Menos coches en la ciudad

Miles de personas mueren cada a?o prematuramente en las grandes urbes a causa de la contaminaci¨®n, pero la mayor parte de sus habitantes no son conscientes de la gravedad del problema porque en los certificados de defunci¨®n constan las patolog¨ªas respiratorias o cardiacas que la poluci¨®n ha agravado. Son muertes evitables, que en el caso de Madrid y el ¨¢rea de Barcelona se estiman en m¨¢s de 3.000 cada a?o en cada una de ellas. La primera obligaci¨®n de las autoridades es proteger la salud de los ciudadanos. Del mismo modo que los a?os setenta y ochenta se lleg¨® a un consenso para eliminar las calefacciones de carb¨®n y sacar las industrias contaminantes fuera de las ciudades, limpiar el aire exige ahora reducir el tr¨¢fico y prohibir la circulaci¨®n de los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes.

Tanto Madrid como Barcelona se disponen a aplicar las fases m¨¢s severas de sus planes anticontaminaci¨®n. Son planes de obligado cumplimiento, pues ambas ciudades incumplen desde que entr¨® en vigor en 2010 la directiva europea sobre poluci¨®n y de hecho Espa?a se ha librado de ser llevada ante el Tribunal de La Haya porque ha dado garant¨ªas de que estos planes se van a aplicar. Son, pues, muy poderosas las razones de apoyar estas medidas y pedir la colaboraci¨®n ciudadana para que puedan cumplir sus objetivos.

En noviembre se activar¨¢ la nueva ?rea de Prioridad Residencial de Madrid Centro, que ha de reducir un 20% el tr¨¢fico y un 40% la contaminaci¨®n. Para ello se prohibir¨¢ el acceso de los veh¨ªculos que no lleven distintivo ambiental y el resto solo podr¨¢n acceder para ir a un aparcamiento privado porque las plazas en superficie ser¨¢n para los residentes. Tambi¨¦n se restringir¨¢ el acceso al distrito Ciutat Vella de Barcelona, que soporta el 18% del tr¨¢fico de la ciudad cuando solo representa el 4% de su superficie. Son medidas que causan molestias y obligan a cambiar de h¨¢bitos, pero sin ellas no se puede garantizar un aire respirable.