Alimentar el cambio desde la econom¨ªa social
La cooperaci¨®n permite un modelo de producci¨®n ¨¦tico que tiene en cuenta el inter¨¦s colectivo
Una met¨¢fora que solemos usar para ilustrar lo que est¨¢ sucediendo en torno a la defensa de los comedores escolares en nuestra geograf¨ªa es la de Gulliver llegando como una amenaza a Lilliput, esa sociedad donde todo es doce veces m¨¢s peque?o. Ante el riesgo que supone la irrupci¨®n de un gigante, las gentes de Lilliput se ven obligadas a cooperar activamente para contener la amenaza. Algo similar suponen las pr¨¢cticas alternativas impulsadas por los movimientos agroecol¨®gicos y la econom¨ªa social y solidaria (ESS) en decenas de colegios y escuelas infantiles, intensos procesos de cooperaci¨®n que resisten al despliegue de un modelo de alimentaci¨®n escolar perverso.
Las potencialidades de estos comedores, como espacios pedag¨®gicos y transmisores de buenos h¨¢bitos alimentarios, se han ido erosionando seg¨²n se profundizaba su percepci¨®n como un tremendo negocio que supera los dos mil millones de euros solo en Espa?a. Una din¨¢mica que se da en el conjunto de Europa y que se podr¨ªa sintetizar en la creciente externalizaci¨®n de su gesti¨®n; las din¨¢micas de concentraci¨®n empresarial, pues las diez empresas m¨¢s grandes acaparan cerca del 50% del mercado; o la tendencia a favorecer lo que se conoce como caterings de l¨ªnea fr¨ªa, donde colegios construidos sin cocinas (?o con estas clausuradas!) recalientan men¨²s procedentes de cocinas centrales que pueden estar a cientos de kil¨®metros.
Un modelo de escasa calidad gastron¨®mica, que desincentiva el consumo de vegetales (una de las claves de una buena alimentaci¨®n infantil), antidemocr¨¢tico al limitar la capacidad de decisi¨®n y participaci¨®n de las comunidades educativas, problem¨¢tico en t¨¦rminos econ¨®micos pues favorece a los grandes actores a lo largo de toda la cadena alimentaria e indefendible en t¨¦rminos ambientales. Un malestar que llev¨® a la Confederaci¨®n Estatal de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) a impulsar un grupo de trabajo a nivel estatal, donde confluyen con ONG, organizaciones ecologistas, cooperativas/organizaciones de la ESS y plataformas locales, para reclamar mejoras/defender unos comedores responsables (en lo educativo, lo ambiental, lo socioecon¨®mico, etc).
Y es que las cosas podr¨ªan ser distintas. Gulliver, tras conocer a quienes habitaban Lilliput, termin¨® por establecer complicidad y luchar junto a ellos para repeler a una flota invasora. El gigante puede aliarse con los peque?os, y ese deber¨ªa ser el papel de las Administraciones P¨²blicas, mediante el uso de la compra p¨²blica como una herramienta capaz de apoyar el desarrollo de otros modelos econ¨®micos m¨¢s inclusivos, innovadores y resilientes, como plantea la propia Uni¨®n Europea. Una quinta parte de la actividad econ¨®mica, entre el 15 y el 20% del PIB de nuestros pa¨ªses, depende de la orientaci¨®n que se d¨¦ a la contrataci¨®n p¨²blica de bienes y servicios. Esto quiere decir que una quinta parte de la actividad econ¨®mica est¨¢ directamente relacionada con el papel que decidan tener las administraciones a trav¨¦s de los bienes y servicios que contratan o consumen; fomentando buenas o malas pr¨¢cticas ambientales, siendo ejemplarizantes o no con las condiciones laborales, apoyando a las grandes corporaciones o apostando por las peque?as empresas, incentivando u obviando los impactos ambientales.
