A Urdangarin le gusta la comida gitana
La batalla por las audiencias y la falta de escr¨²pulos han convertido a los medios en estandartes de un periodismo basura ahora empe?ado en dar voz a los miembros de La Manada
La posibilidad de que alg¨²n canal televisivo negocie entrevistas con los miembros de La Manada ha puesto en alerta a media Espa?a. ?Falsa alarma? Ayer, los medios de comunicaci¨®n pusieron en marcha su maquinaria y convirtieron en protagonistas a esos delincuentes hoy famosos. ¡°?Atenci¨®n, atenci¨®n, porque El Prenda acaba de llegar al juzgado de Sevilla!¡±, anunciaba TVE a media ma?ana manteniendo la conexi¨®n en directo. Y, s¨ª, por ah¨ª desfilaron El Prenda y sus amigos, por entre el enjambre de c¨¢maras y micr¨®fonos, a la espera del espect¨¢culo de un condenado en primera instancia arremetiendo quiz¨¢ contra la v¨ªctima o ¡ª?gran exclusiva!¡ª pidiendo perd¨®n.
La batalla por las audiencias y la falta de escr¨²pulos han convertido a los medios ¡ªen mayor o menor medida¡ª en estandartes de un periodismo basura impropio de la profesi¨®n y de una sociedad que pretende respetar los m¨¢s elementales c¨®digos de conducta. El magn¨ªfico an¨¢lisis de la periodista y escritora Sara Mesa publicado este domingo en este diario bajo el t¨ªtulo Historia de un linchamiento es un ejemplo del nivel de carro?a que estamos dispuestos a digerir y del precio que pagan por ella algunos inocentes.
La persecuci¨®n medi¨¢tica a la que fue sometido aquel hombre que acosaba a la madre del ni?o Gabriel Cruz es una ignominiosa p¨¢gina del periodismo espa?ol. En esos programas matutinos de audiencias millonarias se le se?al¨® como presunto culpable de la muerte de Gabriel no solo sin pruebas, sino ocultando los datos aportados por la investigaci¨®n que le exculpaban. La familia de este hombre se quej¨® sin ¨¦xito a los medios. Los padres tuvieron que ser tratados psicol¨®gicamente y ¨¦l est¨¢ atravesando una depresi¨®n profunda.
No es la primera vez que se comete una tropel¨ªa como esta. Quiz¨¢ la novedad reside hoy en el hecho de que una parte de la sociedad se muestre m¨¢s razonable y sensible y haya alertado preventivamente contra actuaciones que puedan convertir en millonarios a los miembros de La Manada mientras la v¨ªctima lame sus heridas en silencio. Se pide el boicoteo a los anunciantes de los programas de telebasura y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, est¨¢ dando a los medios una lecci¨®n impagable: no se prestar¨¢ a ninguna entrevista en ning¨²n espacio que no se comprometa de antemano a no entrevistar a los miembros de La Manada.
Puede que la reacci¨®n social sea solo moment¨¢nea. El p¨²blico, con tanta ficci¨®n a su alcance, exige emociones tan fuertes como reales. La proliferaci¨®n de c¨¢maras y la inmediatez informativa alimentan el cotilleo y el morbo. A veces son un fest¨ªn para los mirones. Hace unos d¨ªas, TVE instalaba potentes teleobjetivos frente al lugar donde la polic¨ªa reconstru¨ªa el crimen de Diana Quer. Hoy, dado el silencio que los abogados han pedido a sus defendidos de La Manada, algunos medios ya especulan con el proceso abierto por una presunta violaci¨®n m¨²ltiple a la que han bautizado como el caso de ¡°La Manada de Alicante¡±. Tambi¨¦n ayer supimos de boca del marido de la cocinera de la c¨¢rcel de Brieva que I?aki Urdangarin no solo est¨¢ bien alimentado, sino que aprecia la comida gitana que elabora su mujer. Dato irrelevante y prescindible, pero no se f¨ªen de su inocua apariencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.