Deje salir al entrenador que lleva dentro
Comienza la fiesta emotiva mundial
Tras un par de semanas en las que la mayor¨ªa hemos sido sucesivamente expertos en coaliciones y mayor¨ªas parlamentarias para mociones de censura, conocedores de c¨®mo se forma un Gobierno, letrados en derecho penal aplicado a delitos econ¨®micos y gestores de crisis migratorias en aguas del Mediterr¨¢neo, hoy ¡ªpor fin¡ª sacamos a pasear a ese seleccionador nacional de f¨²tbol que llevamos dentro. Y ese seleccionador interno no entiende ni de aficiones ni de sexos. En Espa?a hay 46 millones, mill¨®n arriba, mill¨®n abajo. Es como una especie de posesi¨®n que hace que personas que desde hace cuatro a?os no han visto un partido de pronto suelten: ¡°Claro, si juegas con un falso delantero no te quejes luego de que hay pocas ocasiones de gol¡±. Esto pasa y entonces quien se encuentra a su lado se le queda mirando y piensa: ¡°?Qui¨¦n eres y qu¨¦ has hecho con la persona que estaba aqu¨ª hasta hace un momento?¡±.
Desde hoy echaremos en cara a los jugadores que no se maten a correr la banda o ¡ªeso hoy mismo¡ª que no est¨¦n marcando con la debida intensidad a Cristiano Ronaldo. Eso s¨ª, somos los mismos que, por no echar una m¨ªnima carrerita, preferimos esperar al pr¨®ximo autob¨²s. Sacaremos ocasionalmente adem¨¢s al estratega y al antrop¨®logo que tambi¨¦n llevamos incorporados de f¨¢brica para explicar algunos resultados. ¡°Para m¨ª no es una sorpresa que Islandia gane a Inglaterra porque los vikingos aterrorizaron sus costas durante muchos a?os. En cambio, contra los rusos lo tienen peor porque all¨ª no tuvieron tanto ¨¦xito¡±. ¡ª¡°Oiga, pero si la figura de Rusia se llama Mario Fernandes y naci¨® en Brasil¡±. ¡ª¡°Est¨¢ claro entonces: los vikingos jam¨¢s llegaron a Sudam¨¦rica¡±.
El Mundial es as¨ª. De la misma forma que no tiene que gustar la m¨²sica para seguir Eurovisi¨®n no hay por qu¨¦ seguir el f¨²tbol para sumergirse en tres semanas ¡ªla cuarta y ¨²ltima es m¨¢s floja¡ª de subid¨®n emocional de no se sabe muy bien qu¨¦. Es emotividad global en estado puro. El f¨²tbol une al planeta ?En qu¨¦ lo une? Buena pregunta, no lo sabemos pero lo une. Cada uno tiene su propia raz¨®n y much¨ªsimas sinrazones. De pronto se anima a Francia y resulta que La Marsellesa emociona, se lamenta no haber crecido jugando a la pelota en Copacabana o se siente nostalgia de partidos que no se han vivido. ¡°Aquello s¨ª que era f¨²tbol¡±. Echamos de menos a los que no est¨¢n ¡ª?ay, Italia!¡ª y nos emocionamos ¡ªs¨ª, hoy no es el d¨ªa, pero el resto... ?Vamos, Portugal!¡ª con los que llegan a toda velocidad. Es una verdadera suerte que el f¨²tbol no tuviera la fuerza y penetraci¨®n actuales durante el Romanticismo. Habr¨ªa sido terrible.
Pero esta fiesta se va acabando. El f¨²tbol de selecciones est¨¢ perdiendo terreno frente a los que manejan y generan el dinero ¡ªy mandan¡ª en este negocio, que no son otros que los clubes. Lo acabamos de ver con la renovaci¨®n, fichaje y destituci¨®n de Julen Lopetegui al frente de Espa?a. Ya hab¨ªa empezado mucho antes con las reticencias, negativas y protestas de los clubes a ceder jugadores a las selecciones... y con las absurdas excusas de algunos para no vestir sus camisetas nacionales. Cuando la prioridad la tienen los contratos publicitarios es el comienzo del fin por mucho romanticismo que haya. Pero no es el momento de ser pesimistas. Ha comenzado el Mundial. Como dijo Julio C¨¦sar al cruzar el Rubic¨®n: que vuelen alto los dados.
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