¡°La dispersi¨®n ha perdido el sentido que tuvo¡±
Disuelta ETA y desarticulada la ¡®kale borroka¡¯, no es previsible que el acercamiento de presos altere el orden p¨²blico
Nunca he estado en la c¨¢rcel, pero he estado en muchas c¨¢rceles. Nunca muy adentro y nunca mucho tiempo, es verdad, s¨®lo dos o tres horas en la biblioteca o en la sala destinada al club de lectura en los m¨®dulos de confianza, pero lo que he podido ver ha sido siempre muy parecido, casi id¨¦ntico. Las c¨¢rceles que conozco no tienen buenas vistas, y si las tuvieran, los presos no las disfrutar¨ªan, porque las ventanas de sus celdas suelen dar a los patios. Por eso creo que la vida cotidiana de los etarras que sigan cumpliendo su condena en c¨¢rceles vascas apenas cambiar¨¢. Para sus familias, sin embargo, el beneficio ser¨¢ enorme. Al abaratarse los viajes, porque la distancia ser¨¢ menor y no exigir¨¢ faltar al trabajo ni dormir fuera de casa, no s¨®lo aumentar¨¢ la frecuencia de las visitas, sino tambi¨¦n el nivel de vida de quienes cumplen su propia condena sin haber sido nunca juzgados, padres, hermanos, parejas, en un momento en el que la dispersi¨®n ha perdido el sentido que tuvo en el pasado. Disuelta ETA y desarticulada la kale borroka, no es previsible que el acercamiento de presos altere el orden p¨²blico, pero hasta si as¨ª fuera, deber¨ªamos preguntarnos si es justo que los padres sigan pagando las culpas de sus hijos, o los hijos las culpas de sus padres, para evitar unas cuantas pancartas en una carretera. Soy consciente del dolor de las v¨ªctimas, que han sufrido tanto y durante tanto tiempo, pero no se puede equiparar el acercamiento con la excarcelaci¨®n porque son cosas distintas. La paz no se puede basar en premisas imposibles, como aspirar a que la memoria de ETA se disuelva por s¨ª sola o esperar a que mueran todos los etarras, sus familiares y sus descendientes. Los espa?oles sabemos mejor que nadie que esa no es la soluci¨®n.
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