La difusa frontera entre las especies
Parte de la comunidad cient¨ªfica cuestiona la extinci¨®n de los neandertales y afirma que estos siguen vivos en los ¡®Homo sapiens¡¯

Los cient¨ªficos han vivido hist¨®ricamente afanados por catalogar el mundo que nos rodea: las rocas y los minerales, las galaxias y las estrellas, las plantas, los animales o los f¨®siles. Y cuando nos referimos a la clasificaci¨®n de la vida se genera un intenso debate a la hora de decidir si dos organismos pertenecen o han pertenecido a la misma especie. Un ejemplo cl¨¢sico que suscita gran curiosidad es el de si nosotros, Homo sapiens, y los neandertales pertenecimos a la misma especie; ?tenemos que hablar de Homo sapiens neanderthalensis o de Homo neanderthalensis?
Existen diversas definiciones de la palabra ¡°especie¡± y ninguna parece universalmente satisfactoria. En la paleoantropolog¨ªa se han utilizado tradicionalmente criterios morfol¨®gicos para definir las especies; los especialistas cuentan con un registro f¨®sil incompleto y fragmentado con el que intentar reconstruir el pasado. Por todo esto, el debate sobre los or¨ªgenes del ser humano se ha visto envuelto siempre de un halo de controversia.
Al definir una especie, los genetistas lo tienen claro: si dos individuos pueden generar descendencia f¨¦rtil, pertenecen a la misma especie. La progenie entre perro y lobo o entre burro y caballo es viable pero est¨¦ril, y la mezcla de sus genes termina ah¨ª; son especies diferentes. Conforme a esta definici¨®n, si no hay un aislamiento reproductivo prolongado, persiste el flujo gen¨¦tico que mantiene las poblaciones de la misma especie conectadas, impidi¨¦ndose la especiaci¨®n [la formaci¨®n de nuevas especies].
Este concepto de especie no es sencillo de aplicar cuando hablamos del estudio de los organismos f¨®siles y no parece que pueda ayudarnos a responder a las dudas sobre los neandertales. Una buena parte de la comunidad de paleoantrop¨®logos apuntaba a que lo m¨¢s factible era que constituyeran una rama extinta m¨¢s de hom¨ªnidos arcaicos, e intu¨ªa que, dadas las diferencias f¨ªsicas, Homo sapiens y neandertales habitaron ¨¢reas solapadas, pero nunca se llegaron a cruzar. A esto se a?ade el misterio que rodea a su desaparici¨®n hace unos 50.000 a?os y que ha dado lugar a numerosas fantas¨ªas, novelas y especulaciones sin resolver que hablan de mezcla o de extinci¨®n.
Las t¨¦cnicas m¨¢s punteras de an¨¢lisis gen¨¦tico han irrumpido en la paleontolog¨ªa para arrojar luz al puzle de la evoluci¨®n humana
Afortunadamente, los eventos que ocurren a lo largo de la evoluci¨®n dejan indicios en la secuencia de ADN que pueden ser rastreados para ayudarnos a desvelar las relaciones evolutivas entre organismos y acabar con algunas viejas controversias; sin ir m¨¢s lejos, el an¨¢lisis de ADN mitocondrial humano dio lugar a la formulaci¨®n de la Teor¨ªa de la Eva Mitocondrial y despej¨® todas las dudas de que la cuna de la humanidad se encontraba en ?frica.
