La cultura del an¨¢lisis de datos
El desarrollo de pol¨ªticas basadas en la evidencia (y no en los prejuicios o las intuiciones) exige la utilizaci¨®n abierta de los registros administrativos. La informaci¨®n est¨¢ dispersa entre organismos que no se relacionan entre s¨ª
¡°?Datos! ?Datos! ?Datos!¡±, exclam¨® con impaciencia. ¡°No puedo fabricar ladrillos sin arcilla¡±. Sherlock Holmes, en El misterio de Copper Beeches, de Sir Arthur Conan Doyle
Poco antes de la huelga por la igualdad de las mujeres que el 8 de marzo moviliz¨® a la poblaci¨®n en toda Espa?a, EL PA?S public¨® una informaci¨®n con un impactante gr¨¢fico que mostraba la influencia de la maternidad en la carrera profesional de las mujeres y c¨®mo con su primer hijo se produce una ca¨ªda en sus ingresos respecto a los hombres que persiste durante el resto de sus vidas. Este estudio, referido a Dinamarca, fue posible porque este pa¨ªs tiene una pol¨ªtica vanguardista de datos abiertos, que ha permitido a investigadores de todo el mundo acceder a los registros administrativos y personales de su poblaci¨®n desde los a?os setenta.
Tanto en Dinamarca como en otros pa¨ªses escandinavos existe una cultura que democratiza entre la comunidad de investigadores el uso de los datos p¨²blicos por el bien com¨²n. Esta cultura no ha llegado a Espa?a todav¨ªa.
Otros art¨ªculos del autor
Las Administraciones p¨²blicas contempor¨¢neas son depositarias de una enorme riqueza en forma de datos individuales. Los principales pa¨ªses de nuestro entorno han avanzado en los ¨²ltimos a?os en desarrollar ¡°pol¨ªticas basadas en la evidencia¡± a partir de la utilizaci¨®n de estos registros administrativos, combinados con avances tecnol¨®gicos que permiten estudiar datos masivos, de tal forma que el dise?o de pol¨ªticas p¨²blicas basado en meras intuiciones o prejuicios sea cada vez menos aceptable. Por el contrario, la evaluaci¨®n posterior de las medidas aplicadas debe ser la norma. Los recursos son limitados y su uso eficaz es clave para alcanzar los objetivos deseados con las pol¨ªticas.
Iniciativas como la Commission on Evidence Based Policymaking creada por Barack Obama, la What Works Network de Reino Unido o el nuevo proceso presupuestario con el que experimentar¨¢ la Asamblea Francesa, en el que el calendario presupuestario contemplar¨¢ expresamente una fase de evaluaci¨®n de pol¨ªticas, son algunos de los ejemplos, pero no los ¨²nicos. Otros pa¨ªses como Alemania o Portugal han avanzado mucho y se aproximan tambi¨¦n al est¨¢ndar n¨®rdico.
La evaluaci¨®n posterior de las decisiones p¨²blicas debe ser la norma; los recursos son limitados
Las administraciones depositarias de los datos solo son capaces de extraer de ellos un m¨ªnimo de su potencial. El an¨¢lisis no es su cometido principal y carecen del personal necesario para ello. Y lo que es m¨¢s importante, dicho potencial solo se revela a partir del cruce de datos. La informaci¨®n est¨¢ dispersa entre administraciones que no se comunican entre s¨ª y que son muy reacias a cederse informaci¨®n. Es por ello por lo que, normalmente, este tipo de trabajos son encargados a organismos constituidos para este fin.
Hace unos meses, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) recibi¨® el encargo de realizar un ambicioso programa plurianual de revisi¨®n de la eficacia y eficiencia del gasto p¨²blico. Una de las principales dificultades de este Spending Review, en la terminolog¨ªa anglosajona, es el acceso a los datos necesarios, como resultado principalmente de la cultura de nuestras administraciones, poco acostumbradas, con notables excepciones, al uso de registros para la investigaci¨®n y reticentes a su cesi¨®n, al desconfiar del uso que se har¨¢ de ellos. Si un mandato del Consejo de Ministros como este Spending Review, en cumplimiento de una recomendaci¨®n reiterada de las autoridades europeas, se ha enfrentado a tantos inconvenientes, la odisea a que se enfrenta el investigador individual es inimaginable.