Ante la falta de voluntad pol¨ªtica y de una apuesta decidida por parte de Gulliver, desde diversas entidades ligadas a la econom¨ªa social y solidaria se viene experimentando junto a las comunidades educativas en la puesta en marcha de comedores escolares saludables y sostenibles. Convencidos de que la mejor forma de anticipar un cambio es demostrar que es posible, durante los ¨²ltimos a?os se ha dado una imperceptible proliferaci¨®n de buenas pr¨¢cticas por toda nuestra geograf¨ªa.
Experiencias apoyadas desde las pol¨ªticas p¨²blicas como el programa Ecocomedores de Canarias o los cambios en las Escuelas Infantiles de Madrid o Pamplona, luchas protagonizadas por plataformas ciudadanas que han logrado la reinstalaci¨®n de cocinas en colegios de Arag¨®n o que se encuentran defendiendo modelos ejemplares de comedores ecol¨®gicos autogestionados por las AMPAS en Granada, empresas gestoras que proactivamente introducen estos cambios como la valenciana CUINATUR, profesionales de la cocina como la red Chef 2020, liderada por la Asociaci¨®n Menjadors Ecologics o cocineros como Juan Llorca que, reinventado el funcionamiento del comedor de una escuela en Valencia, logran el primer colegio Slow Food.
En geometr¨ªa dos puntos definen una l¨ªnea, pero esta queda m¨¢s clara cuando hay muchos m¨¢s que la hacen perceptible. Ver el conjunto de iniciativas en vez de proyectos aislados nos permite construir un relato que les d¨¦ coherencia y visibilidad. Un cambio que no estar¨ªa siendo factible sin el empuje de las muchas entidades ligadas a la econom¨ªa social y solidaria que hemos divulgado y socializado pr¨¢cticas alternativas de consumo (circuitos cortos de comercializaci¨®n, apoyo a la agricultura local y de proximidad, fomento de la agricultura ecol¨®gica, men¨²s de temporada, comercio justo, revalorizaci¨®n de la actividad agraria¡), as¨ª como acompa?ado u orientado estos procesos, como personal t¨¦cnico y/o activista, especialmente en aquellos lugares donde las administraciones educativas miran hacia otro lado.
Un proyecto significativo ser¨ªa Alimentar el Cambio, donde las transformaciones impulsadas van m¨¢s all¨¢ de sustituir alimentos convencionales por ecol¨®gicos o de proximidad, pues supone articular cambios en el conjunto de la comunidad educativa mediante acciones como la elaboraci¨®n de materiales did¨¢cticos para intervenir en el aula; el trabajo con familias y empresas de restauraci¨®n en cuestiones como sensibilizaci¨®n, redise?o de men¨²s o formaci¨®n en elaboraciones m¨¢s saludables y sostenibles; la creaci¨®n de grupos de consumo en los colegios para que familias, profesorado y personal laboral puedan acceder de forma econ¨®mica y justa a productos agroecol¨®gicos tambi¨¦n para llenar las despensas de sus hogares; o la elaboraci¨®n de unos cuentacuentos audiovisuales muy divertidos y pedag¨®gicos.
El fil¨®sofo chino Kwan Tzu afirmaba que si planificas para un a?o, debes sembrar trigo. Si planificas para una d¨¦cada, debes plantar ¨¢rboles. Y si planificas para una vida, debes educar personas. Nuestro reto es asumir simult¨¢neamente los tres retos: apoyar la siembra de trigo y la plantaci¨®n de ¨¢rboles desde criterios agroecol¨®gicos, y educar personas involucr¨¢ndolas en pr¨¢cticas innovadoras y transformadoras. El autor de los viajes de Gulliver, Johnathan Swift, sol¨ªa decir que muchas personas no conocen su debilidad, pero otras tantas hay que no conocen su fuerza. Desde los comedores escolares estamos tomando conciencia colectivamente de nuestra fuerza, haciendo las cosas de otra manera y alimentando los cambios que queremos ver en el mundo.
Jose Luis Fdez Casadevante ¡°Kois¡± y Abel Esteban son miembros de la cooperativa GAR?A.
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