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Meterse la camiseta por dentro de las bragas y otras cosas que empiezan a pasar a los 40
La ilustradora Raquel Gu publica ¡®?Estoy estupenda!¡¯, un libro de vi?etas que se zambulle en las tribulaciones de esa l¨ªnea que se cruza al cumplir la cuarta d¨¦cada. Eso s¨ª, tan imaginaria como la de los 30, los 50 o los 60










