La involuci¨®n de Daniel Ortega
El presidente nicarag¨¹ense desvirtu¨® los ideales sandinistas y fractur¨® el movimiento
La generaci¨®n que apoy¨® la revoluci¨®n sandinista contempla espantada la desp¨®tica transformaci¨®n de Daniel Ortega, el comandante que hace medio siglo acaudill¨® la milicia popular contra Anastasio Somoza. Proclam¨¢ndose entonces adalid de los pobres y los oprimidos, hoy reprime a los hijos de aquellos con m¨¦todos que recuerdan a las dictaduras de Argentina y Chile. La polic¨ªa nicarag¨¹ense allana, detiene y tortura, y niega informaci¨®n sobre el paradero de los detenidos. Rosario Murillo, esposa y vicepresidenta, es copart¨ªcipe de la masiva violaci¨®n de los derechos humanos, seg¨²n los organismos internacionales encargados de su observancia.
La involuci¨®n de Ortega, que ser¨¢ numantina, desvirtu¨® los ideales sandinistas, fractur¨® el movimiento y pas¨® desapercibida durante once a?os porque la blanquearon el episcopado y el gran capital, beneficiarios de las pol¨ªticas gubernamentales a cambio de complicidad y silencio. La efervescencia social, el horror de los muertos a balazos, sepultaron esa alianza. La pauperizaci¨®n de la democracia en una naci¨®n cuya revoluci¨®n encandil¨® al mundo comenz¨® hace tres decenios.
Figuras hist¨®ricas del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) lo abandonaron porque las inversiones en educaci¨®n y desarrollo fueron castigadas por el despilfarro y la arbitrariedad, y porque pensar se convirti¨® en un ejercicio peligroso. El soci¨®logo y cofundador del frente ?scar Ren¨¦ Vargas opt¨® por la libertad de pensamiento. En una entrevista con el diario La Prensa aport¨® datos sobre la metamorfosis de un mandatario con una sordera incapacitante: no escucha, y perdi¨® la br¨²jula pol¨ªtica. No sabe qu¨¦ hacer, improvisa y reitera la mentira de que investigar¨¢ los asesinatos perpetrados por matones a su servicio.
La Nicaragua de los sue?os totalitarios no existe porque la corrupci¨®n y el nepotismo resucitaron una Nicaragua exigente, cuyas protestas rebasaron los l¨ªmites de las redes sociales para coordinarse a pedradas. El estallido del 18 de abril puede continuar o morir, pero era presumible porque la dinast¨ªa matrimonial que reparti¨® cargos, canonj¨ªas y medios de comunicaci¨®n entre sus ocho hijos se hab¨ªa adue?ado de la Constituci¨®n y las instituciones. Vociferando contra el neoliberalismo, pero invitando a sus capitanes, el patriarca acumul¨® privilegios y fortuna.
La mutaci¨®n de Ortega se aceler¨® despu¨¦s de su derrota electoral frente a Violeta Barrios en 1990. El fracaso sumi¨® al FSLN en el des¨¢nimo hasta la reconquista de la presidencia en 2007. Coalig¨¢ndose con los fact¨®tum de la sociedad, el presidente complet¨® la maniobra para serlo de por vida. Una retirada pactada es improbable.
La pareja cuenta con la obediencia de los altos funcionarios, alcaldes, concejales y diputados, reducidos a la condici¨®n de eunucos sociales y pol¨ªticos, seg¨²n Vargas. El desdoblamiento del comandante mandatario no fue repentino. El sandinismo opositor lo recuerda en los ochenta integrando un proyecto de cambio revolucionario, sin sospechar que habr¨ªa de transformarse en un capitalista abducido por el poder, al que se aferra con los instrumentos de la dictadura somocista.
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