Renunciar a la tentaci¨®n
El dilema entre bien p¨²blico y bien partidista es particularmente agudo con la producci¨®n de informaci¨®n
La raz¨®n (te¨®rica) por la que tenemos una televisi¨®n p¨²blica es, en realidad, la misma por la que existe un Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas. Hay cierta informaci¨®n que los agentes privados no tienen incentivos para producir, pero que igualmente es ¨²til, interesante o incluso necesaria para la ciudadan¨ªa. As¨ª que el Estado se encarga de proveerla, igual que hace con carreteras, colegios u hospitales.
Con todos estos bienes existe el peligro partidista: que el Gobierno de turno se dedique a producirlo para su base de votantes, no para el conjunto de la poblaci¨®n. En cierta medida, no es mala noticia. Si no hubiese diferencia en los bienes p¨²blicos producidos por un partido o por otro, la democracia no ser¨ªa tal. Pero al mismo tiempo entendemos que el partidismo debe ser limitado para evitar una dictadura de la mayor¨ªa. Y por eso disponemos de un aparato estatal independiente.
El dilema entre bien p¨²blico y bien partidista es particularmente agudo con la producci¨®n de informaci¨®n, pues aunque podr¨ªa decirse que ¨¦sta se vuelve in¨²til cuando es parcial, la verdad es que en la mayor¨ªa de casos preferimos confirmar nuestros sesgos a ponerlos a prueba. Si somos anti-inmigraci¨®n, por ejemplo, no nos va a gustar que el CIS nos diga que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n no piensa como nosotros. Si somos asiduos votantes de un pol¨ªtico que resulta implicado en un caso de corrupci¨®n, mejor que no nos lo pongan demasiado en el telediario de las nueve.
Cuando hay un cambio de Gobierno y el anterior ha estado produciendo informaci¨®n de manera partidista, el que llega tiene ante s¨ª la tentaci¨®n de hacer lo mismo: al fin y al cabo, las instituciones se han deslegitimado entre sus votantes, y qu¨¦ mejor manera de devolverles la confianza que convertirla en un confirmador de sesgos, en algo que les dice lo que quieren o¨ªr. Lo realmente dif¨ªcil, pero tambi¨¦n lo valioso, ser¨ªa renunciar a esa tentaci¨®n. Atarse al m¨¢stil de la independencia institucional con un nuevo dise?o que garantice la autonom¨ªa del ¨®rgano. De uno mismo, y de los que vendr¨¢n.
Un sacrificio que, parece, no podemos esperar del presente Gobierno. @jorgegalindo
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