Cormoranes
Comenzamos a a?orar los tiempos en que Catalu?a abierta y aireada tiraba alegremente del resto de Espa?a hacia Europa
Cuando por la monta?a, que cierra a poniente, el halc¨®n se llevaba la claridad del cielo, siguiendo el verso de Espriu, mir¨¦ esta tierra. Al sur, m¨¢s all¨¢ de cala Granadella, se ve¨ªa el cabo de Moraira, sobre su perfil asomaba la cresta del pe?¨®n de Ifach y el norte lo pose¨ªa entero el cabo de la Nao. La casa de Raimon en Xabia est¨¢ colgada de un acantilado sobre el mar y en este caso el halc¨®n del poema Espriu fue sustituido por un bando de cormoranes que se llevaba hac¨ªa el sur la ¨²ltima luz de la tarde y la primera sombra sub¨ªa del mar y comenzaba a temblar. Entonces mir¨¦ esta tierra, pero ya est¨¢bamos sentados a la mesa para degustar una pasta con calabacines y bas¨ªlico que hab¨ªa preparado Annalisa. Despu¨¦s hubo ensaladas de varias hierbas e intercambio de recetas para adelgazar. Cuando el viento nos hablaba de la soledad de nuestros muertos mir¨¦ esta tierra y salieron los nombres de viejos amigos, de Joan Fuster, de Andreu Alfaro, que se hab¨ªan ido con Ausi¨¤s March al m¨¢s all¨¢. El poema He mirat aquesta terra, de Espriu, es lo mejor que ha cantado Raimon, que acaba de sacar un libro con todas las letras de sus canciones. Cuando el verano enlazaba por todo el campo adormecido el amplio silencio que extienden los grillos, mir¨¦ esta tierra y comenzamos a a?orar los tiempos en que Catalu?a abierta y aireada tiraba alegremente del resto de Espa?a hacia Europa y no lo que es ahora, un engendro pol¨ªtico producto de un mal parto ideol¨®gico. Cuando la lluvia tra¨ªa el olor del polvo de las ¨¢speras hojas de ¨¢rboles lejanos, pasando el arado sobre los recuerdos, mir¨¦ esta tierra, que es la nuestra y la mirada llegaba a Italia y a Grecia perdidas en la memoria del mar y en la sobremesa naveg¨¢bamos hacia ellas en los barcos que formaban las rajas de sand¨ªas, hasta que al final la melancol¨ªa se fundi¨® en las infusiones de salvia.
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