Tragedia nicarag¨¹ense
Daniel Ortega no puede pretender echar sobre otros hombros lo que ha ocurrido y lo que pueda ocurrir en los pr¨®ximos d¨ªas en su pa¨ªs
La peor crisis pol¨ªtica que ha vivido Nicaragua desde 1990 ya ha dejado 300 muertos en sus calles, v¨ªctimas de la represi¨®n de un r¨¦gimen que se niega a atender a las demandas de la poblaci¨®n y que act¨²a como una verdadera dictadura.
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El recurso a escuadrones de la muerte por parte de la presidencia de Daniel Ortega ha exasperado los ¨¢nimos y ha elevado el tono de una protesta que ha pasado de pedir la retirada de medidas pol¨ªticas y reclamar di¨¢logo con la oposici¨®n, a exigir directamente que tanto Ortega como su mujer ¡ªla terrible vicepresidenta Rosario Murillo¡ª abandonen el poder.
Las decenas de miles de personas que el jueves marcharon por las calles del pa¨ªs centroamericano exigiendo la renuncia de Ortega son la prueba palpable del estado de fractura social que la p¨¦sima gesti¨®n del presidente nicarag¨¹ense ha creado. Los manifestantes exig¨ªan responsabilidades por el asesinato de 21 personas el pasado domingo en dos localidades al norte de Managua, v¨ªctimas de paramilitares que apoyan al Gobierno. Se trata del mayor n¨²mero de muertes violentas en un solo d¨ªa que ha vivido Nicaragua en tiempos de paz.
Ortega es el responsable de la represi¨®n violenta de la oposici¨®n y tendr¨¢ que rendir cuentas ante la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que exige que se abran los procesos judiciales correspondientes. El otro actor internacional que puede influir en la dram¨¢tica situaci¨®n es la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), a la que la oposici¨®n pide que active la Carta Democr¨¢tica que puede derivar en la suspensi¨®n de Nicaragua como miembro de pleno derecho.
Daniel Ortega no puede pretender echar sobre otros hombros lo que ha ocurrido y lo que pueda ocurrir en los pr¨®ximos d¨ªas en su pa¨ªs. El curso de los acontecimientos depende exclusivamente de sus decisiones.
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