Ciudadano Urdangarin
La condena del Supremo al cu?ado del Rey confirma que la justicia funciona
La sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso N¨®os demuestra que el sistema constitucional espa?ol es vigoroso y que la afirmaci¨®n de que todos los espa?oles son iguales ante la ley no constituye una frase vac¨ªa. Frente a la extendida opini¨®n de que la corrupci¨®n queda impune, lo ocurrido en las ¨²ltimas semanas ha servido para confirmar de manera rotunda e inapelable que la justicia funciona. Se la podr¨¢ acusar de lentitud o de falta de medios, pero solo una justicia s¨®lida y de calidad puede acreditar en el plazo de unas semanas la corrupci¨®n del partido en el poder, a trav¨¦s de las sentencias de la Audiencia Nacional sobre la trama G¨¹rtel, y las malas pr¨¢cticas de I?aki Urdangarin, que aprovech¨¢ndose de su condici¨®n de esposo de la infanta Cristina, y por tanto de yerno del ya em¨¦rito rey Juan Carlos I, obtuvo contratos, ingresos y privilegios al margen de la ley.
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El Supremo ha condenado a cinco a?os y diez meses de c¨¢rcel a I?aki Urdangarin por graves delitos de corrupci¨®n (malversaci¨®n, prevaricaci¨®n, fraude, delitos fiscales y tr¨¢fico de influencias), reduciendo en apenas unos meses la pena que ya le impuso la Audiencia de Palma en febrero de 2017. El cu?ado del rey Felipe VI puede intentar pedir amparo al Constitucional e incluso el indulto al Gobierno, pero las v¨ªas para eludir la prisi¨®n, que le ser¨¢ comunicada hoy, son escasas.
La sentencia disecciona el funcionamiento del Instituto N¨®os, que logr¨® contratos del Gobierno balear por 2,3 millones de euros sin competir en concurso alguno, imponiendo los precios y condiciones y ante la ¡°absoluta complacencia¡± del Gobierno balear. La condena del entonces presidente de la Comunidad, Jaume Matas, del Partido Popular, a tres a?os y ocho meses de prisi¨®n, se une a otras que ya ha recibido el mismo personaje, uno de los pol¨ªticos m¨¢s nefastos de nuestra historia reciente. Matas no solo no vigil¨®, como era su obligaci¨®n, el destino de los fondos p¨²blicos, sino que alent¨® a lo largo de su mandato todo tipo de corruptelas.
No es, por tanto, la justicia la que no funciona. Los problemas de la democracia espa?ola tienen m¨¢s bien que ver con la financiaci¨®n de los partidos y con la financiaci¨®n de los Ayuntamientos y las comunidades aut¨®nomas. Es ah¨ª donde hace falta concentrar los esfuerzos, y es ah¨ª donde deben buscarse soluciones que corten de cuajo toda tentaci¨®n de buscar fondos al margen de la legislaci¨®n vigente.
El caso Urdangarin gener¨® una crisis in¨¦dita para la Monarqu¨ªa espa?ola, que desemboc¨® en la abdicaci¨®n del rey Juan Carlos I y en un distanciamiento institucional de la hermana del nuevo Monarca, la infanta Cristina, cuya responsabilidad como part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo ha sido confirmada por el Supremo, al igual que la de Ana Mar¨ªa Tejero, esposa de Diego Torres, el otro gran protagonista de la disparatada aventura del N¨®os. La ejemplaridad no puede ser solo una promesa en boca del Rey y los gobernantes, sino una exigencia moral y judicial que garantice el cumplimiento del art¨ªculo 14 de nuestra Constituci¨®n: ¡°Los espa?oles son iguales ante la ley¡±.
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