Las t¨¦cnicas m¨¢s punteras de an¨¢lisis gen¨¦tico han irrumpido en la paleontolog¨ªa para quedarse y arrojar algo de luz al puzle de la evoluci¨®n humana m¨¢s reciente. La sorpresa fue may¨²scula cuando en 2010 se publicaron en la prestigiosa revista Science los resultados de la primera secuenciaci¨®n de ADN gen¨®mico procedente de f¨®siles neandertales: el trabajo dirigido por Svante P??bo, del Instituto Max Planck de Leipzig, demostr¨® que en torno a un 1%-3% del ADN de las poblaciones actuales procede de los neandertales. Y la sorpresa fue a¨²n mayor cuando el pasado noviembre, tambi¨¦n en Science, publicaron las conclusiones del an¨¢lisis de ADN procedente de un conjunto f¨®sil m¨¢s reciente, que arroja un porcentaje del 10%-20%; un incremento del porcentaje en restos m¨¢s modernos implicar¨ªa que los encuentros entre poblaciones se hicieron frecuentes. Esta ser¨ªa la prueba definitiva de que hubo mezcla gen¨¦tica, reavivando la discusi¨®n de si los neandertales eran o no una especie diferente al Homo sapiens.
Cuando es preguntado, el mismo Svante P??bo es bastante reacio a pronunciarse a este respecto, y esto se debe al hist¨®rico conflicto a la hora de definir el concepto de ¡°especie¡± en el campo de la paleontolog¨ªa. Sin embargo, encontrar genoma de neandertal en los humanos actuales es una prueba irrefutable de que no eran especies diferentes desde el punto de vista de la gen¨¦tica: hubo h¨ªbridos f¨¦rtiles. Y un porcentaje del 10%-20% de aquellos neandertales en las poblaciones actuales no puede considerarse simplemente una contribuci¨®n marginal ni accidental, sino la consecuencia natural del encuentro de grupos reducidos de neandertales con los amplios grupos humanos procedentes de ?frica; la contribuci¨®n gen¨¦tica de los neandertales se diluy¨® en las poblaciones, pero no desapareci¨®.
De hecho, han encontrado que el ADN neandertal est¨¢ ausente en el ?frica subsahariana, confirmando el relato cl¨¢sico de que hubo diversos movimientos migratorios desde el continente africano; pero ahora adem¨¢s sabemos que, una vez mezcladas con los neandertales, estas poblaciones no regresaron a ?frica, sino que se extendieron por el resto del planeta. A medida que dispongamos de m¨¢s informaci¨®n gen¨¦tica, podremos desvelar con mayor precisi¨®n muchos detalles sobre nuestro origen.
Un interesante trabajo publicado en 2016 y dirigido por David Reich, catedr¨¢tico de la Escuela de Medicina de Harvard, sugiere la existencia de diversos episodios de mezcla gen¨¦tica con los neandertales, sustentando de nuevo la idea de que el aislamiento y la especiaci¨®n no se llegaron a producir. Entonces, ?se puede hablar de su extinci¨®n? Si mezcl¨¢ramos todas las razas actuales de perros, en unas d¨¦cadas los caracteres morfol¨®gicos m¨¢s peculiares se ir¨ªan homogeneizando y diluyendo. ?Podr¨ªamos hablar entonces de la extinci¨®n de los d¨®berman o los caniches? La ciencia no puede sostener una afirmaci¨®n tal. Mientras hay flujo gen¨¦tico, hay especie.
Al final todo se reduce a un debate conceptual entre lo que consideramos ¡°especie¡± y ¡°extinci¨®n¡±; y quiz¨¢ podr¨ªamos seguir d¨¢ndole vueltas, sin esperanza de obtener demasiados consensos. Pero ahora sabemos que los neandertales siguen vivos en nosotros, es una obviedad a la luz de las nuevas y aplastantes evidencias gen¨¦ticas. Pese a presentar algunas destacables diferencias morfol¨®gicas, los neandertales son antepasados nuestros, al igual que los grupos que migraron desde ?frica y se encontraron con ellos. El linaje evolutivo de los humanos modernos, como el de otras tantas especies animales, debe entonces entenderse como una intrincada red de encuentros y no como una simple l¨ªnea recta. Parece que hemos encontrado en el estudio del ADN f¨®sil la clave que nos hac¨ªa falta para comprender un poco mejor el pasado.
Raquel P¨¦rez G¨®mez es bi¨®loga especialista en gen¨¦tica, doctora en Ciencias Veterinarias por la Universidad Complutense de Madrid.
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