El acantilado de cristal
El trabajo de las mujeres est¨¢ sometido a un escrutinio m¨¢s severo y detallado
La composici¨®n del nuevo Gobierno de S¨¢nchez con una mayor¨ªa de mujeres ha sorprendido y agradado a muchos: de los 17 ministerios, 11 est¨¢n ocupados por mujeres. Nuestras 11 ministras adem¨¢s dirigen carteras al frente de las cuales estamos acostumbrados a ver tradicionalmente a hombres, como por ejemplo Econom¨ªa, Hacienda o Interior. No cabe ninguna duda de que con esta composici¨®n gubernamental Espa?a se sit¨²a a la vanguardia de los pa¨ªses comprometidos con la paridad en las altas esferas pol¨ªticas. La imagen que transmite este Gobierno es, por tanto, la de un pa¨ªs moderno, donde se ha roto el techo de cristal. Por supuesto, es una estupenda noticia que debemos celebrar.
No es mi intenci¨®n aguar la fiesta, pero los resultados de algunos estudios en el campo de la econom¨ªa y el liderazgo empresarial sugieren que deber¨ªamos interpretar con cautela esta buena nueva. Numerosas investigaciones han mostrado que, a pesar de la igualdad formal, existen una serie de obst¨¢culos sutiles y no siempre perceptibles que penalizan a las mujeres que aspiran a competir para acceder a puestos de liderazgo. Todav¨ªa existen prejuicios profundamente arraigados sobre el papel que hombres y mujeres deben cumplir en la sociedad. Mientras que de los hombres se espera que den prioridad a su vida laboral, de las mujeres a¨²n se espera una dedicaci¨®n m¨¢s limitada al mundo del trabajo, dando prioridad a su dimensi¨®n personal y familiar en mayor medida que los hombres. De esta forma, ambientes competitivos, con largas jornadas laborales y altos niveles de dedicaci¨®n siguen consider¨¢ndose m¨¢s adecuados para los hombres que para las mujeres. Por esto muchos estudios concluyen que, a pesar de que hombres y mujeres est¨¦n igualmente cualificados y preparados, estas ¨²ltimas no consiguen llegar a puestos de liderazgo en la misma medida que los hombres porque se encuentran con un ¨²ltimo obst¨¢culo infranqueable: el denominado ¡°techo de cristal¡±.
?Qu¨¦ ocurre con las mujeres que consiguen romper el techo de cristal? Varios estudios muestran que una vez que ellas lo consiguen, su trabajo y resultados se juzgan con mayor detalle, severidad y de forma m¨¢s negativa que los de los hombres.
Tambi¨¦n est¨¢ documentada la propensi¨®n a contar con mujeres en momentos cr¨ªticos. Por ejemplo, un estudio realizado en 2005 por M. K. Ryam y S. A. Haslam ha mostrado que las empresas que atravesaban dificultades econ¨®micas en Reino Unido recurr¨ªan en mayor medida que el resto al nombramiento de mujeres como ejecutivas. En este caso, aunque las mujeres consegu¨ªan romper el techo de cristal, lo hac¨ªan para trabajar en circunstancias complicadas, problem¨¢ticas e inestables. Y encima su trabajo se ve¨ªa sometido a un escrutinio m¨¢s severo y detallado que el de los hombres. Este estudio concluye que cuando las mujeres consiguen romper el techo de cristal en estas circunstancias especialmente dif¨ªciles, no lo hacen para ejercer su liderazgo en situaciones c¨®modas, sino que acaban atrapadas en lo que se ha denominado el ¡°acantilado de cristal¡±. Esa inc¨®moda situaci¨®n de incertidumbre, donde la percepci¨®n de peligro y el miedo al fracaso es alto, produce en las mujeres niveles de estr¨¦s y presi¨®n muy elevados para superar la situaci¨®n.
El uso de esta met¨¢fora para el caso de las 11 nuevas ministras puede ilustrar muy bien por qu¨¦ es necesario ser cautos respecto a la ruptura del techo de cristal. Los miembros del nuevo Gobierno tienen enfrente una tarea dif¨ªcil y las ministras a¨²n m¨¢s. Deber¨¢n trabajar bajo condiciones muy complicadas e inciertas. Con una capacidad de decisi¨®n limitada por unos Presupuestos comprometidos de antemano. Bajo un espacio temporal indefinido, pero que previsiblemente no ser¨¢ muy largo. Con muchas incertidumbres. Y, lo que es peor, seguramente su trabajo ser¨¢ sometido a un escrutinio sin precedentes. Por lo que sabemos hasta ahora, a las mujeres se las juzga con lupa cuando consiguen acceder a puestos de liderazgo y visibilidad como dirigir un equipo ministerial.
En definitiva, celebremos este Gobierno con mayor¨ªa de mujeres porque no solo se?aliza modernidad y un cambio de estilo, sino tambi¨¦n porque implica la tan esperada ruptura del techo de cristal. Pero seamos cautos. No lancemos las campanas al vuelo para celebrar que se ha conseguido la paridad. Es verdad, nuestras flamantes 11 ministras han roto el techo de cristal, pero el riesgo de que acaben al borde de un acantilado es alto. ?Buena suerte, ministras!
Marta Fraile es cient¨ªfica titular del CSIC (IPP) y profesora en el European University Institute.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.