Asfixiar los espacios p¨²blicos

Independentistas radicales cercanos a la CUP y a los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica boicotearon el jueves el homenaje a Miguel de Cervantes que Societat Civil Catalana hab¨ªa organizado en la Universitat de Barcelona.

Los convocantes pidieron la protecci¨®n de los Mossos, y como el rectorado opt¨® por mantener el recinto libre de intervenciones policiales, acabaron desistiendo de ejercer sus derechos democr¨¢ticos.

Hay que denunciar en¨¦rgicamente esta violaci¨®n de las libertades ciudadanas, que deben ser altares de la libertad de pensamiento y de cr¨ªtica. Y dada la reiteraci¨®n de este tipo de incidentes en las universidades catalanas, las autoridades acad¨¦micas deben, de una vez por todas, reclamar todos los medios legales, sin exclusi¨®n, para garantizar la libertad del espacio p¨²blico acad¨¦mico que deben salvaguardar.

Con todo, la primera responsabilidad de este desorden corresponde a quien lo causa directamente; y a sus representantes parlamentarios de la minor¨ªa antisistema y el movimiento independentista, ninguno de cuyos l¨ªderes, inspiradores ni gobernantes desacredit¨® el b¨¢rbaro boicoteo, que parecen considerar justificado.

La cuesti¨®n es que el independentismo radical se arroga para s¨ª el derecho a usar todo el espacio p¨²blico sin autorizaci¨®n ni l¨ªmite, pero se lo niega ferozmente a los que pretenden expresarse libremente llam¨¢ndoles ¡°fascistas¡± y hostig¨¢ndolos. La sociedad catalana no puede aceptar la normalizaci¨®n de estas pr¨¢cticas de asfixia de los espacios p¨²blicos, claramente totalitarias.

Si el Govern de la Generalitat quiere hacer honor a sus proclamas de di¨¢logo y corresponder a la promesa de tender puentes del nuevo Gobierno, urge que no las dinamite. Que no agite el espantap¨¢jaros de volver a la ilegalidad de las leyes de desconexi¨®n, como ha hecho su portavoz. Pues la desobediencia de las normas por el poder abona el terreno a todo abuso contra los derechos por ellas protegidos.