La primera recomendaci¨®n de la AIReF, cuando finalice este encargo, ser¨¢ avanzar en la disponibilidad de estos datos para el conjunto de la comunidad de investigadores, analistas y el propio sector p¨²blico. Esta apertura de datos conjugar¨¢ dos principios: la utilidad de su uso por parte de los investigadores y la plena salvaguarda de la confidencialidad de la informaci¨®n, tal y como ocurre en otros pa¨ªses.
Espa?a se est¨¢ quedando atr¨¢s en el uso cient¨ªfico de los datos registrales para medir la eficiencia
Tenemos que aprender de los errores. La ya desaparecida Agencia Espa?ola de Evaluaci¨®n (Aeval) no cont¨® con la necesaria independencia ni con los suficientes recursos, y quiz¨¢s por ello adopt¨® un enfoque alejado de las tendencias modernas en evaluaci¨®n de pol¨ªticas.
Desde su creaci¨®n, la AIReF se ha esforzado para que sus recomendaciones est¨¦n sustentadas por la mayor evidencia emp¨ªrica posible y ha hecho de la transparencia uno de sus principios, difundiendo, junto a los resultados de sus trabajos, los modelos utilizados.
Ahora creemos que es momento de dar un paso m¨¢s y aprovechar la fuerza de la inteligencia colectiva en la evaluaci¨®n de pol¨ªticas, abriendo a la comunidad cient¨ªfica los datos cedidos para este Spending Review y ofreciendo la infraestructura de seguridad construida para garantizar la confidencialidad de los datos, as¨ª como el tratamiento previo de la informaci¨®n recopilada para facilitar su uso para el an¨¢lisis.
Con ello, la AIReF quiere contribuir a la consecuci¨®n de una verdadera estrategia nacional de evaluaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas.
Esto ser¨ªa solo una primera etapa en la creaci¨®n de un aut¨¦ntico repositorio seguro de datos registrales de las Administraciones p¨²blicas para su uso cient¨ªfico. Este repositorio constituir¨ªa un ¡°tercero seguro¡±, en la terminolog¨ªa de la seguridad inform¨¢tica, al que las distintas administraciones podr¨ªan ceder sus datos en la confianza de que ser¨¢n custodiados adecuadamente y de que solo se usar¨¢n para la investigaci¨®n cient¨ªfica y al que la comunidad cient¨ªfica tendr¨¢ acceso en condiciones de confidencialidad y seguridad estrictas.
Espa?a est¨¢ qued¨¢ndose atr¨¢s, significativamente, en esta tendencia mundial y corre el riesgo de perder el tren de esta revoluci¨®n. La ciudadan¨ªa debe ser consciente de que existe un coste por las restricciones de acceso a los datos por parte de la comunidad investigadora y ello se traduce, en la pr¨¢ctica, en forma de peores pol¨ªticas p¨²blicas.
Cuando el presidente Obama dec¨ªa aquello de Show me the evidence (¡°Mu¨¦strenme la evidencia¡±), no estaba sino formulando en rom¨¢n paladino el principio de robustez al que tantos investigadores de las ciencias sociales se adhieren: cuantas m¨¢s veces se replica un mismo resultado por parte de investigadores, con distintas metodolog¨ªas s¨®lidas y conjuntos de informaci¨®n adecuados, m¨¢s seguros estamos de que las recomendaciones para las pol¨ªticas p¨²blicas que se derivan de estos an¨¢lisis van a alcanzar los fines esperados, con el consiguiente beneficio para el bienestar de los ciudadanos. Este debe ser, al fin y al cabo, el verdadero fin de cualquier pol¨ªtica p¨²blica.
Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ es presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
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