Muere Miguel Obando, feroz enemigo del sandinismo reconvertido en aliado de Ortega
El cardenal ¡°em¨¦rito¡± de Nicaragua falleci¨® a los 92 a?os la madrugada del domingo, mientras Ortega desataba una violenta represi¨®n que dej¨® cinco muertos
La madrugada del domingo, mientras las huestes del presidente Daniel Ortega desataban un violento asedio contra Masaya ¨Cciudad localizada a 37 kil¨®metros de Managua¨C que dej¨® al menos cinco muertos, incluido un chico que 15 a?os, el Gobierno anunciaba el fallecimiento de Miguel Obando, cardenal ¡°em¨¦rito¡± de Nicaragua, nombrado pr¨®cer de la paz por el presidente Ortega, quien lo ten¨ªa como uno de sus principales aliados. Obando, feroz opositor al sandinismo durante el Gobierno revolucionario de los a?os ochenta, se convirti¨® desde 2005 un leal de Ortega. Al conocer su fallecimiento, el presidente nicarag¨¹ense, reconvertido al catolicismo, dijo que ten¨ªa al prelado en sus ¡°oraciones¡±.
Obando (La Libertad, Nicaragua, 1926) es un personaje importante de la historia reciente del pa¨ªs centroamericano. Jug¨® un papel clave contra la dictadura de Somoza, a la que se opuso con firmeza. Critic¨® la corrupci¨®n del r¨¦gimen y las violaciones a los derechos humanos en aquella Nicaragua convulsa. Y asumi¨® un rol importante como mediador entre la guerrilla sandinista y la dictadura, principalmente en 1978, cuando un grupo de guerrilleros liderados por Ed¨¦n Pastora y Dora Mar¨ªa T¨¦llez tomaron el Congreso de los Diputados.
Tras la ca¨ªda de la dictadura y el triunfo de la Revoluci¨®n Sandinista, Obando se convirti¨® en uno de los principales cr¨ªticos del nuevo r¨¦gimen, a medida que este se alineaba con la Cuba de los Castro y buscaba apoyo en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El cardenal pas¨® a ser un enemigo interno del r¨¦gimen, acosado por una cruenta guerra civil que dej¨® decenas de miles de muertos y por las presiones de Estados Unidos, que financiaba la guerrilla armada para tratar de derrocar al primer Ejecutivo de Ortega. El Gobierno sandinista acus¨® entonces al religioso de mediar con Washington para obtener ayuda a favor de los contrarrevolucionarios.
El cardenal mantuvo sus cr¨ªticas a Ortega tras la derrota del sandinismo, en 1990, cuando Violeta Chamorro, esposa del h¨¦roe nacional Pedro Joaqu¨ªn Chamorro ¨Casesinado por el somocismo¨C gan¨® unas elecciones supervigiladas. En las homil¨ªas dominicales que Obando ofrec¨ªa hac¨ªa uso de supuestos pasajes b¨ªblicos en los que comparaba a Ortega con serpientes. Esos mensajes, a decir de analistas consultado en Managua, ten¨ªan un efecto importante en el electorado nicarag¨¹ense, profundamente cat¨®lico, y ayudaron a las derrotas electorales de Ortega en 1995 y 2001.
En ese contexto, a los nicarag¨¹enses les tom¨® por sorpresa la inesperada ¡°reconciliaci¨®n¡± de Obando con Ortega en 2004, cuando el cardenal ofreci¨® una misa para conmemorar el aniversario de la revoluci¨®n sandinista. El presidente, en un gui?o claro a los sectores m¨¢s conservadores del pa¨ªs, se convirti¨® al catolicismo y en 2005 Obando lo cas¨® con su compa?era de toda la vida, Rosario Murillo, poeta bohemia que durante la dictadura somocista le¨ªa como protesta versos en las escalinatas de las iglesias de Managua y la postre vicepresidenta en el Gabinete del propio Ortega.
Fue un d¨ªa abril de 2005, a las 3.30 de la madrugada, cuando a Obando le avisaron desde Roma que el papa Juan Pablo II hab¨ªa aceptado su renuncia como jefe de la Archidi¨®cesis de Managua, la principal del pa¨ªs. Obando, como estipula el C¨®digo de Derecho Can¨®nico, al acercarse a sus ochenta a?os hab¨ªa planteado su renuncia, pero nadie se esperaba la respuesta positiva del Vaticano. El primero en solidarizarse con el otrora feroz enemigo del sandinismo fue Ortega, quien aspiraba a regresar al poder en las elecciones presidenciales de 2006.
Tras su triunfo electoral con apenas el 38% de los votos ¨COrtega hab¨ªa logrado un acuerdo para reformar la Constituci¨®n y reducir el porcentaje necesario para lograr la presidencia, que era del 45%¨C el caudillo del Frente Sandinista nombr¨® a Obando como l¨ªder de la Comisi¨®n de Paz y Reconciliaci¨®n, una organizaci¨®n fantoche que no ha tenido ninguna relevancia en Nicaragua, aunque Ortega ha dicho que ha sido fundamental para mantener un sistema basado en el ¡°di¨¢logo¡± en Nicaragua.
Algunos analistas nicarag¨¹enses aseguran que Obando fue ¡°secuestrado¡± por Ortega, debido a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que salpicaron al cardenal en la d¨¦cada del noventa. La Universidad Cat¨®lica de Managua, que Obando fund¨®, se vio beneficiada con millones de c¨®rdobas (la moneda local) en pago de becas por parte de la Administraci¨®n del expresidente Arnoldo Alem¨¢n, m¨¢s tarde acusado y procesado por corrupci¨®n. Adem¨¢s, en ese mismo periodo, la Pastoral Social de la Archidi¨®cesis de Managua (conocida como Coprosa) recibi¨® una frecuencia de radio e introdujo en el pa¨ªs camionetas de lujo exentas de impuestos. Al frente de estas operaciones estaba Roberto Rivas, hasta hace una semana presidente del Tribunal Electoral de Nicaragua, se?alado de fraguar los fraudes electorales que desde 2008 le han dado seguidas victorias electorales a Ortega. Rivas, hijo de la eterna asistente de Obando, era protegido del cardenal y se convirti¨® en presidente de la corte electoral por recomendaci¨®n de ¨¦l. El presidente los destituy¨® de su cargo la pasada semana, presionado por los cientos de miles de nicarag¨¹enses que exigen democracia en las calles del pa¨ªs.
El Gobierno prepara las honras f¨²nebres de su pr¨®cer en un momento cr¨ªtico para Nicaragua. As¨ª como Somoza en los a?os setenta del siglo pasado, Ortega est¨¢ acosado por una rebeli¨®n popular, aunque en esta ocasi¨®n no armada. El mandatario ha respondido con una violenta represi¨®n que ya super¨® los cien muertos y es ahora, nuevamente, la iglesia cat¨®lica la que ha dado la cara para encontrar una salida a la crisis. Una iglesia que se hab¨ªa distanciado de Obando por su papel comprometido con el r¨¦gimen, pero que tras su fallecimiento debe honrar la figura del ¡°pr¨®cer¡± que intent¨® darle una imagen de legitimidad Ortega, el exguerrillero sandinista reconvertido en gobernante autoritario.
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