no se expuso un programa preciso y detallado, a menos que el lema ¡°echar a Rajoy¡± se considere ya todo un programa de gobierno.
Bien, ello ya est¨¢ hecho y consumado, nada que objetar a efectos pr¨¢cticos y de futuro. Pero los precedentes son siempre peligrosos. De ahora en adelante, ?c¨®mo se podr¨¢ controlar al actual presidente? ?Con arreglo a qu¨¦ par¨¢metros se podr¨¢ ejercer el control si no se ha comprometido a nada, m¨¢s all¨¢ de ciertas vaguedades? El deterioro de las instituciones democr¨¢ticas es el deterioro de la democracia.
Estamos constantemente hablando de reformas institucionales, incluso de algunas que pueden afectar al texto constitucional. Pero quiz¨¢s ser¨ªa prioritario hablar antes de otras reformas. Por ejemplo, de mejorar nuestra cultura jur¨ªdica y pol¨ªtica, de elevar la capacidad profesional de los cargos p¨²blicos electivos, de aumentar los conocimientos de quienes condicionan la opini¨®n p¨²blica a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n. El buen funcionamiento de las instituciones pol¨ªticas es la garant¨ªa de la democracia y de ello somos responsables todos, incluidos por supuesto los ciudadanos.
El jueves pasado tuvo lugar una sesi¨®n de censura en el Congreso, no estoy tan seguro de que tuviera lugar una moci¨®n de censura constructiva, la espec¨ªfica de nuestro modelo constitucional.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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