El PP, sin coartada

La justicia sigue desmontando todos los argumentos tradicionalmente esgrimidos por el Partido Popular para no responsabilizarse de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en los que ha estado implicado. El n¨²mero de imputados y de condenados ha desbaratado la coartada de que se trataba de casos aislados. Las elevadas condenas de una de las m¨¢s importantes piezas de la trama G¨¹rtel el pasado 25 de mayo la achac¨® el PP al pasado en un intento desesperado por mantenerse en el poder contra toda l¨®gica ¨¦tica y pol¨ªtica. El veredicto, ahora, de la Audiencia Nacional contra una de las ramas de la G¨¹rtel en la Comunidad Valenciana ya no le permite siquiera ese subterfugio. Las campa?as del PP para las elecciones locales y auton¨®micas de 2007 y para las generales de 2008, con Rajoy ya presidente del partido, se doparon con dinero negro, facturas falsas y comisiones ilegales a trav¨¦s de un entramado mafioso comandado por la dirigencia del partido en Valencia.

Los numerosos esc¨¢ndalos acumulados en Madrid y Valencia demuestran que ambas comunidades fueron durante a?os la caja en la que meter mano. Y si sus l¨ªderes nacionales no est¨¢n directamente implicados en esta nueva sentencia, le incrimina a Mariano Rajoy el apoyo recibido por el entonces presidente de la Generalitat Francisco Camps ¡ªcrucial para consolidar su liderazgo tras la derrota de 2004¡ª con magn¨ªficos actos de campa?a que, como ahora se ha confirmado, fueron sufragados de manera ilegal siempre a base de malversar dinero p¨²blico, enriqueciendo a ¡°los amiguitos del alma¡± del Grupo Correa, haciendo trampas en las adjudicaciones y, en definitiva, jugando siempre con ventaja en las elecciones.

El lodazal en el que est¨¢ embarrado el PP puede aumentar. El juez ha aplicado una minoraci¨®n de penas por colaborar con la justicia a algunos encausados y a los nueve empresarios juzgados. Ello puede servir de ¡°acicate o est¨ªmulo¡± para otros en casos de corrupci¨®n, como indica esta sentencia que condena por delito electoral por vez primera a los empresarios. El veredicto cae sobre las tres patas que sostienen a un sistema corrupto: la pol¨ªtica, el grupo de Correa y las compa?¨ªas privadas que se prestaron al fraude. La fiscal¨ªa ha abierto, adem¨¢s, una investigaci¨®n sobre Camps a ra¨ªz de los testimonios que en este juicio le situaron en la c¨²spide de la trama valenciana.

El PP ha hecho un da?o inmenso a la democracia espa?ola. No solo ha protagonizado hechos penalmente reprochables. La falta de escr¨²pulos en la defensa de sus intereses ha sido obscena. Los jueces no creyeron veros¨ªmil el testimonio de Rajoy y ahora dudan tambi¨¦n de la amnesia que el propio Camps y su exvicepresidente V¨ªctor Campos exhibieron en este caso en su calidad de testigos.

El escaso respeto a la justicia de esas presuntas manzanas podridas tiene su correlato general en un partido empe?ado en la injerencia judicial y que no duda en tachar de ¡°sentencias pol¨ªticas¡± aquellas que le perjudican. Con su indecorosa gesti¨®n en lo que a la corrupci¨®n propia se refiere, ha erosionado a¨²n m¨¢s, de paso, la credibilidad de las instituciones y la confianza de los espa?oles en la pol¨ªtica.