Respiro para el cine

La rebaja del IVA para el cine, del 21% al 10%, es una excelente oportunidad para comprobar los efectos de una reducci¨®n impositiva en un mercado relevante. Como media, la disposici¨®n deber¨ªa reducir el precio de las entradas en 0,66 euros, que, tambi¨¦n como media en Espa?a, cuestan 7,3 euros. En pura l¨®gica, puesto que el IVA es un tributo en cascada que paga el consumidor (espectador), las entradas de cine deber¨ªan abaratarse en esos 66 c¨¦ntimos; pero la experiencia de otros mercados demuestra que las ca¨ªdas de costes no suelen transmitirse al cliente, sino que se incorporan a los beneficios. Habr¨¢ que comprobar hasta qu¨¦ punto se traslada el descenso del IVA a las entradas, que ser¨ªa lo deseable; porque algunos exhibidores se han apresurado a declarar que mantuvieron los precios sin repercutir la subida anterior del impuesto al 21%.

Sin reserva alguna, la reducci¨®n del IVA es una buena noticia para la cultura en general y el cine en particular. Imponer el tipo m¨¢ximo de un impuesto en una industria cultural solo est¨¢ justificado en momentos muy excepcionales. Dicho lo cual, es de justicia recordar que el IVA no es el problema principal del cine espa?ol. De hecho, los 0,66 euros que se ahorrar¨¢ ¡ªen el mejor de los casos¡ª el espectador en la taquilla no van a suponer un est¨ªmulo extraordinario para que los espectadores acudan en masa a las salas. Se supera un obst¨¢culo innecesario, eso s¨ª, pero el precio de la butaca tendr¨ªa que bajar bastante m¨¢s para que tuviera un efecto significativo en la recaudaci¨®n.

La estrategia correcta para el cine espa?ol es configurar una industria, todav¨ªa d¨¦bil, que sea capaz de producir pel¨ªculas que conecten con el p¨²blico y, adem¨¢s, est¨¦ en condiciones de competir con los nuevos negocios audiovisuales. Y estos son aspectos en los cuales el cine espa?ol va muy retrasado.