Giro a la izquierda
El enorme triunfo de L¨®pez Obrador augura un profundo cambio en M¨¦xico
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador gan¨® con rotundidad las elecciones del domingo en M¨¦xico. El tsunami de votos que le ha llevado a Los Pinos (30 puntos de diferencia sobre el siguiente candidato) tiene su origen en el indudable hartazgo de muchos mexicanos con la corrupci¨®n y la inseguridad que ahogan al pa¨ªs desde hace d¨¦cadas y que los partidos del r¨¦gimen que se hab¨ªan alternado en el poder (PRI Y PAN) se mostraron incapaces de atajar, cuando no fueron c¨®mplices en su extensi¨®n.
Esa avalancha de voto popular anticipa una liquidaci¨®n m¨¢s o menos ordenada de ese r¨¦gimen y deja a L¨®pez Obrador con un amplio margen para conformar el futuro de la segunda econom¨ªa de Am¨¦rica Latina. Por primera vez desde que M¨¦xico comenzara a celebrar elecciones libres, alguien a quien la izquierda considera su representante m¨¢s n¨ªtido alcanza la presidencia, con un claro programa de cambio social.
En los m¨¢s de 40 a?os que lleva en pol¨ªtica (algunos de ellos en las filas del PRI), L¨®pez Obrador se ha distinguido precisamente por ese activismo social en un pa¨ªs plagado por las desigualdades. Ello, junto con su calculada ambig¨¹edad en asuntos econ¨®micos durante la campa?a, hab¨ªa suscitado no pocos temores y acusaciones de que su mandato podr¨ªa acabar descalabrando a M¨¦xico por una espiral de gasto desbocado y crisis financiera.
Resulta por ello muy significativo que entre los primeros mensajes que el presidente electo se apresur¨® a transmitir en su primer discurso el domingo por la noche figurase el compromiso de respetar la autonom¨ªa del banco central. A ello se sum¨® otro en la misma l¨ªnea de tranquilizar a los actores econ¨®micos nacionales y extranjeros: pese a la necesidad de buscar reacomodos en los Presupuestos tras el masivo voto por el cambio del domingo, el futuro presidente se comprometi¨® a no aumentar la deuda, as¨ª como mantener la ortodoxia financiera.
Pese a los contrastes, M¨¦xico es una sociedad moderna y vibrante. Muchos en el pa¨ªs (y fuera) temen que el triunfo indiscutible de L¨®pez Obrador ponga en riesgo las fr¨¢giles instituciones que los mexicanos se han esforzado en levantar desde los cimientos.
La debilidad en la que quedan los partidos derrotados augura no solo una profunda reorganizaci¨®n del tablero pol¨ªtico, sino tambi¨¦n un periodo de debilidad forzada en su labor de oposici¨®n y fiscalizaci¨®n del poder. Los mexicanos aprecian sus instituciones (como el instituto electoral que ha garantizado la limpieza de estos comicios) y tolerar¨ªan mal cualquier retroceso, especialmente en la independencia judicial o la libertad de prensa.
Es alentador que el futuro presidente (solo asumir¨¢ el cargo el 1 de diciembre) haya hecho referencia expresa a todas estas sombras de su campa?a: abog¨® por la ¡°reconciliaci¨®n¡± de todos los mexicanos, prometi¨® defender y ampliar las libertades individuales y sociales, y respetar las instituciones. Habr¨¢ ¡°cambios profundos¡±, pero ser¨¢n siempre dentro de la Constituci¨®n y las leyes. El enigma L¨®pez Obrador comienza a desvelarse. Solo cabe desear que el resultado redunde en un M¨¦xico m¨¢s igual, m¨¢s rico y m¨¢s libre.
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